La acción de perdonar; Diana Bracho se alista para la obra ‘Madres e hijos’

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Para la actriz mexicana Diana Bracho, su próximo protagónico teatral, Betty, en la obra Madres e hijos, está dedicado al dramaturgo estadunidense Terrence McNally (1938-2020), con quien tuvo una relación artística y de amistad, tras haber encabezado en dos ocasiones otra de sus obras cumbres, Master Class, tanto en 1998 como en 2014.

En Madres e hijos, que se estrena el 10 de mayo en el Teatro Milán, Bracho, de 79 años de edad, recreará a una madre que en duelo por su hijo, decide reconectarse con la expareja de él, a quien no ha visto desde hace dos décadas, Chris, personaje hecho por Juan Manuel Bernal.

 

La maternidad, como todos sabemos, es una experiencia no necesariamente biológica. Tener una madre biológica es muy importante, pero tener una madre en abstracto, que te formó en la vida, que te cuidó y se preocupó por ti, es importantísimo. Yo soy muy afortunada de tener una hija, nada más una (Andrea), decidí tener una hija nada más y vivo esa relación con una intensidad impresionante. La respeto, somos muy diferentes mi hija y yo. Es maravillosa, es súper talentosa, es una muy buena persona, generosa, pero a veces chocamos. Sin embargo, la admiro, la respiro y la quiero mucho.

Así que puedo decir que esa experiencia de Betty, de haber tenido un hijo nada más y de haberle dado, según ella, todo lo que quería compartir con un hijo y consentirlo en todo, y que finalmente ese hijo la contradiga en sus preferencias sexuales, la contradiga en la vida y muera casi sin que ella se entere, porque ella dice que ‘supo que se había muerto’, pero realmente vivió muy lejos de él, ¡es una situación para Betty muy dolorosa!

La ganadora de tres premios Ariel y expresidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas habló de su relación con el autor.

Esta obra, para mí, es un homenaje a Terrence. Terrence y yo fuimos amigos. Tuvimos una relación muy bella. Vino a México un par de veces, para ver Master Class. Yo lo veía cada vez que iba a Nueva York, nos íbamos a comer y a platicar. Fue un hombre, además de talentosísimo, uno de los grandes dramaturgos del siglo XX, además de ser un gran amigo y una persona con una profunda humildad, que es muy raro en una persona tan exitosa.

Terrence era absolutamente humilde, natural… cuando comíamos platicábamos de todo y cuando se enfermó, su compañero de vida me habló y me dijo: ‘acaban de operar a Terrence de un pulmón, le quitaron un pulmón, está muy incómodo, porque no puede dormir muy bien’. Así que le compré una súper almohada y se la mandé a Londres. Me contaba su compañero que no la soltaba y dormía abrazado a ella.

Bueno, esa almohada, ahorita para mí, es Madres e hijos. Estoy abrazada a esa almohada. Es un privilegio realmente, muy esperado para nosotros. Para mí hacer esta obra es un homenaje a Terrence McNally, que va a ser cotidiano. Cada vez que pise este escenario, va a estar Terrence con nosotros”, relató Bracho.

Juan Manuel Bernal detalló que la obra explora el duelo y el reencuentro de dos seres que tienen heridas que sanar.

En la obra anterior que hice, a los personajes les costaba pedir perdón y en ésta, se la pasan pidiendo perdón. Este personaje está cargado de culpas, pero, por otro lado, se dio una segunda oportunidad y está viviendo un momento increíble en su vida, hasta que se encuentra con el pasado que lo rebasa. Creo que es ésa oportunidad de la vida para tratar de sanar algunas cosas que quizá creías que ya habías cerrado y que, de repente, la vida te dice ’todavía no’. Es un personaje muy profundo, muy hermoso y me siento muy afortunado de toparme con una historia así”, acotó Bernal.