Cavilaciones del Frente mínimo

* Fuentes, Cabada y dos viejos amigos

* 85 vuelos y 2 millones ¿Nada más?

* 2018; Desequilibrio presupuestal

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Fernando Álvarez Monje, Pavel Aguilar y Alan Falomir, promotores del “Frente Mínimo chihuahuita”, cabildean ante sus dirigencias nacionales para definir las directrices generales del acuerdo electoral, es decir los espacios que recibirán cada uno, a efecto de que resuelvan los detalles una vez de vuelta en Chihuahua.

Como Alejandro Dumas en los “Tres Mosqueteros”, decidieron ir “todos para uno y uno para todos”. Están resueltos a signar el convenio aliancista sin mayor trámite, con independencia de lo que suceda con el trastabillante Frente Nacional, donde todo está sujeto a que Ricardo Anaya se monte sobre la candidatura presidencial y Alejandra Barrales quede postulada para la Ciudad de México.

Aquellas son las grandes ligas, donde los Tres Mosqueteros sólo son testigos presenciales y a distancia, los que toman parte activa en las negociaciones nacionales son Gustavo Madero y el propio Javier Corral. Sin embargo, con independencia de lo que suceda con el Frente Nacional, en Chihuahua buscan pactar a cualquier precio.

A los tres les conviene ir juntos: el PAN consigue desactivar sus estatutos internos para elegir candidatos, lo que facilitaría la designación de figuras leales al Nuevo Amanecer, aparte de recibir los dos o tres votos adicionales que puedan granjearle sus menguados aliados; PRD y Movimiento Ciudadano aseguran un par de diputaciones locales, alguna presidencia municipal sin importancia, varias regidurías y, lo más importante, conservan el registro que les permite seguir disfrutando de prerrogativas, la eterna pelea de los partidos nanos.

Acomodar el rompecabezas de las candidaturas es su mayor reto. Tampoco hay mucho espacio para discutir, el PRD pedirá la senaduría en segunda fórmula, una posición pluri de diputado federal y los espacios de rigor en la política doméstica. Movimiento Ciudadano se conforma con las dos diputaciones locales, regidurías, más uno o dos cargos de segundo nivel en la alcaldía. Aquí todo pasa por que Falomir garantice fuero los próximos tres años, con opción a seis más.

Desde luego que el PAN no querrá darles más de lo que ordinariamente han tenido, está muy fresca la fatal experiencia del PRI que, por repartir las plurinominales a los antiguos aliados, entre ellos el PRD, ahora sólo tiene cinco diputadas, dos regidurías en la capital y prerrogativas equivalentes a los partidos nanos.

La parte más jaloneada será la senaduría. En los acuerdos nacionales también toma parte Hortensia Aragón y ella quiere dar el salto parlamentario de la Cámara de Diputados a la Cámara de Senadores, pues de lo contrario tendría que regresar al Congreso de Chihuahua y ya no está César Duarte para que le cumplan todos sus caprichitos.

Esa, sin duda, se definirá en México, hay que ver como resuelven el asunto de los géneros, si deciden que la fórmula en Chihuahua sea encabezada por una mujer, el primer golpe lo habrá dado Javier Corral y el espacio del PRD quedaría abierto para un barón ¿Le gusta Pavel? No de por muerta esa opción.

En el PRI las candidaturas son menos complicadas, César Duarte, Enrique Serrano y compañía dejaron el partido a nivel de paria, así que los sobrevivientes al tsunami no desbordan entusiasmo por cualquier espacio, como sucedía cuando se dieron el lujo de ganar ocho de nueve diputaciones federales y arrasar en las locales.

Pero hay cosas interesantes, coyunturas que dan cierto aire anecdótico y de interés que las vuelve atractivas. Por ejemplo, en Juárez un tema llama la atención por el morbo de dos empresarios cuya amistad pudiese quedar trastocada en la elección a presidente municipal.

Arnoldo Cabada, papá de Armando el edil independiente, y Valentín Fuentes, padre de la diputada Adriana, cuya prioridad política es recuperar la alcaldía fronteriza para el PRI, quedan en medio de sus vástagos.

Adriana, la güera como le llaman en la familia, está dispuesta a ir con todo por la silla de Cabada. La mujer ya se vio despachando en la oficina del Malecón ¿Cómo reaccionarán los dos patriarcas?.

Son viejos inteligentes y prácticos, pero la sangre es la sangre, que sus cachorros disputen el mismo espacio y estén dispuestos a quedarse entre los alambres para conseguir sus objetivos, es de suponer que los tiene incómodos.

A ver de qué manera reaccionan si a doña Adriana se le hace la candidatura, pues falta que la pongan en las boletas. La política igual lleva a extraños a la cama que deshace familias y amistades.

Tarde y acelerado, Arturo Fuentes Vélez hizo circular la información de que César Duarte realizó 85 viajes personales en aeronaves del gobierno, traslados que costaron al erario dos millones de pesos.

¿85 viajes y dos millones de pesos? Sería por mes, Duarte tomó toda la flotilla aérea de gobierno –en general lo mismo hizo con los vastos recursos estatales- como si fuesen de su propiedad y los puso a disposición de sus amigos y familiares. Esos dos millones de pesos se los gastaba por semana. Busquen bien y encontrarán más información.

Lo de Duarte es sumamente condenable, por lo mismo ahora es prófugo de la justicia local y para efectos sociales oficialmente corrupto, los chihuahuenses ya lo juzgaron. No obstante esas malas costumbres no justifican que Javier Corral haga lo mismo ¿O si? Ahí está el ejemplo de Mazatlán, como botón de muestra.

Bien dice el gobernador, falta información específica y oficial para hacer una valoración reposada del presupuesto a ejercer el próximo año, pero un vistazo superficial habla que a Chihuahua le fue bien; elevó las participaciones federales 7.7 por ciento, de 45 mil 870 a 49 mil 213 millones de pesos, casi dos puntos porcentuales encima de la inflación, lo que en tiempos de austeridad significa gran avance.

Claro está, también hay que hacer comparaciones con otros estados, por que igual hubo quienes aumentaron sus participaciones en cuatro o cinco puntos arriba de la inflación, en cuyo caso obligado sería el reclamo a José Antonio Meade y al mismo Peña Nieto.

Falta que cierren números, pues en esa cifra no están contenidos los recursos propios, pero se anticipa que podría quedar en algo así como 58 mil millones de pesos.

Ahí si representaría un retroceso, un desequilibrio, dado que el último año de César Duarte el gobierno estatal ejerció 62 mil millones de pesos en total. Habrá tiempo para desdoblar el tema apoyándose en datos macizos. Por hoy ahí queda el apunte.