Decenas de personas, entre familiares, amigos, funcionarios y políticos, dieron el último adiós al empresario Jaime Creel Sisniega, quien falleció el jueves pasado a los 86 años.
La ceremonia eucarística fue en el templo de San Felipe, en la ciudad de Chihuahua, donde nietos le brindaron un reconocimiento al abuelo, padre, ejemplo a seguir y empresario exitoso.
El arzobispo Constancio Miranda dijo que Creel Sisniega tenía un amor de tres maneras: Dios, familia y México, y que el Señor lo bendijo con una fe profunda y convicción. Amaba a la Iglesia y atesoraba la claridad de sus enseñanzas, la belleza de su liturgia y los sacramentos como medio de salvación, como le inculcaron sus padres.
Agregó que se puede leer el nombre del empresario y el de su esposa Luz Elena Hernández en placas de agradecimiento por diferentes obras que apoyaron, pero que hay otras tantas donde no aparece porque así lo quiso.
“Cada funeral recuerda lo frágil que somos en la vida, entre este mundo y el próximo, y la oportunidad que tenemos con el tiempo y la eternidad, entre la conversión y el juicio final. Don Jaime perseveró en su fe católica”, dijo el sacerdote.
Precisó que Creel Sisniega, aunque fue imperfecto, trataba de perfeccionar siempre el amor al prójimo, o más bien Cristo lo fue perfeccionando en él. Él supo que no fue ningún problema amar a Dios y ofrecer su servicio al público.
En tanto, al final de la celebración eucarística, subieron al púlpito tres nietos de Jaime Creel Sisniega, quienes expresaron su agradecimiento y sentimiento a su abuelo, por sus enseñanzas y cuidados.
De la familia del empresario estuvieron en la misa de cuerpo presente, su esposa Luz Elena, sus hijas Denisse y Mónica, entre otras personas.
El sepelio se llevó a cabo en forma privada, con la presencia única de familiares. (Con información de Manuel Quezada)
