LOS MOTIVOS DEL VOTO BLANCO
*Poder de las minorías, falaz
*Aguas, viene López Obrador
*Javier Corral se pone a tono

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Causa cierta frustración observar envueltos en la bandera a muchos de los analistas políticos del país, por el “gran retroceso” de que en pleno siglo XXI la mayor potencia del mundo haya elegido a una mezcla de Hitler y Berlusconi, un racista misógino, el mayor enemigo de los mexicanos y superficial “showmen”.

Serenos, el resultado del martes tiene otras explicaciones que a los ojos de la clase medica estadounidense resultan muy justificados y nada o poco tiene que ver con la cultura del odio promovida como retórica de campaña por el magnate hoy empoderado en la Casa Blanca.

Una pésima candidata republicana. Hillary Clinton representa el odiado establishmen, contra el que Trump hizo su campaña, machacando con el “yo no soy político, los políticos no actúan, yo soy lo contrario”.

No sólo en Estados Unidos ocurre ese fenómeno antisistémico, es un universal. Se observó en Inglaterra durante la elección del Brexit para abandonar la Unión Europea, en Colombia con el “No” contra la propuesta gubernamental de firmar la paz con la guerrilla, en Nuevo León con el independiente. Para muchos votantes Hillary estaba en la cima de la desprestigiada clase política y el sistema económico y político que la soporta.

Dicen analistas estadounidenses que su cultura es votar por razones exclusivas del bolsillo. La clase media, mayoritariamente blanca, que según CNN representó el 70 por ciento del voto, del cual el 58 por ciento lo hizo por Trump y sólo el 12 por Clinton, supo defender sus intereses.
En los últimos años gran parte de ese sector blanco ha visto reducido en ocho porciento el poder adquisitivo de su moneda y mermado el empleo. Son por tanto los opuestos a las políticas sociales de Barack Obama, especialmente con el programa de salud llamado Obamacare y las reformas sanitarias para los latinos, aprobadas en marzo del 2010.
Un estadounidense promedio pagaba en salud, antes de los programas, quinientos dólares, este año pagó 1200 y recibió la notificación de que el próximo serían 1,500. Ese hecho sería suficiente para explicar que Clinton perdió seis estados claves, ganados hace cuatro años por Obama. Nadie vota contra su bolsillo.
Alguien vendió a los latinos que eran el gran gigante dormido, que su voto es determinante para marcar el rumbo de una elección. Falso, según CNN el voto de las minorías representó el 30 por ciento, de los cuales apenas el 11 por ciento es de origen latino. Las minorías siguen siendo minorías.
Desde luego es una elección compleja, las razones definitivas del resultado se irán desgranando reposadamente, pero al primer vistazo está clara que el histrionismo mediático con efectos racistas y misóginos tuvo poco que ver.
Tras su elección lo único seguro es la incertidumbre, nadie tiene certeza de su comportamiento como Jefe de Estado. No obstante lo más probable es que no pase nada, si algún presidente está sometido a los intereses fácticos de su país, es el de Estados Unidos.
La presidencia de Trump no modificará significativamente las relaciones con México, el muro está muy avanzado, las deportaciones de ilegales suceden en razón de intereses laborales o motivaciones políticas, siempre nos han visto como su patio trasero, que gane uno y otro da lo mismo.
En el más exacerbado de los oportunismos, los políticos mexicanos que se suponen beneficiarios indirectos el efecto Trump, intentaron capitalizarlo a su favor. El primero que salió fue López Obrador, a las nueve de la noche –tiempo de la ciudad de México- envió un mensaje tranquilizador en redes, asumiéndose el gran líder del país.
No hay motivo de preocupación, dice, ya que gracias a los padres fundadores México –de México, no de Estados Unidos- vivimos en un país libre y soberano. No es una colonia, protectorado ni depende de ningún gobierno extranjera, recuerda a la nación.
Carga la mano a la mafia, infaltable en su discurso, acusándola de que haberse equivocado por invitar al entonces candidato republicano. Pero tranquilos, ahí está él como salvador de los mexicanos, el superman que todo lo puede, como garante de la soberanía e independencia nacional.
Arrogante, sin duda, engreído también, pero hay que reconocer al tabasqueño su visión de ponerse a la cabeza de los mexicanos, durante el momento de incertidumbre y zozobra. Si algún político mexicano tiene oportunidad de capitalizar el resultado electoral en Estados Unidos, es sin duda López Obrador.
También el Bronco salió a redes, apuntándose para presidente con el infantil argumento de que si un bronco como Trump pudo en Estados Unidos, porque otro bronco no podría en México. Se la hace agua la boca al ingenuo, piensa que México es el municipio de García.
Hasta Javier Corral soltó su gato a retozar, se apuntó para hacer una gira en el interior de los Estados Unidos, con el propósito de hablar con paisanos chihuahuitas y promover la olvidada Comisión Binacional de Gobernadores Fronterizos, que sólo sirvió para derrochar dinero. No hay duda, la gente se vuelve local.
El pequeño detallito de nuestro señor gobernador, su excelencia Javier Corral Jurado, es que tendrá dificultades para congraciarse con el nuevo amo del mundo. Siendo Chihuahua el estado que más kilómetros de frontera comparte con el poderoso imperio, está impedido para colaborar con la construcción del muro.
Ganas le sobran, simplemente no puede porque César Duarte “dispuso” de ladrillos, cemento y varillas del estado, llevándose además la maquinaría pesada, albañiles y chalanes al Saucito, donde los ocupa en la construcción de una presa más grande, pues la que levantó cuando era gobernador resultó insuficiente para alimentar su ganado, y una muralla blindada, por si a Peniche y sus querubines se les ocurre ir a buscarlo.
En su descarga Corral puede argumentar que le mandó por adelantado, con su secretaría Lupita de la Vega, un millón de dólares para la campaña. No es una cantidad menor ni para los empresarios gringos. Según los usos y costumbres de los donantes, la aportación de cien mil dólares otorga derecho a una entrevista privada con el Congresista beneficiario; doscientos mil con un senador; quinientos mil dan acceso a los líderes de las cámaras; un millón de dólares abre las puertas de secretarios de estado y cabilderos mayores.
En esa categoría se encuentran la familia Foster-De La vega, la del millón, sólo debajo de los llamados millardos, es decir los que aportan de cincuenta millones para arriba, donativo que acercan al presidente y acceso al celular personal de los secretarios. Con tamañas credenciales, Alejandra para presidenta juarita. Abusado, Armando, cuida que no te agarren en domingo, esas ligas son mayores.