Es difícil asimilar el grado de bajeza al que puede llegar un ser humano enamorado del poder, intentando conservarlo. Con la infame acusación contra María Amparo Casar, presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, López Obrador rompió los límites de lo moralmente aceptable. Desempolva la historia de un muerto hace 20 años, para vengarse de la incómoda investigadora y analista política que exhibió la corrupción de sus hijos y de la candidata al gobierno de Veracruz, Rocío Nahle.

¿Cuántas veces habré escuchado al presidente decir que lo suyo no es la venganza? Decenas, pero los hechos desmienten su hipócrita narrativa. En otra infamia se vengó de Rosario Robles, encarcelándola injustamente por otro tema viejo, los sobornos de Ahumada. Se vengó también del abogado Juan Collado, a quien asocia con el mismo caso. Ha querido despedazar a Loret y a decenas de comunicadores por criticar su gobierno. Es un ataque constante.

La ofensiva que despliega es delirante, pero nunca habíamos visto que, abusón e inmisericorde, atentara contra la pensión de una viuda, amenazándola con demandarla para que regrese lo recibido durante años. María Amparo Casar no es una mujer frágil, al contrario, está empoderada, sin embargo sigue siendo una viuda que recibe su pensión y ahora no solo quiere quitársela, también obligarla a regresar el monto recibido durante dos décadas. Encima la maltrata mediáticamente, exhibe datos personales de ella y de sus hijos, como escarmentando a otros analistas e investigadores insumisos.

Ese es el presidente humanista, el mejor presidente en la historia del país según sus devotos. Un presidente que no duda en usar el poder y batir las leyes contra medios, periodistas, intelectuales, científicos que osan criticar su administración. Lo dijo muy al inicio del gobierno, no es tiempo de vacilar “o se está con la Transformación o se está contra la Transformación”. La Transformación es él, por lo que nos envía un mensaje de arrogancia y soberbia sin límite; “o se está conmigo o se está contra mi”.

Está muy desesperado por que ve que avanza la campaña y su candidata, su Juanita, no sólo quedó atorada, está retrocediendo. Lo desquicia la mera idea de perder el poder y verse sujeto, él y sus hijos, a las leyes que tanto detesta. Eso lo lleva a excesos de infamia como el que cometió contra María Amparo Casar y al insulto fácil de quienes se solidarizaron con ella, el estribillo estándar de “conservadores corruptos”. Que miseria de persona, se presenta como humanista pero todo en su actuar describe al dictador que lleva dentro. Sus excesos tendrán un costo, los intelectuales que firmaron el desplegado solidarizándose con Casar tienen calidad moral e influencia mediática. Sospecho que esta vez mordió más de lo que puede engullir.

Rompeolas

Muy concentrada la gobernadora Campos en Ciudad Juárez, donde se ha visto actuando en las últimas semanas. La noticia del Juárez Bus, tres semanas antes de que concluyan las campañas, es sin duda una de las mejores para los habitantes de al Frontera, llevaban años esperándolo. Corral dejó un tirado en la obra civil del Transporte, que Maru tardó años en resolver. Al fin lo consiguió y luego de lidiar con el eterno problema de las organizaciones, una mafia impenetrable en Juárez, pudo poner las unidades en circulación. Operado por Santiago de la Peña, el gobierno de Maru Campos logró destrabar los entuertos del trágico quinquenio pasado y los primeros camiones ya están en circulación. Por cierto ¿Y Pérez Cuéllar? gastando a manos llenas el dinero de la corrupción, con la esperanza de que su querido hermanito sea diputado federal. Ser un hermano así, o tener un hermano así tiene su precio… se mide en kilos.

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Pensando en que invierte para el 2027, Miguelito Seyffert se ha vuelto uno de los pocos empresarios promotores de Andrea Chávez, candidata a senadora por Morena. En días pasados organizó en su domicilio particular un desayuno a la candidata, al que asistieron personajes desvinculados del partido oficial. No pasaron de doce. La invitación la hicieron el mismo Seyffert y la candidata, intentando abrir un mercado electoral que se le niega reiteradamente. De plano no aprenden algunos empresarios, Miguelito debería preguntar cómo le fue a su tocayo Miguel González, con López Obrador y a varios más que invirtieron en la pasada campaña del populismo. No recibieron ni medio contrato. Pero ahí andan, sin darse cuenta que únicamente los están utilizando.

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Por cierto, a los entusiastas chihuahuitas del populismo los ilusionó una encuesta de Consulta Mitofsky, donde pone a los candidatos de Morena al senado 19 puntos arriba de los candidatos opositores. ¿En serio se la están creyendo? Esa encuesta sólo demuestra el descarado cuchareo de las encuestadoras pagadas por el Gobierno Federal. En Chihuahua los candidatos a senadores de Morena perderán al menos por diez puntos y si no pierden por una diferencia mayor es por que Juárez continúa siendo un reservorio importante de votos. Pero en el resto del estado no pintan, menos en la capital.

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