Ricardo Anaya consiguió salirse con la suya. Pisoteo a unos, traicionó a otros, fraccionó al PAN, entregó cuanta senaduría y diputación pidieron sus asociados temporales, pero al final del día emergió como candidato del Frente a la Presidencia de la República.
Confirma con ello lo que siempre se dijo, que sus ambiciones personales estaban por encima de todo y de todos. Desde el inicio escondió sus verdaderas intenciones con la mentira de que primero estaba el país y después las personas, sin embargo terminó demostrando que primero es Ricardo, después Anaya y al último Cortés.
Con tal de quedarse con la candidatura presidencial, entregó 120 diputaciones federales y más de 30 senadurías al PRD, según los primeros trascendidos sobre las negociaciones de la coalición.
Conseguido el objetivo, falta lo más importante, darle viabilidad electoral. No será sencillo, Miguel Ángel Mancera dio un paso de costado al verse utilizado por las tribus y los gobernadores del PRD, que lo mostraron como su precandidato con el único fin de presionar a Ricardo Anaya y aumentar el número de senadurías y diputaciones para su partido.
Cualquier precio parecía poco a cambio de la candidatura, pero al visualizar los acuerdos da la impresión que el gran ganador es el PRD y más específicamente los Chuchos, tribu dominante en éste partido; consiguen más diputados de los que imaginaron y además la promesa de la coordinación, qué más podrían pedir estando en franco declive electoral.
En la parte local Javier Corral y Gustavo Madero debieron quedar con un sabor agridulce. Ambos trabajaron por la consolidación del Frente con la esperanza de que Anaya cediese a las presiones internas y externas, de modo que Corral tuviese una oportunidad para quedarse con la candidatura presidencial.
Como no consiguieron el objetivo pero el Frente se mantuvo hasta la postulación de Anaya, ahora deben apoyar a quién los pisoteó en el pasado. La traición contra Gustavo Madero, quién siendo presidente del PAN había previsto recorrer la misma ruta del queretano, y después la forma en que despedazó a Corral en la lucha por la dirigencia, no son afrentas que se olviden con facilidad. Ambos permanecen ahí por conveniencia, no por convicción.
No obstante también ellos ganan, en días se conocerá la renuncia de Gustavo Madero para ser apuntado en la lista de candidatos al senado por partido y Javier Corral tendrá mano ancha en la designación de candidatos por tierra.
Visto así es un ganar ganar, con independencia del resultado general, pues ahora esa prioridad es sólo de Anaya. Igual lo abandonan en el camino si ven que no despega electoralmente, en ese caso PRD, Movimiento Ciudadano y los aliados temporales del PAN no tendrían empacho dejarlo sólo.
Esa es la realidad de los pactos con el diablo, sólo son efectivos mientras se mantienen los intereses vigentes, sin contar con que una de las partes siempre sale lastimada ¿Cuál será esa parte Anaya, los Chuchos o Corral?.
Generoso, el Consejo de la Judicatura resolvió dejar el 30 por ciento de las percepciones a los magistrados Gabriel Sepúlveda y Jorge Ramírez, suspendidos por una investigación sobre presuntos desvíos de siete millones de pesos.
Les dejaron esa parte a fin de que “atiendan sus necesidades más apremiantes”, justificó el Consejo. Como lo plantean, da la impresión que se apiadaron de ellos influenciados por el espíritu navideño, para que no caigan en la indigencia y al menos tengan para tamales y buñuelos en la Nochebuena. No jueguen, esa “piscacha” recibirán más de sesenta mil pesos al mes, más de lo que gana el 90 por ciento de los chihuahuenses.
Hace mucho la ira de Luz Estela Castro estaba posada sobre ellos, los rumores de la bóveda a precio inflado surgieron desde que se trasladaron al nuevo edificio, así que sólo era cuestión de tiempo para ingresar sus nombres a los “maxijuicios”.
Tienen que armar ese caso muy bien, dejan espacios vacíos o cabos sueltos y se les revierte, pues sin duda alguna apelarán a la justicia federal y sean oxigenadores o no, se trata de dos magistrados. A la Corte no le gusta ver esos papelitos entre miembros de su clan.
Lo de Ramírez y Sepúlveda son nimiedades comparados con el escándalo mayor. Los acusan de siete millones de pesos, un cambio para lo que pudo robarse Everardo Espino, a quién la voz popular ubica como el autor material del atraco en “ese monumento a la corrupción”, como lo llaman los del Nuevo Amanecer.
Quizás por eso los amigos de Everardo aseguran que huyó hacia los Estados Unidos y sigue un proceso similar al de César Duarte, buscando librarse de la acción justiciera en Chihuahua.
A propósito de la Ciudad Judicial y doña Luz Estela, al interior del Tribunal surgió un rumor reprobatorio de la forma en que la señora Consejera quiere imponer su criterio, hasta en los detalles más insignificantes.
Ahora intenta obligar a magistrados, jueces y personal a que asistan a la posada-verbena que realizarán el jueves próximo. Será en la explanada y servirán tamales, champurrado, gorditas de la esquina, buñuelos con canela y hartos frijoles charros para que nadie se vaya con hambre.
Cuanta hipocresía, están como María Esther Zuno, esposa de Luis Echeverría, cuando ofrecía aguas de jamaica y horchata en cenas de gala con jefes de estado, para mostrar el verdadero México. A ver cuanto tarda Lucha para hacer el siguiente viaje a Europa o cualquier parte del mundo, por que la señora vacaciona como magnate, aseguran sus malquerientes.
Días de apuros para Maru Campos. Marco Adán fue a la plaza y se tomó la foto para reprocharle por el fracaso del tobogán de nieve y después quedan exhibidas deficiencias en el mantenimiento a parques donde hay contratos con la alcaldía para atenderlos. Ha gastado más de 21 millones de pesos este año, pero los parques no han recibido ni una manita de gato.
Son los prolegómenos de las campañas, a Maru le ha salido barato hasta hoy su transito por la alcaldía, pues las criticas han sido unas cuantas y moderadas, pero de ahora en adelante que se vaya preparando para esos y otros señalamientos. Lo de estos días son únicamente tiros de calentamiento, el año que entra llegará lo bueno contra ella. Son los ciclos de la política.
