Washington— El presidente Donald Trump emitió hoy un ultimátum a los recalcitrantes republicanos para que se alineen detrás de la amplia Reforma de Salud o de otra manera, se esfumará la oportunidad que tienen para derogar el Decreto de Atención Asequible (ACA, por sus siglas en inglés, también conocido como Ley de Atención Asequible), exigiéndoles que voten por la propuesta que al parecer le hace falta la mayoría para que sea aprobada.
La exigencia, que fue emitida por su director de Presupuesto Mick Mulvaney en una reunión que tuvieron por la noche con los republicanos de la Cámara, ocurrió después de un maratónico día de negociaciones que se efectuaron en la Casa Blanca y el Capitolio en el que Trump –quien incrementó su poder para negociar– no pudo ‘venderles’ la idea’ a los miembros de su propio partido sobre el Plan de Atención Médica.
La votación inicial de la Cámara, que fue programada para hoy que coincidiera con el séptimo aniversario de la firma del Decreto de Atención Asequible, tuvo que ser pospuesta y Trump afrontó la posibilidad de tener una humillante derrota en la primera y significativa propuesta legislativa de su presidencia.
En una reunión que tuvo en la Casa Blanca con miembros de la Asamblea Partidista Libertad, que son conservadores de línea dura, estuvo de acuerdo en las demandas de los conservadores para eliminar los requisitos federales de tener un seguro médico con beneficios básicos como ausencias por maternidad, servicios de emergencia, salud mental y bienestar, de la propuesta.
Aunque eso no fue suficiente para aplacar a esa facción, por lo que la votación que estaba programada para fuera aplazada.
Mientras los líderes de la Cámara tenían problemas para negociar con la resistencia, mantuvieron la esperanza de volver a programar la votación para mañana, Trump envió a funcionarios de alta jerarquía al Capitolio con un mensaje terminante: que él no está de acuerdo con los cambios adicionales y que los republicanos deben apoyar la propuesta o resignarse a dejar tal como está el logro doméstico que ha caracterizado al presidente Barack Obama.
“Tenemos una gran propuesta y creo que tenemos una buena oportunidad, pero eso es sólo política”, comentó Trump durante las primeras horas de este jueves en la Casa Blanca, está claro que sus esfuerzos negociadores no han podido persuadir al número suficiente de miembros de su partido para que respalden el plan –que se estuvo fraguando durante años– para derogar y reemplazar la ley de salud.
En privado, funcionarios de la Casa Blanca aceptaron que las facciones republicanas estaban exigiendo cambios que podrían afectar la medida, poniéndola en riesgo al igual que las posibilidades que tiene Trump de tener éxito en un acuerdo legislativo de alto riesgo.
Con algunas de sus exigencias, la Asamblea Partidista Libertad redujo sus peticiones, insistiendo en la derogación de todos los mandatos regulatorios del Decreto de Atención Asequible, incluyendo la prohibición de excluir la cobertura de las enfermedades preexistentes y los topes de una cobertura de por vida.
Trump, quien ha hecho alarde de sus destrezas para negociar, dando lugar a que lo etiquetaran como “el que está más cerca menos probabilidades tiene” a medida que se aproximaba la votación, tuvo un doloroso enfrentamiento con la realidad acerca de lo difícil que es gobernar, aunque su propio partido mantenga el poder en el Capitolio.
“Muchachos, tenemos una oportunidad”, les dijo a los miembros de la Asamblea Partidista Libertad durante una reunión en el Salón del Gabinete, de acuerdo a una persona que estuvo presente en el lugar y que habló de manera anónima debido a que la reunión fue privada.
“Eso es todo –vamos a votar”. (Julie Hirschfeld Davis, Robert Pear, Thomas Kaplanmarch / New York Times)
