Trump quiere rebajar los requisitos financieros a Estados Unidos

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El 45º presidente de Estados Unidos ha descubierto un enemigo en la Ley Dodd-Frank. Firmada en julio de 2010 por Barack Obama, es la reforma bancaria más ambiciosa desde los años treinta del siglo pasado. La norma limita el riesgo que pueden asumir las entidades, obliga a los bancos a tener un testamento que permita desmantelarlos ordenadamente si quiebran, aumenta los requisitos de capital y protege a los consumidores. Un parapeto frente a los bancos demasiado grandes para quebrar, una trinchera contra colapsos como el de Lehman Brothers en 2008. Sin embargo, para la Administración de Trump la legislación supone una amenaza.

Gary Cohn, antiguo número dos de Goldman Sachs y principal asesor económico del comandante en jefe estadounidense, cree que cercena el acceso al crédito de empresas y ciudadanos, incrementa los costes y reduce la habilidad de la industria para devolver dinero a los accionistas. Por eso el exbanquero quiere, sobre todo, rebajar los requisitos de capital. O sea, desmantelar el alma de la ley. Esto significa que los bancos pueden acumular más deuda y menos capital en sus fondos. Justo lo que sucedió a comienzo de los años 2000, al principio del desastre. Este regreso al pasado alarma a los responsables europeos. “Es algo muy preocupante”, ha advertido Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE). “Lo último que necesitamos es una relajación de la normativa”.