*BOA, la nueva mafia; AMLO pierde tino

* Rocío Reza, contradicción en persona

* Cruzado de brazos, viendo salir el agua

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Durante la extendida campaña de 12 años buscando la Presidencia del país, López Obrador encontró al enemigo favorito del “pueblo” en “La Mafia del Poder”. Ahí ubicó a expresidentes del PRI y el PAN, a políticos encumbrados de ambos partidos y a un reducido grupo de millonarios, a los que después endilgó otro epíteto: “la minoría rapaz”.

Los tiranos necesitan un enemigo visible a quién responsabilizar de las desgracias del pueblo y todos inventan uno, sean de izquierda o derecha. ¿Alguien ha escuchado a López Obrador referirse a la mafia del poder o la minoría rapaz, desde que es Presidente? No, ese “enemigo” quedó agotado, ahora la mafia del poder es él y los aduladores empoderados que lo acompañan en el gobierno.

En desuso el viejo demonio, su esbozo de dictadura busca un enemigo nuevo a quién a quien demonizar, a quien echar la culpa del fracaso. Así construyó su narrativa contra los conservadores, neoliberales y fifís, pero se ha percatado que, sin figuras preponderantes de carne y hueso, le resultaba insuficiente para sus propósitos.

En ese contexto ubico el Bloque Opositor Amplio (BOA) en donde amontona, con nombre y apellidos, a quince gobernadores, varios empresarios de alto perfil, columnistas leídos y algunos de los medios impresos más influyentes del país. Necesita puntos de referencia y los encontró en estos personajes, ellos y quienes los acompañen serán los nuevos demonios empeñados en quebrar su transformación.

Eligió mal, está desesperado o pierde tino en la comunicación masiva, su mayor virtud política. Es ridícula la estrategia que presentó el vocero de la presidencia, Jesús Ramírez, sobre el BOA, cuyo fin sería, según López Obrador, arrebatarle el control de la Cámara de Diputados en la elección intermedia y retirarlo de la Presidencia en el ejercicio de revocación –o ratificación- de mandato, un año después.

Hasta en el acrónimo erraron, BOA. Los involucrados con sentido de la ocurrencia, entre ellos Javier Corral, hicieron broma asociándolo a la pegajosa canción de la Sonora Santanera, “Es la boa, es la boa”. Desde que las redes son malditas en vez de benditas sabemos que trastornan sus sentidos, con los de ayer la pasará mal, pensaba dar un golpe “exhibiendo” a la nueva mafia y de respuesta encontró la sorna.

Desde luego la oposición, los agrupados en el BOA, quieren reventar su gobierno, están en la idea de apoyar candidaturas a diputados federales independientes al poder presidencial, pero no es complot contra nadie, ¡es la lucha por el poder! ¿Qué esperaba? ¿Que todos se tendieran de tapete a su paso?.

Por historia sabemos que la oposición jamás ha tenido capacidad de unirse, sus intereses, mezquindades y malquerencias destrozan cualquier posibilidad seria de objetivos comunes. Ni los partidos políticos entre sí suelen ponerse de acuerdo, hoy López Obrador es presidente por la mezquindad y agandalle de Ricardo Anaya; prefirió partir al PAN en dos, forzando la renuncia de Margarita, en lugar de presentar una candidatura solida y competitiva. Un año antes de la pasada elección Margarita era más popular que AMLO y el PAN la desechó.

Lo que está consiguiendo, además de memes burlones –me gustó donde lo ponen de vocalista con la SS-, es que la oposición se una en proyectos regionales comunes y surjan liderazgos como el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, al que grupos fuera de su estado empiezan a prenderle veladoras hacia el 2024.

López Obrador pierde la batalla, la oposición hoy fraccionada mañana podría conformar ese bloque opositor y arrebatarle la Cámara de Diputados. No se ha dado cuenta que ya no es el mismo Tlatoani de cuya boca sólo salían verdades y en cuyo ser encarnaba el sentimiento popular.

¿Conmigo o contra mí? Un alto número de mexicanos están alineándose contra él, contra su insensatez de mantenerse ideológicamente atado al siglo antepasado y la obstinación de gobernar pensando en los años setentas. Mientras el mundo avanza en una dirección, López Obrador quiere dar una vuelta en U y volver sobre los pasos del fracaso, la corrupción y el populismo. A un año de la contienda, es la primera vez que veo a López Obrador perder el tino en un asunto que durante campaña hubiese sido rutinario.

Rompeolas

La incapacidad de no saber en dónde estas parada. Rocío Reza, presidenta estatal el PAN, envió el siguiente mensaje en sus redes: “Increíble, los grandes problemas del país y el presidente AMLO con que el BOA, rescatemos México es un clamor ciudadano, no una conspiración”. ¿Y que horas trae, Rocío, tu querido gobernador Javier Corral. En el pico de la pandemia, Chihuahua el cuarto lugar en violencia, finanzas estatales desfondadas, un colapso financiero, nos roban el agua y Javier ocupado en grilla interna de los partidos políticos con una ley que nadie pidió. Recoge el pedazo de lengua, sutúrala y limpia la sangre. Te la haz mordido feo.

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Que no puede intervenir para evitar que se lleven el agua de las presas, dice Corral. Pues Patricio Martínez si pudo, no le temblaron las corvas para proteger las válvulas del Granero y la Boquilla con agentes estatales bien armados. Es cuestión de convicción, en el tema del agua como dice López Obrador; o estas con Chihuahua o estás contra Chihuahua.