Que hacer si te pica una abeja o avispa

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El verano pasado, el doctor Lluís Marquès, miembro del Comité de Alergia a Himenópteros de la Sociedad Española de Alergología, se disponía a hacer una fotografía a un nido de avispas para enseñarla luego en una conferencia, cuando sufrió la picadura de una de ellas.

Debido a su formación, Lluís Marquès sabía perfectamente cómo actuar en estos casos. Al notar que sus síntomas se limitaban al picor, al enrojecimiento y a una inflamación del tamaño de una uña, descartó la posibilidad de estar sufriendo una reacción alérgica. «Cuando sufres una picadura de avispa o de abeja, siempre que sea posible, conviene hacer dos cosas. Primero, lavártela con agua y jabón para evitar infecciones. Segundo, aplicar hielo para reducir el dolor y la hinchazón», cuenta el doctor Marquès a Verne.

Y, de todas las enseñanzas que hemos heredado del conocimiento popular, ¿hay alguna que sirva? ¿El barro? ¿La orina? ¿El ajo? ¿El vinagre? ¿La pasta de dientes?

El doctor Marquès explica que ningún estudio científico avala la eficacia de estos métodos populares. Hay algunos inocuos, como echar orina al picotazo. Pero hay otros que traen más riesgos que soluciones. «En un principio, el barro, al estar frío, puede causar cierto alivio. Pero es probable que, por estar lleno de bacterias, acabe infectando el punto de entrada, por lo que es desaconsejable», advierte.

La doctora Teresa Alfaya, presidenta del Comité de Alergia a Himenópteros, solo recuerda haber sufrido un picotazo en su vida. «Estaba en el campo cuando, al mover un brazo, me topé con una avispa. Fue bastante doloroso. Además de lavar el picotazo y de aplicar frío, de haberla tenido, me habría aplicado alguna pomada de corticoides», dice.

Por suerte para ella, la doctora Alfaya, como el doctor Marquès, no se encuentra entre el 3% de la población que, según las estadísiticas de la Sociedad Española de Alergología, es alérgica al veneno de las avispas y de las abejas.

No existe una prueba precisa que anticipe si una persona es alérgica a este veneno. Por tanto, los doctores consultados recomiendan acudir rápidamente a un médico si, al sufrir un picotazo, se presentan los siguientes síntomas:

  • Cuando el área del picotazo presenta una inflamación superior a los diez centímetros de diámetro.
  • Si se produce una reacción generalizada, ya sea a través de erupciones lejanas al picotazo, dificultades respiratorias, mareos, disminución del nivel de conciencia, vómitos o diarrea.

Los tratamientos contra la alergia por veneno de himenópteros -el orden de insectos que comprende a avispas, a abejas y a hormigas, entre otros- ofrecen las tasas de curación más altas entre todas las vacunas para la alergia, llegando al 95%, según un informe reciente de la Sociedad Española de Alergología. Eso sí, conviene armarse de paciencia, porque son tratamientos largos, consistentes en la administración periódica, en dosis crecientes y durante un periodo mínimo de cinco años, del veneno al que el paciente esté sensibilizado.

Además, a todas las personas que hayan sufrido alguna reacción generalizada se les recomienda que lleven encima un autoinyector de adrenalina, para usarlo en caso de necesidad. Como hace el entomólogo Luis Óscar Aguado, a quien el picotazo de una avispa en un párpado condujo al hospital hace seis años. Ahora está obligado a tomar este tipo de precauciones porque, pese a su alergia, sigue trabajando con himenópteros.