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En el recuento oficial van 289, hasta ayer, asesinatos en Sinaloa, desde los días posteriores al secuestro y extradición ilegal de Ismael, mayo, Zambada. Subrayo lo de oficial por que la experiencia nos dice que esa cifra debe multiplicarse al menos por tres, según especialistas en áreas policiales. Siempre son más, dicen, los muertos que los contados porque los mismos sicarios se llevan los cuerpos de sus compañeros caídos.

Dejémoslo en los 289, pues además la cifra de muertos no es lo más trágico en esa guerra de carteles. Lo realmente grave es que la vida social está reprimida en las principales ciudades de la entidad, la economía cayendo. Viven en un estado de guerra, sin exagerar.
El fin de semana pasada, ya de por si alarmante, la violencia se disparó. Superó la media centena de muertos en menos de cinco días y sigue recrudeciéndose. También escaló la comunicación entre las bandas rivales, con un tema en común; “el gobierno está con nosotros”.

Los boletines del narco son tan cínicos como su actuar impune en las calles. El viernes pasado elementos del Ejército asesinaron a 19 sicarios y detuvieron a un tal Max, presunto jefe de los mayos. Los chapos respondieron a la detención con una manta donde aseguran que el Ejército está a sus órdenes: “los wachos están del lado del dinero y aquí tenemos de sobra”.

A los criminales no hay que creerles ni los buenos días, por supuesto, pero el episodio violento-comunicacional adquiere rangos de comedia macabra con la respuesta de los mayos. Pusieron una hielera envuelta como regalo, en cuyo interior estaba una cabeza (no se ha dicho de quien), con el siguiente mensaje: “No que el gobierno está de su lado. Ratas”.

Uno y otro, de los grupos criminales enfrentados, reclama la complicidad del gobierno; los chapos diciendo que el Ejército los apoya por que tienen mucho dinero, los mayos cuestionando el supuesto apoyo con un aterrador presente. ¿A quien apoya el gobierno?, es la pregunta de los sinaloenses desesperados por verse víctimas de ambos bandos.

Mientras en Sinaloa hay más muertos que en la guerra del carnicero Netanyahu contra sirios y palestinos, el gobernador de la entidad, Rubén Rocha Moya, se refugia en los brazos de senadores y diputados por Morena, a quienes le pide paciencia y disculpas por lo sucedido. Y ellos, los legisladores del régimen que lo recibieron, a coro defendiéndolo sin mostrar la menor solidaridad con los sinaloenses, victimas inocentes de la feroz confrontación.

Chiapas estado fallido, Guerrero estado fallido, Sinaloa destrozado y en la mañanera ni una mención. Lo que no se nombra no existe, cerremos los ojos, como el indio cuando va a la “orilla”, y el problema queda resuelto. Quiera CSP o no, la guerra está declarada y en marcha, más le valdría enfrentarla con inteligencia y el uso legítimo de la fuerza, la deja correr como la dejó el innombrable y antes de que termine su sexenio todo México es Sinaloa, Guerrero y Chiapas.

Rompeolas

La gobernadora tiene buen inglés, eso lo saben muchos. Pero nadie esperó que llegase de Taiwán hablando Mandarín, idioma oficial de la isla. Muy contenta por las relaciones que abrió sobre futuras inversiones en Chihuahua, especialmente en el campo de la tecnología digital, y las oportunidades para jóvenes comprometidos con crecer académicamente. Ahí está para los osados que quieran aprovecharlas. ¿Maru hablando mandarín?, a menos que haya recibido clases previas del chino Rodríguez Moreno, dirán los ocurrentes. Pues si no aprendió en los pocos días que allá estuvo, parece que lo hizo, regresó feliz por los compromisos y las relaciones establecidas.

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Jesús Valenciano ha comprendido muy bien la importancia de la operación electoral en tierra. En Delicias acaban de realizarse elecciones en 17 comisarias rurales, en quince las de las cuales Morena no se atrevió a competir y en las dos que lo hizo perdió dos contra uno. Son pequeños ejemplos de como ganar una elección, pues la operación en campo será fundamental ya que las próximas elecciones serán de trinchera. De hecho ya lo fueron desde el pasado uno de junio, sólo que el PAN, distraído en sus pequeñas mezquindades, no supo el nombre del juego. En adelante pelearán casilla por casilla y aquí sí, el que tenga más saliva tragará más pinole. ¿Puede el PAN hacer frente a un compromiso de ese tamaño? Valenciano está demostrando que sí. El edil deliciense se levanta de esa manera, con hechos, la mano para el 2027.

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Con ánimos de solucionar la crisis constitucional por el infame Plan C, el ministro Juan José González Alcántara propuso anular parcialmente la reforma, eliminando la elección de jueces y magistrados, dejándola reservada únicamente para los ministros de la Corte. La propuesta del ministro es conciliadora y pertinente, en razón de la confrontación. Nadie ha sido capaz de ofrecer una explicación coherente de cómo poner en marcha la elección, pero acotada a los ministros no tendría ningún problema. Por desgracia no pasará, la soberbia del régimen está sobre excitada, no conocen más razón que la suya. Tenga usted la seguridad de que la descalificarán, ofenderán a González Alcántara y dirán que nadie frena el paso de la cuatroté. En esas andamos, poco falta para pedir que agradezcamos no haber reformado el artículo primero, que acaba con los derechos humanos, e impuesto la retroactividad.