Facebook se resiste a vetar las informaciones falsas en anuncios políticos

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La red social Facebook ha anunciado que se mantiene firme en su decisión de seguir permitiendo los anuncios políticos -a diferencia de algunos de sus competidores-, pero facilitará que los usuarios reduzcan el número de mensajes de este tipo que les llegan.

El director de Gestión de Producto de la compañía, Rob Leathern, encargado de revelar la nueva política en una entrada en su sitio web, asegura que las nuevas herramientas «permitirán a la gente ver menos anuncios políticos y de asuntos sociales en Facebook e Instagram» si así lo desean.

El movimiento de la red social más usada del mundo queda lejos de las peticiones que le han llegado desde múltiples frentes durante los últimos meses para que siga la misma senda que Twitter y prohíba por completo los anuncios de campañas políticas, o que haga como Google y reduzca su capacidad de dirigirse únicamente a públicos concretos. Según la compañía, el principio que subyace bajo esta decisión es que «la gente debe poder escuchar a todos aquellos quienes quieran dirigirles y lo que estos dicen que debe ser escrutado y debatido en público».

La firma que dirige Mark Zuckerberg se encuentra bajo la lupa de reguladores y de la opinión pública desde el papel que desempeñó en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2016, en las que fue usada para difundir información falsa e influir en la campaña por parte de piratas informáticos rusos.

En noviembre de este año vuelve a haber elecciones presidenciales en EE.UU., unos comicios que se espera que sean tanto o más crispados que los de hace cuatro años y en los que las redes sociales tendrán una importancia todavía mayor.

En este sentido, hace unas semanas Facebook ya se vio en el ojo del huracán al desvelarse que no contrasta los contenidos que las campañas políticas publican en su plataforma y que, por tanto, les autoriza de facto a difundir información falsa (a diferencia de lo que hace con el resto de usuarios).

¿Qué hacen las demás?

Twitter tiene prohibidos los anuncios políticos que hacen referencia a candidatos, partidos, elecciones o asuntos legislativos. Tampoco se permiten contenidos que aboguen por resultados específicos para causas sociales o políticas. «Creemos que el alcance de los mensajes políticos debe ganarse y no comprarse», Jack Dorsey, director ejecutivo de la compañía hace algunas semanas. Quienes critican estas medidas, defienden que con ellas se beneficia a los partidos dominantes y castiga a los candidatos menos conocidos.

Google limitará las posibilidades de difundir anuncios dirigidos a colectivos concretos, de manera que los anunciantes no puedan utilizar datos de afiliación política o registros de votantes. No obstante, seguirá existiendo la posibilidad de emplear informaciones de contexto y, por ejemplo, mostrar sus anuncios a los usuarios que han visto ciertos vídeos. Además, la plataforma sí prohíbe ciertas imprecisiones en las informaciones difundidas, aunque no tiene un veto específico para la publicación de contenidos falsos o engañosos.