El mayor peculado electoral que puede cometer un político en México, es pagar dinero en efectivo a cambio del voto, es un delito más penado que el secuestro, asesinato, violación. Cuanto cinismo, los candidatos hacen promesas de dinero a futuro, a cambio de su voluntad; me das tu voto hoy, yo te pago mañana con dinero del erario.
En las ofertas de pre-pago Ricardo Anaya no quiso batallar y ofreció dinero para todos los mexicanos, por el sólo hecho de haber nacido en el país, si votan por él. Es su proyecto de seguro universal, el mayor acto de populismo que pueda concebir un candidato, sabedor de que incumplirá.
López Obrador tiene para todos y hasta con cantidades específicas, 3,600 pesos mensuales a los ninis además de capacitación para el trabajo, así como mensualidades fijas para mujeres, madres solteras, ancianos, minusválidos, estudiantes de excelencia, estudiantes medios y reprobados. Todo un catálogo al gusto de cada elector.
¿Qué hace de diferente ofreciendo dinero mañana a pagarlo por anticipado? Nada en lo que se refiere a la perversión del voto, es el mismo fin, aprovechar la necesidad de los mexicanos obligándolos a vender su voluntad.
Más honesto sería que el INE haga una subasta del voto y cada partido o candidato ingrese a la puja, así por lo menos sería transparente y los ciudadanos conocerían el costo real de las elecciones, dado que se pagan con dinero público.
Sólo falta Meade, a ver que ofertas económicas hace para comprar el voto. Necesita ser creativo pues López Obrador y Anaya le ganan las banderas.
Desde luego que iban a negárselos, dijo el abogado de los pobres con la solvencia habitual de quién habla “ex-cátedra”, cuando supo que el juez federal no admitió el amparo de Gabriel Sepúlveda y negó la suspensión provisional a Jorge Ramírez. Como se los iban a conceder, si los inocentes no saben presentar un amparo, de ser litigantes perderían hasta un divorcio voluntario, sentenció lapidario.
Fuese por impericia en la abogacía de los magistrados, porque el juez está arreglado con Maclovio Murillo o por lo que haya sido, litigar de perdidos en la justicia federal es un camino sinuoso y cuesta arriba. Pensar en que saldrán exitosos sería ingenuidad.
Si tuviesen sentido común y respeto por sus familias, deberían llegar a un acuerdo –tónica de la justicia en el Nuevo Amanecer- para que les dejen conservar lo que tienen y puedan mantener su libertad. Otros les han mostrado ese caminito, sólo necesitan declarar contra el “As de oros” y todos sus pecados les serán perdonados.
Con la negativa de los amparos, el siguiente paso es que Peniche solicite su desafuero para juzgarlos y eventualmente llevarlos a prisión. Trayéndolas todas perdidas sería temerario pensar que puedan recuperarse ¿Por siete millones, tres y medio si lo partieron en dos, vale la pena ir a prisión? Es pregunta.
Sencillo, visualícense sin César Duarte de gobernador, allá en el 2010 o antes ¿Qué sería hoy de sus vidas? Lo de siempre, ordinaria y común a la de cualquier otro abogado de medio pelo en Parral o Cuauhtémoc, sin los privilegios ni oportunidades del poder.
En una decisión pragmática es justamente lo que harían, regresar el reloj de sus vidas siete años atrás, antes de ingresar a la locura del poder que los elevó al cargo del magistrado, sin la cual jamás hubiesen soñado alcanzar tal posición. Las enseñanzas bíblicas son sabias y de aplicación universal: “el que a hierro mata, a hierro muere”.
Mientras Patricio deshoja la margarita esperando un escenario propicio para el triunfo, o sea espera la llamada del candidato y que le cumplan todas sus condiciones, y Alejandro Domínguez insiste en que lo dejen competir, así tenga que ir a una interna, en las oficinas de la Dale surgió otro nombre para posible candidato a la presidencia municipal de Chihuahua, Ricardo Boone.
Si hay una terna sería la de ellos tres, donde la opción Boone toma relevancia precisamente por la indefinición del senador y los negativos que la dirigencia local observa en el diputado. No le perdonan su pasado duartista.
Así es la política, unos son los que persiguen la liebre y otros los que se quedan con ella, sin insinuar –desde luego- que la candidatura esté resuelta, pero es una hecho que la contienda se abrió a tres, cuando parecía que había dos claros finalistas, o si usted quiere uno, pero renuente a participar.
Sólo falta que se incorpore a la mesa de jugadores Minerva Castillo, a la que ven de candidata a diputada, en los tiempos de la “equidad de genero transversal” nunca está de más tener una carta femenina bajo la manga.
Todo quedó resuelto, vuelvan pasantes y residentes de medicina a sus centros de trabajo en la sierra, el genio de Ernesto Ávila encontró la forma más brillante, sencilla y económica de garantizar su seguridad: un grupo de watsapp.
No es broma, hicieron un grupo entre médicos, residentes y pasantes, de modo que cuando uno de ellos se sienta en problemas inmediatamente manifiesta su inquietud en el grupo y asunto resuelto, a los tres minutos un helicóptero llega por él y lo traslada a un centro seguro.
Es de risa este asunto, pues además ciertamente hicieron su grupo, como si el mensajito digital fuese garantía de protección contra las balas sicarias. Imagine al pasante: un momento, espéreme tantito, señor sicario, en lo que mando un watsapp vienen por mi y usted y yo no volvemos a vernos ¿le parece?. Aguante y verá.
Si, es probable que el doctor Ávila no esté en sus cabales, presentar ante los diputados el proyecto y decir que de esa manera está garantizada la seguridad, es como para enviarlo a practicarse un examen psicológico.
Seriedad en esa secretaría, está bien que sea el consuegro del sexenio pero se trata de la salud de los chihuahuenses, no sean indolentes. Ahora, si el programa funciona como dice Ávila pues pasen la receta al fiscal Peniche, así en lugar de contratar 600 nuevos policías para que se pongan a las ordenes de los grupos criminales, contratan asesores en redes sociales –Gustavo Madero podría recomendarles varios- y la protección del estado queda garantizada. Lo que sirve para la protección de los pasantes es bueno para todo ciudadano en peligro ¿O no?.