Famélico salario de los Médicos

* Inconsistencias del presupuesto

* Fervoroso entusiasmo de morenos

* Bienvenida la libertad de expresión

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La crisis de los pasantes detonada en Gómez Farías podría rebotar, para bien, en los médicos del Sector Salud. De cumplirse la promesa de mejorar su salario, formulada en público por el gobernador Corral, cerraría un prolongado ciclo de exigencias salariales que viene desde el último año de César Duarte y alcanzó el primero de la presente administración.

Un médico del Sector recibe un salario similar al de un obrero calificado –mecánico, fontanero, carpintero- entre 20 y 25 mil pesos mensuales. Es bajo considerando los peligros que corren en la región serrana y las deplorables condiciones de trabajo. Por eso aceptan a regañadientes las plazas serranas, la necesidad los pone allá, de algo tienen que vivir.

Existe un derecho contenido en el contrato de prestaciones identificado como E-4, que garantiza a los médicos con plaza federal desplegados en la sierra un sobre sueldo del 60 por ciento.

Ellos reciben hasta 35 mil pesos, más o menos, lo que obviamente implica una diferencia considerable con los del estado, pues recuerde que la Secretaría de Salud tiene dos sindicatos; uno que agrupa a los médicos estatales y otro a los federalizados, pues ahora todos dependen del gobierno estatal.

Bien, pues el sindicato de Salud tiene años gestionando esa prestación para los médicos del sector que prestan servicio en la sierra, pero toda solicitud ha sido sistemáticamente negada hasta el momento. Por eso la importancia de que les ajusten su salario.

Si realmente quieren arraigar a los médicos en la sierra, ahí está una solución práctica presentada por la organización sindical, concretamente por Pablo Serna, su empeñoso dirigente. Aprovechen la barata y pónganle unos centavitos extras, no es mucho, pues ni así hay médicos suficientes que vayan a la sierra por gusto.

Con los pasantes, donde realmente está el problema, es diferente. Ellos reciben una gratificación poco mayor a los tres mil pesos, están prestando su servicio social como parte de su preparación académica, así que no es un trabajo formal el que desempeñan.

¿Cuánto les pueden ofrecer para que regresen a la sierra? El doble, entre seis y siete mil pesos. Con esos apoyos desde luego que prefieren la tranquilidad de las ciudades más pobladas al riesgo permanente de jugarse el pellejo por un dinero que no les sirve ni para pagar la renta, menos para la cerveza de fin de semana.

Los morenos están entre nerviosos y entusiasmados por la visita de Andrés Manuel López Obrador, el próximo fin de semana a ciudad Juárez. Toman el reto en serio, en ninguna otra campaña había dedicado tanto tiempo a los estados del norte, donde sus preferencias son escasas.

Los enlistados sienten que para entonces podrían surgir luces sobre las candidaturas y como ya se vieron gobernando se vuelven locos al pensar que pueden conseguir triunfos importantes en la entidad.

Yeidckol Polenvsky trae a confundidos a los ilusionados, alargando la decisión a la espera de que puedan dar el amargo paso sin que algunos de los nuevos acólitos terminen enfriados. Andan por el hueso, si nada les toca se alejarán del tabasqueño, pues ninguno es de convicciones ideológicas sinceras, los mueve el interés.

Si por algún motivo continúan mareándolos durante la próxima gira –suponiendo que no la cancele- los destapes no pasarán más allá del 20 de Noviembre, cuando sesione el Consejo Político Nacional de Morena y apruebe el nombramiento de “coordinadores para todo el país”, término que usan con el fin de sacarle la vuelta a las engorrosas limitantes contenidas en las leyes electorales.

Piensan que pueden ganar Juárez, con el “Cochiloco”, un actor de películas basadas en historias del crimen, Parral en alianza tácita con el Caballo Lozoya, al menos dos diputados federales, el uno de Juárez y el séptimo de Cuauhtémoc y tener un grupo parlamentario en el Congreso local de al menos cinco diputados, los que hoy tiene el PRI.

Demasiado optimistas los señores morenos, pero no tienen de otra, saben que es la última oportunidad de López Obrador y si durante las campañas no sostienen el ritmo, como ellos esperan, será la tragedia de sus vidas. Algunos tienen invirtiéndole décadas, se juegan más que el orgullo.

Así que Rafa Espino, Poncho Romo, Bertha Luján y la propia Yeidckol piénsenla bien, más vale un acólito rebelde con capacidad para acarrear votos, que uno fiel y de conducta intachable que se cuelgue de la sombrilla del tabasqueño.

Hay un dato desalentador en eso de los aumentos salariales. Según reportaron desde San Lázaro, el presupuesto federal para la Secretaría de Salud habría sufrido un descuento inusualmente drástico; de algo así como 140 millones de pesos autorizados para el presente ejercicio, a sólo 60 aprobados para el próximo. En términos gruesos habrían recortado la mitad ¿Porqué? Probablemente tiene que ver con las sospechas de subejercicios que tanto han sido mencionadas.

Queda el tip para que lo investiguen los diputados del PRI, suponiendo que les interesen esas inconsistencias presupuestales. De a poco y en la media que los especialistas desdoblen al detalle el nuevo presupuesto, surgirán ese tipo de perlitas.

Si la “libertad de expresión” fuese un verbo, Javier Corral lo conjugaría en primera persona. Pero es un sustantivo y además abstracto, por tanto debe anteponérsele un verbo, en este caso ejercer, para darle sentido y coherencia a la oración: “yo ejerzo la libertad de expresión”, “tu ejerces la libertad de expresión”, “él ejerce la libertad de expresión”, “nosotros ejercemos la libertad de expresión”, “ellos ejercen la libertad de expresión”, “todos ejercemos la libertad de expresión”.

Es maravilloso. De eso se trata, que todos hagan uso de su derecho constitucional a ejercer la libertad de expresión. No es un derecho menor, por ejercerlo han sido asesinados miles de hombres brillantes a través de la historia y con tal de prohibirlo dictadores a lo largo y ancho del mundo han aniquilado pueblos enteros.

Bienvenido, señor gobernador, al ejercicio de la libertad de expresión. Siempre la ha ejercido, pero ahora que lo declara expresamente contribuye a que éste sagrado derecho florezca en Chihuahua, enalteciendo a quienes están dispuestos a practicarla.