Si las posibilidades del “Duarte chiquito”, apodado por los suyos el Caballo y cuyo nombre de pila es Alfredo Lozoya, de llegar a la gubernatura son marginales, las de Armando Cabada, edil juarito, se acercan al cero absoluto. Su impericia política, ausencia de pasión y desconocimiento de las aguas sobre las cuales navega, lo alejan de toda posibilidad.
Hasta ideas le faltan, como el Caballo se montó en una avioneta para fumigar Parral, pretendiendo que así contribuye a la sanitización del pueblo, días después Armando contrató un helicóptero con el mismo propósito. En términos del vulgar ladrón, primer patrocinador de Cabada, hoy en fuga, diríamos que observa el desfile desde la tercer cuadra.
Esa es la realidad de un edil que observó enormes dificultades para la reelección y que, según ha trascendido, tuvo que trasladar bolsas completas de dinero a la Sala Regional de Trife en Jalisco, para sensibilizar a los magistrados y hacer valer una apelación sospechosa contra la sentencia que había tirado su elección. Además se habría dejado ayudar por el ahora adversario, el edil parralito. Como la ve, es lo que dicen en ambos extremos del estado.
Si ejerciendo de alcalde, con todo lo que eso representa en dinero e influencia, tuvo que recurrir a métodos extralegales para conservar el cargo ¿Cómo espera conseguir la gubernatura, cuando va de salida, tiene a un poderoso adversario y un equipo fraccionado con intereses particulares propios? Imposible, su candidatura, como dije arriba, es inviable.
Encima, por si al cuadro adverso le faltase algo, el control político del municipio no está en manos del edil, ni siquiera de sus operadores políticos más cercanos, lo tiene Morena. En el norte del país, Juárez es uno de los bastiones más importantes del partido gobernante y lo más probable es que se quede con la Presidencia Municipal.
Esa condición lo deja tan debilitado que hasta dificultades tendrá para conseguir la candidatura a diputado federal, lo que sería una especie de premio consolatorio. ¿Qué ofrecería a cambio de ella? Sus elementos de negociación precarios y en política nadie regala nada.
Pero en fin, mientras haya vida hay esperanza, Armando seguirá creyendo que engaña a gente para involucrarla en su campaña, ignorando que el engañado es él. Le dicen que si dándole por su lado, sin embargo en el fondo la clase política dentro y fura de Juárez lo tiene por descartado. No se diga la IP, donde nunca hizo clic del todo.
No tendrá más opción que aliarse con Morena, pensando en que lo acepten, o engordar el caldo a un PAN que en Juárez pinta poco. El camino de la independencia está cancelado en Chihuahua, lo matan despacio el Caballo y Armando.
La única forma de que resurjan es con proyectos disruptivos apuntalados en el regionalismo, sinceramente comprometidos con la sociedad y desapegados a los grupos políticos tradicionales. Para ellos el tiempo se agota. ¿Quién se echa ese trompo a la uña?
En lo que está terminado el alcalde de la ciudad más poblada y económicamente más importante del Estado. Todo por la arrogancia de pensar que el puesto es lo único necesario para seguir avanzando. No, como decía Artemio Iglesias, la cuerda es para darse vuelo o para enredarse en ella, Armando cada vez está más enredado.
Rompeolas
El presidente López Obrador emprende una ofensiva legal contra defraudadores fiscales de alto impacto. La contracampaña se le vino encima, acusándolo de terrorismo fiscal. He sido muy critico con el presidente y seguiré siéndolo, pero en esta parte de cobrar impuestos por la vía legal estoy en total acuerdo. Muchos de los empresarios mexicanos han recibido exenciones ilegales en pasados gobiernos en detrimento del desarrollo nacional, aparte de que históricamente hicieron crecer sus emporios al amparo del gobierno, usualmente con negocios multimillonarios marcados por la corrupción. Espero que paguen y regresen un poco de lo mucho que les ha dado el país. No son momentos para escatimar, llevan décadas hinchándose de dinero.
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Y ya que estoy en complacencias, pues de una vez me pronuncio a favor de la medida emprendida por Javier Corral sobre la nueva multa, cuando sobrepasan el número de personas en un auto. Puede ser recaudatoria, convengo, pero siempre hay gente que no respeta las disposiciones de distanciamiento y si el gobierno piensa que reducir el número de personas en los autos es buena, pues acatémosla y no saldremos infraccionados. Lo malo está, como siempre tratándose de Vialidad, en la mafia de los comandantes, es otra medida que se presta a la corrupción, a la que por desgracia parece que estamos condenados eternamente.
