*Los “Pérez Acedos” del 2020

* Del caballo Lozoya al Burro Chon

* Entre doctorsitos y tísicos. Ufff

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El deseo de poder vuelve locos a muchos, se ven despachando en la oficina más importante del estado y, distraídos en sus delirios, sueñan con que ya son, acomodando sus ambiciones a un entorno político que está muy lejos de corresponderse con la realidad.

Durante décadas, un rentero acaudalado de nombre Bernardo Pérez Acedo estuvo convencido de que podía ser gobernador de Chihuahua. Con esa loca idea hacía campaña cada que llegaban los tiempos electorales, seguro de que su proyecto era viable.

Inocente, no reparaba en la insensatez alimentada por el disparate de que su activismo político fue determinante en la “democratización” del PRI -¿Alguna vez se democratizó ese partido?- y en consecuencia reclamaba el reconocimiento político de sus correligionarios.

A muchos el poder los idiotiza, a otros los vuelve locos sólo la idea. Esa patología es endémica en la política. En la mesa virtual de Jerónimos –hacen zoom para sentir que no los ha derrotado el virus- identificaron al menos cuatro “Pérez Acedos” de la presente coyuntura electoral.

Son aquellos extraños personajes que, sin haber sido contagiados por nadie, presentan todos los síntomas del padecimiento: distorsión de la realidad, autoestima en los cielos, tendencia suicida a la adulación, esquizofrenia electoral, codependencia de los reflectores, compulsión a creer todo lo que sus “amigos” les dicen.

¿Conoce usted a Alejandro Díaz? Yo tampoco, pero tengo entendido que Jaime Galván y Víctor Anchondo si. Supongo que también su familia próxima y quizás uno que otro en el gremio de la Bata Blanca, es médico de profesión y por eso le llaman “el doctorisito”.

Sin embargo en Morena nadie tenía registrado su nombre hasta antes de que hiciese públicos sus desvaríos y sin embargo se promociona como si la militancia del nuevo partidazo aclamase su nombre, exigiendo para él la candidatura a gobernador. No es broma, ¡Sinceramente cree que puede ser!.

Víctor Quintana, un experimentado activista de izquierda tendrá 74 años para el día de la elección -la Constitución dice que nadie puede ser candidato con setenta cumplidos-, su deteriorada salud es de conocimiento público –hay quienes aseguran verlo dormir en las reuniones-, igual que su traición al gran Tlatoani por preferir la seguridad del PAN que el riesgo de “la causa” López obradorista.

Siendo un hombre formado en la política, piensa que puede llegar al gobierno sólo por una vieja relación que tiene con Ramírez Cuéllar, presidente interino de Morena, así que pagó encuestas y rogó para ser incluido en el foro de Coparmex, donde no lo tenían registrado. Los años no le dan, la salud tampoco y presenta su nombre ¿Expliquen eso?.

Carlos Borruel es expresidente municipal, exdiputado local, con relaciones amplias en el la ultraderecha panista, hoy funcionario estatal y ya fue candidato a gobernador. Uno pensaría que es político bien formado, pero da la impresión que se quedó atado al pasado; en el escenario más adverso para él, donde nadie apuesta ni tres centavos por su proyecto, el hombre su postula. ¿Perdió la cordura? ¿Es locura temporal o permanente? Quien sabe, ese mal no es gripa, llega para quedarse.

Cerrando el desfile de iluminados tenemos a una mujer, la equidad de género, Carmen Almeida. ¿La ubica? Pues yo pregunté para tener referencias mínimas. Hasta se ofende uno cuando desconoce los nombres de posibles gobernadores ¿Tan desactualizado estoy?.

Doña Carmen, es la suplente de la diputada Tatiana Clouthier -ella si con amplias posibilidades de ser candidata al gobierno de Nuevo León- y hermana de Lalo Almeida, uno de los empresarios favoritos en el sexenio de la corrupción duartista. Probablemente sea una mujer muy respetable, pero nadie la ve de gobernadora ¿Qué le hace alimentar esa posibilidad? El “Pérez Acedo que muchos llevan dentro”.

La lista queda, por ahora, en ella. Podría citar otros nombre como el de Armando Cabada, por ejemplo, pero es edil en funciones de la ciudad más grande de Chihuahua y aunque sus posibilidades sean equivalentes a cero el cargo lo excusa de la locura.

Espero que las mentes creativas del Jernónimos hagan nuevas aportaciones, por mi parte pensaba en incluir al Burro Chon, sin embargo el burrito si sabe lo que hace, además nunca ha perdido una elección, podríamos acusarlo de locuaz pero no de loco.

Dejé fuera al caballo Lozoya por que, –me han dicho- conoce sus limitaciones y mientras mueve el pandero de la gubernatura busca acomodarse, con el mejor postor, en una diputación federal. Espero sus aportaciones, falta poco más de un año para el día de la elección, tiempo suficiente para que surjan otro(a)s insensatos, por ahora la lista va en cuatro y dos con asterisco.