*¿Elección de blanco o negro?

* PRI ocupa el vacío de Corral

* Noroeste, tercera llamada…

* El Junior en su insignificancia

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Una elección de blanco o negro es como Víctor Almeida, lustroso representante de Anaya en Chihuahua, resume el momento político del país. Y explica lo que a su ver es obviedad: negro frente a una eventual victoria de López Obrador, blanco si prospera el proyecto de Ricardo Anaya.

Es una definición maniquea en la más radical de sus acepciones, Andrés Manuel no es todo negro, el país necesita con urgencia derrotar al modelo neoliberal, y Ricardo está muy lejos, pero muy lejos de presentar un frente blanco. Su historia personal de corrupción lo desacredita.

¿La corrupción no importa para el gran capital? ¿La consideran tolerable ante la posibilidad de un cambio de régimen que ponga fin a décadas de neoliberalismo diseñado para el crecimiento de las grandes empresas, dejando migajas al trabajador?

Si, López Obrador representa un populismo añoso y fuera de tiempo, del tipo autoritario que destruye sociedades, por desgracia la mafia y los empresarios quieren frenarlo oponiéndole un candidato que admite los calificativos de “traidor, corrupto, arrogante, ladino, mentiroso, engreído”.

No son calificativos mios, así lo han llamado Javier Corral, Gustavo Madero, Margarita Zavala, Ernesto Cordero, Felipe Calderón, todos panistas encumbrados que lo vieron crecer y conocen de cerca. Si López Obrador representa lo negro, Anaya está en el primer grado de gris, partiendo del extremo oscuro ¿Acaso la corrupción no es otro gran cáncer?.

La tercera opción, cada vez más alejada como propuesta competitiva, es José Antonio Meade, un funcionario público de antecedentes limpios que arrastra la pesada loza de un partido batido en la corrupción hasta sus cimientos.

El que pudiese representar una propuesta hacia una transición del régimen corrupto y corruptor, cínico y engorda incultos hacia otro con sentido humano, semejante a una izquierda moderna del tipo europeo, está manchado de origen por el propio partido que lo postula.

Por ese López Obrador crece, la gente está harta del PRIAN y la mafia que representan muchos empresarios, y no les importa si para terminar con privilegios que los excluye, arrastran el país al abismo. Que desdicha de nación ¿Campaña del voto útil? ¿Útil para quién?.

Muy temprano en la administración estatal, de sólo cinco años, para que el gobernador permanezca a cubierta durante un desfile de trabajadores. La imagen de Palacio rodeado por vallas de metal, mientras los trabajadores marchan, anuncia un prematuro desgaste.

Las causas han sido mencionadas de diversas maneras y en distintos momentos en éste y otros espacios de opinión. Sin embargo no se observa, a la distancia, un compromiso de quienes ofician como estrategas en el Nuevo Amanecer, en reconocer la temprana erosión de su gobierno.

Quizás tomen los comentarios como ataques de quienes añoran los días de la corrupción. De cierta forma es normal, Duarte decía que lo calumniaban quienes deseaban destruir a Chihuahua y Patricio Martínez, más ingenioso, reprendía a los que “respiran por la herida”, en referencia a Artemio Iglesias.

Probablemente distorsionar la realidad a fin de acomodarla a los intereses personales sea condición humana, todos se auto-justifican y cierran los ojos a la realidad que les disgusta.

Los candidatos del PRI aprovecharon la ausencia de Corral en el desfile y sacaron raja. Omar Bazán se apresuró a marchar codeándose con Doroteo Zapata y otros líderes sindicales e hicieron de la celebración un acto priista de campaña. Todo espacio vacío se ocupa… al instante, tarda más el agua en llenarlo que la política, dice la ortodoxia.

A Reyes Baeza le sirvió para medirse frente al populacho, es uno de los políticos que conserva arrastre de aquellos lejanos años cuando alcalde y gobernador, pero el tiempo a todos pasa factura y la sociedad evoluciona, hoy no es lo mismo que antaño.

Sin sombra de duda vivió momentos emotivos, no eran pocos los trabajadores que guiñaban el ojo, levantaban el dedo o saludaban de a grito mostrando solidaridad.

Pero el tono indiferente en contingentes supuestamente priistas prevaleció en Ocampo y Aldama, donde se apostó el candidato a senador. Tampoco faltó el irrespetuoso que grito Morena.

Explicar la indiferencia social es sencillo, “Santo que no es visto no es adorado”, la ausencia pesa en el ánimo popular. Y la otra, Reyes representa a un partido al que Duarte dejo hecho trizas y los nuevos jerarcas del PRI siguen empinando por su obstinación en protegerlo.

Lo que pueda hacer Reyes por esa campaña es ganancia, muy probablemente alcanzará para su proyecto personal pero los candidatos a diputados federales, senadores y alcaldes deberán ser ingeniosos para tomar parte de su menguado jalón.

El noroeste consumido en llamas y no es metáfora, a los radicales del Barzón hoy les da por incendiar pozos agrícolas, atenidos a la protección de Martín Solís, elevado funcionario en la Secretaría de Desarrollo Rural de gobierno.

No es que los mormones sean blancas palomitas, su fama de depredadores y abusones robándose el agua es legendaria, pero soportar que un grupo de campesinos destruyan propiedades, es otra cosa.

La región del noroeste es muy conflictiva, allá los campesinos no son de “guasap”, en el episodio pasado hubo disparos, golpes, vehículos dañados, un pozo incendiado y daños a cultivos. Ayer tomaron las vías del ferrocarril.

Son varias llamadas ¿Hasta cuando intervendrá gobierno? Pésima pregunta, hace tiempo interviene, Martín Solís alienta la violencia en la región, siendo que debería ser mediador. Por eso dice Julián LeBaron que el “Barzón está en gobierno”.

Otro problema donde los funcionarios de gobierno son parte, no solución, tónica de la presente administración.

El joven Carlos Borruel no entiende en donde está parado, piensa que los escándalos mediáticos son por él. Si, los detona su conducta desenfrenada, golpeadora, irresponsable, propia de un junior desubicado –las evidencias existen, no las inventó nadie- pero están en los medios no por él, sino por ser hijo de un político que pretende ser gobernador de Chihuahua y se desempeña como funcionario de gobierno. Su padre es una persona pública y por extensión la familia también.

Si Borruel Macías fuese hijo de cualquier vecino en colonia popular, nadie lo tomaba en cuenta. Sucede, sin embargo, que es un junior de la política panista con una foja de vida disoluta, que se la pasa de antro en antro y exige que lo tomen por exitoso empresario.

¿Hubiese sido representante de la cervecera o montado el Call Center sin la recomendación de su influyente padre y el impulso Yunke? Un mínimo de “ubicatel” le vendría bien. Pero a Carlos padre le asiste la razón, no tiene por que dar explicaciones públicas a nadie. Es la vida de su familia ¿Dirá lo mismo cuando busque otra vez el voto? En tres años hay campañas a diputados federales.