*Ensanchan fronteras de la sinvergüenza

*A empellones, Gustavo hace campaña

*Primer paso del los “Bowi” con el Vivebus

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Ismael Pérez Pavía, alcalde de Meoqui por el Partido Acción Nacional, ensanchó las fronteras de la sinvergüenza y la corrupción, como si no fuesen suficientemente amplias las que han puesto los gobernantes mexicanos de todos los tiempos y niveles.

Consideradas las asimetrías entre un municipio mediano y el gobierno estatal, César Duarte queda como vulgar raterillo de barrio comparado con el edil Pérez Pavía. El presupuesto de Meoqui ronda los 180 millones de pesos y los regidores del Ayuntamiento cuantificaron obras “fantasmas” por más de 20 millones.

De comprobarse la severa acusación, hablaríamos de un porcentaje mayor al 10 por ciento del presupuesto hecho polvo, cantidad equivalente a seis mil millones de pesos trasladado con el mismo porcentaje al Gobierno Estatal ¿De ese tamaño son los desvíos?.

Trágame tierra, quién entre sus compinches tuvo la genial idea de “saldar” los faltantes poniéndolos en obras que reportaron concluidas en el informe, siendo que varias no estaban ni empezadas. Imposible que a una población donde todos se conocen pasase desapercibida la ocurrencia.

Ahí está un buen tema para la remasterizada Auditoria Superior del Estado a cargo de Héctor Acosta, el siempre pulcro titular que ha prometido ser imparcial en su trabajo, es decir lo mismo revisar las presentes administraciones que las pasadas, sin hacer distinciones partidistas.

Necesitan abrir auditorias contables y de obra, sólo por si Pérez Pavia ciertamente resultó un pillo de siete suelas como intentan hacerlo ver los regidores denunciantes, en previsión de que siga creciendo en política y mañana llegue a gobernador.

Con Duarte y su pandilla hemos tenido suficiente y además está encima una formal amenaza de Gustavo Madero, ideólogo de los moches y principal beneficiario de los mismos. Dejan crecer al mayelito Pérez y el día de mañana pone en venta hasta el edificio municipal, con la explicación de que lo rifaron y se lo sacó la gringa.

Rompeolas

Quienes siguen pensando que Gustavo Madero soltó su gato a retozar pensando en la gubernatura, sólo para tomar parte en la mesa de las negociaciones, cuando los jefes de grupo se reúnan a partir el pastel del 2021, deberían hacer nuevas valoraciones. 

Está sinceramente convencido de que puede ser candidato y después gobernador, de otra forma no hubiese buscado la foto en la Tribuna del Senado con la determinación que lo hizo durante la protesta de Rosario Ibarra, como presidenta de la CNDH. Sabía lo que hacía, por eso se lanzó a los empellones y después buscó espacios mediáticos para hincharse diciendo que los golpes a su persona son lo de menos, lo lamentable es el atraco a la democracia y a la credibilidad de la CNDH. El chaparrito va por todo, que le importa si en el intento empina al PAN, su ambición es mayor.

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Tardó más de tres años pero al fin Javier Corral empezó a sustituir los “odiosos” camiones rojos del Vivebus duartista, por los blancos de su gusto a los que llamó bowi, concepto tarahumara que pretenden asociarlo con “camión” siendo que no está en la lengua raramuri, los indios no tenían camiones. Pero ya se le hizo, empezará con los primeros 20 y planea ingresar más hasta sustituirlos todos. Que se apure, al paso que va no alcanzará ni una segunda entrega, dos años pasan volando.