En la punta del Frente Amplio

* Pide Hacienda cheque en blanco

* Otra estrella del Nuevo Amanecer

* “Inhibir tentaciones”; no se burlen

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Todos los gobernadores, sin excepción, en algún momento de su mandato pierden la cordura pensando en la Presidencia de la República. Cuando César Duarte se la creyó, empezó a patrocinar campañas políticas en diversas partes del país, colgó su foto en espectaculares fuera de Chihuahua e hizo hasta lo imposible por llegar al gabinete de Peña, pues una vez ahí “nadie me detiene”, solía repetir.

Javier Corral sucumbió más temprano a la tentación, es cuestión de tiempos. En su fuero interno alimenta la idea de que su condición de panista corrido hacia la izquierda o izquierdista de origen panista, le genera ventas competitivas si prospera la idea del Frente Amplio que postulan PAN y PRD, como una especie de “tercer vía” contra López Obrador y el PRI.

En esa tarea está concentrado el señor gobernador, llevando a Gustavo Madero por coordinador de su precampaña, ilusionados en recibir un impulso de los intelectuales de izquierda con los cuales hace tertulia desde que “dejó la bic y la guayabera” o incluso de alguna tribu perredista.

Por eso ambos permanecen más tiempo en la ciudad de México que en Chihuahua. Intentan hacerse, si no indispensables, por lo menos visibles en las turbulentas aguas de la sucesión presidencial.

Si Ricardo Anaya desechó a Gustavo Madero como quién cambia de zapatos y Javier Corral quedó muy rabón cuando intentó –sólo eso, intentó- competir por la presidencia del Partido ¿Que los anima a suponer que hoy están en condiciones de ponerse a la cabeza de un Frente desprovisto de identidad y al que son invitados de segunda?. Nada, los mueve el adictivo gusano de la política.

Bien, ese gusano también debería moverlos para contener la violencia, reactivar la economía, resolver el problema de transporte, los conflictos sindicales, la crisis financiera y cuanto problema surge en toda administración. En otras palabras moverlos a gobernar.

Pero de esos temas no hablan, para ambos son proscritos. El trabajo pesado que lo desahoguen Peniche, Fuentes Vélez, Gallegos y en todo caso “exbueno” Jáuregui, para eso los tienen ahí, ellos –el gobernador y su coordinador- no pueden distraer su atención en asuntos que no sean de importancia nacional. No desmayen, si fracasan en esta pronto llegará el 2024 y volver a empezar.

Se habían tardado hasta que ayer dieron el primer paso en firme para reestructurar la deuda pública, los 20.4 mil millones de pesos heredados por Duarte. La Comisión de Programación, Presupuesto y Hacienda, con tres diputados del PAN para hacer mayoría, aprobó la iniciativa presentada por la Secretaría de Hacienda.

Hasta aquí todo normal, parte del proceso legislativo antes de llegar la Pleno. La decisión está tomada y si la manejan correctamente podría ser positiva para despresurizar las deprimidas finanzas estatales, pues al paso que van el día menos pensado no tendrán ni para pagar los traslados a México que realiza el gobernador en su campaña presidencial, ya no se diga los salarios al magisterio.

El punto es que, por ningún motivo, Fuentes Vélez y ningún otro funcionario de Hacienda han accedido a presentar una explicación “con manzanitas” de modo que a los chihuahuenses queden claros los términos de la reestructura.

Quizás esto tenga que ver con que la única solución encontrada para salir del paso es “patear el bote y el de atrás paga”. O sea dar en los siguientes años abonos chiquitos de modo que haya un ahorro –así sea famélico- en la presente administración y que el nuevo gobierno se rasque con sus propias uñas, como hoy lo hace Corral por los excesos de Duarte.

Adriana Fuentes, diputada del PRI que entiende de números, votó en contra, poniendo énfasis a su negativa en que el decreto contiene una extraña y sospechosa clausula, que autoriza al Ejecutivo a realizar posteriores negociaciones sin mediar el Congreso.

En otras palabras, Fuentes Vélez quiere un cheque en blanco para negociar en los términos y condiciones que impongan los bancos, sin la molesta mirada de los señores diputados. Así como quieren validación social, mejor desaparezcan el Congreso y acaben con esas sutilezas.

Para suplir a doña Águeda Lozano en la Secretaría de la Cultura, regresó a Chihuahua otra “estrella” del Nuevo Amanecer, María Concepción Landa Téllez, conocida en sus tiempos de Filosofía por “Concha Landa”.

Pues éxito ¿recordará dónde están las oficinas del antiguo Instituto o al menos el Teatro de los Héroes? Puede que sí, ciertamente trabajó en la dirección de Filosofía y en el departamento editorial de la UACh.

El gremio de la cultura debe ser el más feliz, regresa una de sus hijas pródigas y lo hace por la puerta grande, como la importante coordinadora de los esfuerzos chihuahuenses por hacer trascender la actividad cultural y artística del estado ¿Cuánto le gusta para que entre en conflicto con las primas donas locales? Las apuestas quedan abiertas ¿O choque con Austria Galindo? Si es que la sobrina favorita sigue en Juárez, pues nunca aclararon debidamente el episodio de “me voy pero me quedo”, sucedido entre marzo y abril.

“No es fácil lograr éstos propósitos, pero con esto se inhibe que el gobernante tenga la tentación de nombrar una persona afín”, dijo César Jáuregui tras entregar a la presidente del Congreso, Blanca Gámez, la iniciativa legal del Sistema Estatal Anticorrupción, presentado momentos antes por Javier Corral en Palacio de Gobierno, frente a su gabinete.

Quisiera la gente creerles, sobre todo en la parte que dice “con esto se inhibe la tentación.” Conocen la importancia del Sistema, entienden que sólo puede tener éxito con un titular independiente al Ejecutivo, pero ¿Realmente está inhibida la tentación de nombrar a un amigo?

Pues mire, ese apetito luce muy desarrollado en la presente administración. Contra ejemplos sobran y es chocante nombrarlos tan seguido, pero ante esas expresiones no queda otra alternativa.

Inhibido y todo, pero Javier Corral impuso presidente del Supremo Tribunal de Justicia, presidente de Transparencia, Auditor Superior, Consejera –lucha Castro- de la Judicatura. A todos atropellando la ley y en varios casos amenazando con cárcel.

No se puede hablar de que una ley “inhibe” cuando consistentemente han hecho exactamente lo contrario sin reparar en detalles y procedimientos legales para desplazar titulares incómodos por marionetas cuyo fin es proteger las espaldas del gobernante a quién deben el cargo. Igual, ni más ni menos, que Duarte, la única diferencia es que aquel era “vulgar ladrón” y éste miembro de “las buenas familias”.