Transporte ¿Volver a empezar?

* Se inmolan Tarín y Villegas

* Robos, los notarios en pánico

* Domingo de pesadilla en Edomex

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 Uno de los mayores batideros que dejó César Duarte en la capital, es el transporte público. Pretendiendo modernizarlo, redujo el servicio a un conjunto de chatarras que circulan en horarios y rutas arbitrarias, diseñadas a interés de la mafia que lo ha contralado históricamente, identificada en el pasado como “Pulpo Camionero”.

Redundar sobre las deficiencias es pérdida de tiempo, los usuarios las sufren a diario, sin contar que sus carcachas inundaron las principales calles y avenidas de la ciudad, hasta dejar la ruta troncal sin camiones alimentadores, como si fuese otra más, entorpeciendo el tráfico de la ciudad. Sin exagerar es una atrocidad.

El gobierno de Corral optó por administrar la crisis en lugar de resolverla, medida inteligente siempre que la tomen de manera temporal. Es claro que no pueden levantar el tiradero en unos cuantos meses, pero necesitan tomar conciencia del problema real, a efecto de que la pandilla de Lozoya y compañía no los sorprenda nuevamente.

Los comentarios vienen al caso por declaraciones de Joel Gallegos, director de Gobernación, sobre una reforma a la Ley de Transporte, y la planeación ejecutiva para las rutas troncales dos y tres, cuya inversión sería de dos mil millones de pesos ¿Tanto? Saldrán más caras que la de Duarte.

Toda ley puede ser mejorada, sin embargo el deteriorado servicio no quedará resuelto con reformas legislativas. Es necesario que el Gobierno Estatal intervenga para regresar al proyecto original, el de un sistema único de recaudo y rutas alimentadoras que abastezcan las troncales uno, dos y tres, cuando éstas últimas estén construidas, en lugar de que anden sueltos en busca de la morralla que tanto pelean.

Cambien el nombre del Vivebus, no importa, puede llamarlo por ejemplo Corralbus, Azulbus, Amacerbus, identificarlo es lo de menos siempre que pongan atención el lo fundamental: introducir camiones nuevos o de modelo reciente en las rutas alimentadoras, hacerlas respetar, recuperar las unidades robadas, chocadas o desmanteladas en la troncal y regresar al sistema de recaudo único, sin lastimar el bolsillo de los usuarios.

No es tan difícil, sólo necesitan voluntad y asesorarse de las personas adecuadas. Corral muestra manifestaciones de obsesión por detener a Duarte, para dar vitalidad a su administración. Es una apuesta azarosa considerando que no depende enteramente del Gobierno Estatal detenerlo.

En cambio si resuelve el embrollo del transporte, daría igual o mayor impulso a su gobierno y eso está por completo a su alcance. Hágalo y recibirá el negado aplauso de la gente, sólo cuídese de no volver a empezar, correrían el riesgo de agotar el tiempo y batirlo todavía más.

Los abogados de Antonio Tarín y Gerardo Villegas, dos de los acusados menores en los “maxijuicios”, mansos operadores de cuanta presunta operación fraudulenta les fue solicitada en la pasada administración, están más empeñados en proteger a César Duarte que liberar a sus propios clientes.

Saben que no tienen salida, la creación simultánea de las cuatro empresas con las que presumiblemente desfalcaron al Estado con 246 millones de pesos, todas situadas en la misma dirección fiscal, como se supo ayer durante la comparecencia de Tarín, complica su defensa en grado extremo.

Por eso adoptaron la estrategia de colocar entre ellos y Duarte, a Jaime Herrera, Secretario de Hacienda en la pasada administración. Saben que si logran interponerlo serviría de escudo a favor de su antiguo jefe.

Caminan al barranco los dos, cualquiera en el sistema Judicial –ahora dominado por la dupla Godínez-Castro y no precisamente Julio César- sabe que el objetivo es el gobernador en fuga, de modo que el Ministerio Público no permitirá que se interponga nadie en su afán de pescarlo.

Pero en fin, le guardan lealtad a quién todo les dio y eso habla bien de ellos, pues son pocos los que están dispuestos a inmolarse con tal de proteger a su jefe, el supuesto responsable de una seria de atracos y excesos que dejaron temblando las finanzas estatales.

El Colegio de Notarios está en shock, les removió el estómago el nombramiento de Luz Estela Castro en la Consejería de la Judicatura y el empoderamiento de Norma Angélica Godínez en el sistema Judicial, pero su preocupación mayor es que en los últimos días tres notarios, entre ellos Luis Calderón, han sido víctimas de asaltos en sus oficinas.

¿Y nosotros por qué? Se preguntarán los fedatarios empoderados, al verse de pronto víctimas de la delincuencia, siendo que se enteran de la información policiaca cuando sus choferes les cuentan las nuevas de la sección roja.

Sin duda una banda de rateros profesionales los tomó por objetivo y al ver que ya son tres los robados, el resto teme que mañana o pasado sea su turno. Paniqueados se miran de reojo como diciendo quién sigue.

Una de las manifestaciones secundarias en épocas de inseguridad a causa del crimen organizado, es el aumento de los delitos del fuero común, tales como robos y asaltos a negocios. Los señores notarios ya saben lo que se siente ser víctimas en carne propia.

Ahí está otro caso para los querubines de Peniche, es relativamente sencillo resolverlos si se aplican profesionalmente, pues algunos de los presuntos responsables fueron identificados en cámaras de las mismas notarías. Atrápenlos, nada alimenta más la delincuencia que la impunidad.

Éste domingo la clase política del país tendrá los ojos puestos en las elecciones del Estado de México, son de la mayor importancia para el gobierno de Peña Nieto, perderlas significaría la inviabilidad electoral para el PRI en las presidenciales del 2018.

López Obrador quiere ganarlas o al menos hacerlas tablas, una escenario de triunfo le significaría el mayor paso hacia Los Pinos, desde que estuvo a nada de ganar la elección contra Felipe Calderón.

Por lo mismo le dieron tanta importancia, va mucho en juego, sobre todo al PRI, que de perder cancelaría sus aspiraciones a conservar la Presidencia ¿Pronósticos? Las encuestas dan empate técnico a favor de Alfredo del Mazo, pero está demostrado que son ineficientes a la hora de la verdad, pues la gente suele ocultar sus preferencias.

Pero si gana Delfina Gómez, candidata de Morena, anticipe una cargada mayor hacia López Obrador. Póngale cruces, no sea que se les haga y haya que aguantarlos creciditos desde el lunes cinco hasta el día de la elección presidencial. Será un domingo interesante, vale la pena darle seguimiento.