Ataque contra Cristianos coptos en Egipto deja al menos 26 muertos

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La minoría cristiana copta de Egipto ha vuelto a ser víctima de un brutal atentado que se ha cobrado la vida de al menos 26 personas y ha provocado heridas en más de otra veintena, según ha informado el portavoz del Ministerio de Sanidad egipcio, Jaled Muhahid. El ataque se produjo cerca de un pueblo de la provincia de Minia, a unos 300 kilómetros al sur de El Cairo, cuando  un autobús que transportaba un grupo de fieles fue tiroteado en una emboscada.

Aunque ninguna organización ha reivindicado el atentado, parece llevar el sello del autodenominado Estado Islámico, que en los últimos meses ha perpetrado varios sangrientos atentados contra la comunidad cristiana egipcia que ha dejado un reguero de más de 70 víctimas mortales.

De acuerdo con un comunicado del ministerio del Interior, una decena de hombres encapuchados abrió fuego indiscriminadamente contra el convoy, integrado por dos autobuses y una furgoneta, y se dio a la fuga en tres vehículos todoterreno. La masacre tuvo lugar en mitad de una carretera, en las inmediaciones de la localidad de Al Adua, situada en una de las regiones que cuenta con una mayor presencia de cristianos coptos. Los fieles, entre los que había muchos niños, se dirigían al vecino monsasterio de San Samuel. En todo el país, se calcula que los cristianos, en su mayoría adheridos a la Iglesia Ortodoxa Copta, representan aproximadamente el 9% de los 93 millones de habitantes de Egipto.

“Estamos adoloridos por la violencia y el mal … que tiene como punta de mira el corazón de Egipto y la unidad nacional”, declaró la Iglesia Ortodoxa Copta a través de un comunicado. Diversas instituciones nacionales, como la Universidad de Al Azhar, e internacionales condenaron enérgicamente el atentado y expresaron sus condolencias. Los heridos fueron distribuidos entre tres hospitales diferentes de la zona, pero está previsto que varios de ellos sean trasladados a un centro de la capital. La mayoría de las víctimas eran originarias de la provincia de Beni Suef, adjunta a la de Minia.

Desde finales del año pasado, la comunidad copta se ha convertido en un blanco preferido del ISIS, que cuenta con una filial en la provincia del Sinaí desde 2014, bautizada como Wilaya Sina (“provincia del Sinaí”). Anteriormente, el grupo yihadista solía centrarse en atacar a miembros de las fuerzas de seguridad. Si bien esta península remota y desértica continúa siendo su principal bastión, las acciones violentas de la milicia se han ido extendiendo progresivamente por el valle del Nilo. De hecho, sus atentados más sangrientos contra la minoría cristiana han tenido lugar en las principales ciudades del país.

Precisamente, la pequeña localidad de Al Adua, escenario hoy de la barbarie terrorista, saltó a los titulares de la prensa internacional hace tres años, cuando sus habitantes constituyeron la mayoría de los 683 simpatizantes islamistas condenados a la pena de muerte en un macrojuicio por el asalto contra una comisaría de policía después del golpe. Las organizaciones de derechos humanos denunciaron que el proceso no contó con las garantías procesales mínimas. Posteriormente, un tribunal de casación absolvió a buena parte de los acusados, pero mantuvo la pena capital a 183 de ellos.