Corral, sus amigos lo desacreditan

*Son de buena familia, la nueva moral

*… Y ahora ¿Qué hacemos con Leyva?

*Esparza al Top 10 de los justiciables

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César Duarte protegió a sus amigos como si fuesen hijos malcriados, inútiles y corruptos, permitiéndoles hacer cuanta tropelía se les ocurrió. En esencia Javier Corral reacciona similar, en los primeros meses se muestra pasivo, complaciente y tolerante con sus amigos que lastran el gobierno y merman su credibilidad.

Deje usted que la Secretaria Olmos haya incumplido “poquito” con la ley de servidores públicos, en una sociedad gobernante corrompida y bribona su falta es insignificante. Pero el enorme desgaste a que sometió a Corral, intentando conseguir trabajo para su esposo, marcará el quinquenio.

Stefany no puede hacerse la omisa ni simular ingenuidad y esperar que la gente le crea. En su secretaría trabaja Mónica Soto, aspirante a comisionada del Ichitaip que promovió una demanda contra Leyva y los otros dos consejeros recientemente nombrados ¿Saldrá la señora Olmos con que nada sabía al respecto?

Mientras Soto litigaba desde la SFP la caída de Leyva, la señora Secretaria convenció a su amigo el gobernador Corral, a efecto de que instruyese a Fernando Álvarez, César Jáuregui, el exbueno, y Miguel Latorre que cabildearan ante Rodolfo Leyva el ingreso de Ricardo Gándara, esposo de Olmos, a la Secretaría General del Ichitaip.

Los tres hicieron el cabildeo durante semanas, sin éxito hasta que Leyva reventó la cuerda emboscando a Corral para exhibir en público sus pretensiones intervencionistas en un organismo autónomo, nada menos que el responsable de la transparencia.

Trágame tierra, el gobernador pretende hacer correr su administración sobre los rieles de la transparencia y el respeto a las instituciones y de golpe uno de los suyos desvela sin miramientos que antepone las necesidades laborales de sus amigos sobre el respeto a las instituciones y su convicción transparente. Stéfany Olmos ha desacreditado a su amigo, el gobernador.

No es la única. Corral basó su campaña condenando la corrupción del “vulgar ladrón” y su pandilla e inició la administración integrando las carpetas de investigación contra la impunidad.

Y sucede que a las primeras de cambio uno de sus amigos, síndico, su compañero de trote, prospecto para destronar a Maru Campos de la alcaldía, se embarrar de la misma forma en que antes lo hicieron Hermosillos, Hernández, Tarines, Duartes, Moreiras y Esparzas y demás apellidos proscritos del pasado gobierno.

La pandilla Duarte no empezó robándose la millonada, hicieron pininos en la corrupción creando empresas a nombre de parientes, amigos y conocidos, con el propósito de quedarse con los contratos gubernamentales. Exactamente lo mismo que hizo la hermana y el cuñado de Miguel Riggs, formalizar un membrete fiscal que les permita facturar fácil y caro.

La única diferencia entre los corruptos de Duarte y los aprendices de Corral, es que a los ojos de la nueva moral panista aquellos eran engendros del mal, corruptos desde la cuna, pillos de siete suelas, bastardos irredentos; y los de hoy son inmaculados prestadores de servicios. Como Joaquín Mesta cuando robó al gobierno para salvar sus empresas, Barrio lo perdonó por ser de buena familia.

Miguel Riggs está desautorizado para ejercer de síndico, su explicación de que son asuntos de su esposa y su cuñado que la compren Caperucita Roja o la Bella Durmiente. Él y su familia aprovecharon su amistad con Javier Corral para hacer negocio ¿Estarías de acuerdo, Pinedo, o eres de los que piensan que son de buena familia y por eso hay que perdonarlos?

Quieren la credibilidad de la gente, observen congruencia, es muy diferente hablar y pontificar sobre el deber ser, a respetar  una conducta de vida siguiendo lo que pregonan. Otra vez, todas las veces que sean necesarias: sobre transparencia no se platica, se practica; la corrupción no se califica, se combate donde quiera que esté.

Antes de cumplir cuatro meses al frente del gobierno, objetivamente y sin que nadie lo haya orillado más que sus amigos, Javier Corral tropezó con su afán teorizantes de honestidad y transparencia. Las suyas son palabras huecas, pues están desprovistas de acción.

La hermana de Miguel Riggs encarna el primer acto patente de corrupto influyentismo; Stefany Olmos desnudó el falso afán transparente, al tiempo que ella misma pierde toda credibilidad.

Cierra mal enero y todavía faltan once meses del año. Corrijan, dilapidan aceleradamente el bono ciudadano.

Con Ricardo Leyva quemando naves, por el episodio de Gándara quebró con todos, menos con la Constitución, su tutora, dice. En el PAN se preguntan cual será el siguiente paso para enfrentar la crisis transparente.

¿Qué hacer con alguien que tomó en serio su trabajo y desafió al gobernador, al partido y a sus aliados? Es la pregunta que se formulan los operadores de Corral.

Será interesante el camino que adopten en los próximos días, pero sólo tienen tres opciones: ignorarlo y que acabe de empoderarse como tlatoani efectivo de la transparencia, sería lo mejor para Chihuahua; intentar una última negociación para suavizar su postura; o tratar de tirarlo para entronizar a un comisionado a modo de Palacio.

Ninguno de los caminos es sencillo, otra vez la traída Jáuregui-Latorre-Álvarez tiene la palabra. El transparente indisciplinado se les ha vuelto un problema y ni siquiera le dio chamaba a Gándara. No importa, Stéfany sabrá conseguirle otro espacio a su marido, faltaba más.

Peniche logró poner a Jesús Esparza en el Top Ten de los justiciables, lo cual es mucho decir, sabiendo que hubo varios esforzados hasta lo imposible por entrar en la exclusiva lista.

Sin embargo quienes conoce a Esparza aseguran que los querubines de la Fiscalía llegan tarde al resguardo de los servidores de la Auditoria Superior del Congreso. Dicen que Jesús es osado, de piel blandita y, como pocos, servil con los superiores, pero también muy precavido.

Lo más probable es que en el tiempo transcurrido para entregar haya limpiado cajones y archivos, tanto físicos como digitales, que pudieran inculparlo.

De cualquier forma en su caso hay acciones concretas, ya no se trata de una versión o buenos deseos de sus amigos, la Fiscalía dio un primer y determinante paso contra él.

Prepárese, el show de los máximo procesos está cerca aunque Peniche haya salido con que la nueva prioridad es encontrar a las personas desaparecidas ¿Y la inseguridad? ¿Y la corrupción? ¿De plano se ve y siente tan impotente como para dejar esa tarea y hacerle de levantamuertos?