Avanzan las campañas y el oficialismo, empezando por el presidente y su candidata, se ponen cada vez más nerviosos. Saben que la teoría del arroz cocido, eje de su narrativa electoral desde la precampaña, no cuajó como deseaban. Encima están en riesgo de perder estados que consideran suyos; Ciudad de México y Veracruz, segundo y cuarto padrón más importante del país. En el norte y el pacífico pierden impulso los candidatos del populismo, en Nuevo León se mueren de risa con las encuestas de Reforma y en Jalisco MC promueve voto cruzado por Xóchitl.

¿Cómo pueden presumir un triunfo irreversible, estando muy disputados los principales padrones del país? No pueden, sólo se aferran a la estrategia original del ya ganamos, por eso Claudia Sheinbaum salió ayer con otra ocurrencia: “ya sólo falta el trámite del dos de junio”. Para ella las elecciones son mero trámite, ajá. Con esa farsa llegarán hasta el día de la elección, rogando a las deidades del autoritarismo despótico que la gente no salga a votar. Saldrá, impulsada por la polarización que cada mañana atiza López Obrador desde Palacio Nacional.

Esta elección no tiene que ver con partidos ni candidatos, es la elección de los mexicanos libres contra el corporativismo del poder. Una enorme cantidad de mexicanos, millones, están sinceramente preocupados por la posibilidad de ver al país bajo una dictadura inspirada en el castro-chavismo y ofendidos por los arrebatos mesiánicos de López Obrador contra la esforzada clase media. En la candidata oficial ven una extensión de su mandato y ella hacen hasta lo imposible por aumentar sus temores, mimetizándose con el presidente. En la campaña no habla Sheinbaum, habla López Obrador a través de ella.

No podrán, México es muy grande para ser sometido por una persona y su juanita. Si ya tienen dificultades en estados que consideraban seguros, en otros como el nuestro recibirán una derrota ejemplar. ¿Que acontecimiento destacable se registró en los últimos meses o semanas, para cambiar el voto chihuahuense? ¿En serio piensan que Andrea Chávez es un fenómeno electoral? Por favor, es un globo mal inflado cuya candidez y juventud la llevó hasta un tiburón tabasqueño del régimen, que la encuerdó y echó a volar.

Aparte de las relaciones tejidas con Adán Augusto López, la candidata oficial a senadora no es más que otra devota aprovechando las migajas del poder en beneficio personal, alucinada por la súbita exposición mediática. Los viajes en aviones de la Fuerza Aérea, los vehículos blindados de lujo, las cenas en restaurantes exclusivos, la ropa y accesorios de diseñador, los informes derrochando dinero hablan de su frivolidad y ausencia de compromiso con Chihuahua. No existe una sola gestión, una sola obra, un sólo recurso extraordinario que haya traído a la entidad. Al contrario, cuando la crisis del agua descalificó a los agricultores, haciéndose cómplice del Presidente.

Siendo mujer y además de izquierda, lo que presume como si fuese virtud en sí misma, no tuvo empacho para defender a un violador serial como Salgado Macedonio. ¿La recuerdan?, cuando el Tribunal Electoral rechazó la candidatura de Macedonio al gobierno de Guerrero, Andrea Chávez fue una de sus más exaltadas defensoras. Ahí están los videos, defiende al violador con la vehemencia que un estudiante perezoso defiende su derecho a ser burro. No la monten tierna, es apenas una fiel devota del tlatoani soñando con subir nuevos escaños en el escalafón de la sumisión y el despotismo. No conseguirá ni un voto aparte de los que provea el corporativismo.

La otra estrella del populismo chihuahuita es Cruz Pérez Cuéllar, un político inescrupuloso que se ha destacado por una red enorme de corrupción en la Presidencia Municipal de Juárez. Si México fuese un país de leyes, ahora mismo Cruz y su hermano Alejandro estarían detenidos, en vez de ir por las calles pidiendo el voto. El grado de corrupción que se habla en torno a ellos es demasiado hasta para una sociedad permisiva como la juarense. Por Cruz no votará ni un ciudadano libre, sólo llevará a las urnas los votos que pueda comprar con el dinero de la corrupción. Y acarrear es muy costoso.

De Marco Quezada, Miguel Latorre, Otto Valles, Miguel Rubio, actores secundarios, no vale la pena ni hablar. De los cuatro, quien ha hecho mejor campaña es Otto Valles en Parral, podría dar una sorpresa ganando la presidencia municipal, lo que además está por verse, Chava Calderón está mejor posicionado. Quezada recibirá una de las lecciones más duras de su vida, si realmente se creyó la patraña de que puede ganar, Latorre no llega ni a fantasma, es a lo más un minúsculo espíritu chocarrero, y Rubio se dará por bien servido si conserva la presidencia municipal de Aldama, lo que será difícil, recuerden que la ganó con el partido de los maestros, no con Morena.

La disputa por la presidencia del país está muy pareja entre las candidatas, si la gente sale a votar en más del 65 por ciento, lo he dicho mucho, las posibilidades de que gane Xóchitl son altas. En Chihuahua carecen de la menor oportunidad, conservarán Juárez, si, pero perderán la elección al senado y la mayoría de los distritos federales y locales. Falta muy poco para el día de la elección, será el día de su gran desengaño. Los mexicanos hemos llegado puntual a la cita con la historia, llegamos en 1988, en 1994, en 2000, en 2012, en 2018. También llegaremos en 2024, el populismo se va.