Una Cataluña independiente no tendría acceso a los fondos europeos para ciencia

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Una hipotética Cataluña independiente no tendría acceso a los fondos europeos para ciencia, según ha afirmado hoy la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, flanqueada por el presidente del Consejo Europeo de Investigación (ERC), el francés Jean-Pierre Bourguignon.

La declaración es un baño de realidad para los partidarios de la secesión. En la última década, 189 científicos de centros catalanes han recibido unos 400 millones de euros del ERC, el organismo que financia la mejor ciencia europea.

“Para participar y recibir financiación de los proyectos europeos y de la financiación de Horizonte 2020 hay que, primero, contribuir y, luego, participar. Y para eso hay que ser estado miembro de la Unión Europea. Si no se es estado miembro, no hay fondos con los que se pueda participar”, ha subrayado Vela. Segundos antes, preguntado por Cataluña, Bourguignon le había cedido la palabra: “No puedo comentar la situación española, así que le pido a la secretaria de Estado que me ayude”.

“Existe otro formato, que es el de país asociado [como Suiza e Israel], en el que se puede participar, pero no recibir fondos. Pero creo que la respuesta es muy clara: si no eres miembro de la Unión Europea, y no sería el caso, no puedes recibir fondos ni financiación de estos programas”, ha añadido Vela, siempre acompañada de Bourguignon, en un acto organizado esta mañana en Madrid por Nueva Economía Fórum.

La posición oficial de la Comisión Europea es que Cataluña “se encontraría fuera de la UE” si los independentistas ganaran un supuesto referéndum legal y pactado con el resto de España. Esta situación también afectaría a otro programa para la financiación de la ciencia más puntera en Europa, el Horizonte 2020. En sus tres primeros años, los centros en Cataluña han atraído 552 millones de euros de este programa, según datos de la Generalitat.

“De manera inmediata, el día después de la independencia, las entidades catalanas no serían elegibles para la financiación de Horizonte 2020. Incluso aunque estuvieran a mitad de un proyecto, no recibirían el siguiente pago. Hace unos días la Comisión Europea publicó una nota informativa en el Portal del Participante a propósito de las entidades británicas tras el Brexit, que es exactamente el mismo caso”, argumentan fuentes de la Representación Permanente de España ante la UE.

A medio plazo, esa supuesta Cataluña fuera de la UE podría intentar ser un país asociado, como Suiza, Israel y Túnez, en el Noveno Programa Marco, la principal iniciativa comunitaria de fomento de la I+D+i. Estos países contribuyen al programa con un pago proporcional a su PIB, tienen voz pero no voto y sus entidades participan en igualdad de condiciones con las de los Estados miembros. Un grupo de países, liderados por Francia, quiere revisar ahora esta política de asociación tan “generosa”, pensando en el Reino Unido tras el Brexit, según las fuentes diplomáticas españolas.

Con un 16% de la población española y un 19% del PIB total, Cataluña recibe más del 23% de las ayudas estatales a la ciencia.

En cualquier caso, los jefes de Estado o de Gobierno de los 28 Estados miembros de la UE tendrían que autorizar, por mayoría cualificada, la negociación para la asociación al programa marco. Después tendrían que aprobar el acuerdo final que la Comisión Europea alcanzara con esa supuesta Cataluña independiente. La mayoría cualificada requiere el voto favorable del 55% de los Estados miembros, que representen al menos el 65% de la población de la UE. Una minoría podría bloquear el acceso de esa Cataluña que hoy es ciencia ficción.

La comparecencia conjunta de Carmen Vela y Jean-Pierre Bourguignon no cuadra con el eufórico discurso independentista, que dibuja un futuro en el que todo sigue igual o mejor. “Los fondos que se otorgan a través de los diferentes programas europeos no siguen un criterio territorial o estatal, sino que es en base a la competitividad y excelencia de los proyectos presentados por los investigadores. En este sentido, la Comisión Europea, en ningún caso, se plantea cancelar proyectos a sus instituciones o ciudadanos”, afirmaba ayer mismo una portavoz de la Secretaría de Universidades e Investigación de la Generalitat.

El discurso oficial del Govern es que “Cataluña cuenta con un sistema propio de investigación desde 2001”. La Generalitat proclama desde 2013 que «Cataluña es el segundo país de la UE” con más ayudas del Consejo Europeo de Investigación por habitante. “Por su parte, el Estado español ocupa la decimoséptima posición de la UE”, afirmaba la Generalitat en una nota el año pasado.

Una Cataluña independiente podría aspirar a ser un país asociado en los programas europeos, arriesgándose a ser vetada por una minoría de bloqueo en el Consejo Europeo.

Los datos, sin embargo, dicen otra cosa. No existe una ciencia catalana al margen de España. Cataluña es la comunidad autónoma que más fondos estatales para I+D+i recibe. Entre 2012 y 2017, las ayudas concedidas a través de la Secretaría de Estado de I+D+i ascendieron a 963 millones de euros, según las cuentas oficiales. Con un 16% de la población española y un 19% del PIB total, Cataluña recibe más del 23% de estas ayudas estatales a la ciencia, explican fuentes del gabinete de Carmen Vela.

El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Economía, ha financiado actuaciones de I+D+i empresarial en Cataluña con 793 millones de euros entre 2012 y 2016, el 18.4% del total, según las mismas fuentes.

El mayor organismo público de investigación de España, el CSIC, tiene 1,654 trabajadores en Cataluña y participa en 23 centros, una docena de ellos propios, como el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona y los Institutos de Química Avanzada de Cataluña y de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua. Y la Administración General del Estado también tiene participaciones mayoritarias en grandes infraestructuras científicas en Cataluña, como el 60% en el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación y el 50% en el Sincrotrón ALBA, un complejo de aceleradores de electrones capaz de visualizar la estructura atómica de la materia, situado en Cerdanyola del Vallès (Barcelona).

¿Cómo impactaría un hipotético final de estos fondos en la ciencia catalana? “En un Estado independiente, bien podemos tener nuestro propio sistema de financiación de I+D+i, que seguiría la línea europea de financiar proyectos competitivos de ciencia de frontera, o bien se podría acordar un sistema consorciado con España”, sostiene la portavoz de la Secretaría de Universidades e Investigación de la Generalitat.

Consultado ayer sobre cómo afectaría una hipotética independencia de Cataluña a la ciencia hecha en la región, el arquitecto del exitoso sistema catalán de I+D, el economista Andreu Mas-Colell, declina responder: “Demasiado hipotético”.