La revolución del nuevo régimen llegó a la delegación estatal del Seguro Social y lo hizo sin pasar por la oficina de Juan Carlos Loera, como seguramente sucederá con el resto de las secretarías y direcciones general del gobierno federal. En Adunas y la subsecretaria de Minas también lo dejaron mirando.
Germán Martínez, un panista revestido de moreno que, a tiempo, supo incorporarse al tren de los ganadores acelera los cambios en las delegaciones del IMSS. Ayer se filtró un documento del Consejo Técnico de la Institución que anuncia cambios en 23 delegaciones estatales, entre ellas Chihuahua.
Lagartón por tantos años, décadas de recorrido en el servicio público, Cristian Rodallegas tomó nota del documento filtrado y prepara la entrega, que podría ser entre hoy y el último del mes. En otras palabras no llega a los tamales del día de la Candelaria.
Otro delegado cuyo nombramiento viene directamente desde México, sin que Juan Carlos Loera reciba al menos la cortesía de ser notificado por escrito. El diputado con licencia se entera de los nombramientos, como el de Jorge Esteban Sandoval en el ISSSTE, por los medios.
El “superdelegado” pierde impulso, no hay duda. Desde diciembre pasado presentó a Gabriel García, coordinador general de los programas asistenciales de AMLO y en esa condición jefe de todos los superdelegados estatales, una extensa lista de candidatos para ocupar las diferentes delegaciones, esperando distribuir los huesitos con carne entre sus amigos.
Sin embargo pasan los días y no ha podido colocar a un solo delegado, evidenciando que nadie lo tomó en serio, ni Gabriel ni su protectora política, Ariana Montiel, influyente subsecretaria y amiga personal del presidente.
Por una parte está siendo cada vez más claro que no es el superdelegado que afirmaba ser; por la otra exhibe una total ausencia de sentido común y oficio político, pretendiendo tumbar delegados sin percatarse de que dispara contra el propio gobierno federal ¿De dónde vienen los nombramientos?
Trae una absurda guerra contra Jorge Esteban, estimulada por asuntos feministas donde tiene especiales intereses, ¿Abrirá otra contra el nuevo delegado del Seguro Social y los que lleguen posteriormente? Es pregunta. Ni dudarlo, el golpeteo es lo suyo.
Lo que más asombra en el caso de Loera es su absoluta disposición a la pendencia. Teniendo la representación del mesías en Chihuahua, en vez de asumir el liderazgo y convertirse en factor de unidad, dispara con escopeta contra dentro y fuera del partido. Lo mismo carga contra Cruz Pérez Cuéllar que contra Martín Chaparro y diputados locales, sin dejar en paz a otros liderazgos del partido.
Así nunca ¡Que manera de socavar un proyecto que le sirvieron en charola de plata! Muy cara le está resultado su relación y acercamiento personal con Víctor Quintana. Cada quién elige sus luchas, Loera optó por la de todos contra mi y yo contra todos.
Maru Campos no sabe que hacer, se quemó con el frustrado aumento del 25 por ciento al predial y hoy, ante la falta de apoyos económicos federales, duda sobre contratar o no deuda pública. Hace bien en pensarla, tras el despilfarro de César Duarte y la ineficacia de Javier Corral los chihuahuenses no están para recibir nuevas noticias sobre endeudamientos.
Sin embargo necesita el dinero para hacer lucir la administración, tomando en cuenta se trata del único año que tiene de relativa calma para hacer obra y presentar una administración ribeteada de eficiente, que le permita afianzar su proyecto hacia la gubernatura.
Compleja disyuntiva, sus asesores políticos y de imagen, pues la solución no se trata de una decisión administrativa dado que las finanzas municipales son sanas, sino un asunto de orden político, una especie de ser o no ser. En días próximos tomarán la decisión, entonces veremos que tanto pesó en el ánimo de la alcaldesa el desliz del predial.
