Profeco atenta contra la legalidad

* “Ley Issa”; opción por el autoritarismo

* Cristina Jiménez calienta el PAN

* Hortensia Aragón otea la senaduría

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El evidente error de un empleado menor de Soriana desdobló una cadena de abusos basados en el oportunismo de clientes buscando hacer negocio y despropósitos de la Procuraduría Federal del Consumidor que atentan contra la legalidad y manchan el Buen Fin del presente año.

Cualquiera de los consumidores sabía que las pantallas en Soriana no costaban diez pesos con noventa centavos, sino diez mil novecientos. No obstante casi se amotinaron en las cajas de la tienda con el propósito de hacer valer su “derecho” de clientes.

La Profeco les dio la razón, ahí estaba el precio etiquetado, era lo que la tienda ofrecía en oferta y en consecuencia debería respetar. Consumó así un atentado a la legalidad, pues todos los involucrados; la misma Profeco, los compradores y desde luego la tienda, advertían el evidente error. Fue como aprovecharse de la ignorancia de una persona para, con engaños, lograr timarlo.

Que sea una empresa multimillonaria a la que “nada” significan cincuenta pantallas, pues recibe millones todos los días, no justifica el atraco. Pensar así será tanto como aceptar que los pobres asalten la vivienda de los ricos “por que tiene mucho dinero, que más da robarle tantito”. Trastorna todo el estado de derecho.

El resultado del agandalle quedó evidenciado inmediatamente. Al otro día aparecieron en Facebook las mismas pantallas en “oferta” a precios de entre diez mil y quince mil pesos. Quedaron exhibidas las intenciones de varios compradores; aprovecharse de un error para hacer negocio.

Lo más lamentable es que haya sido una autoridad quién avaló el atraco. Profeco no estaba protegiendo al consumidor, pues nadie abusó de ellos. Lo que hizo fue alentarlos hasta consumar el abuso.

La delegada Yuvia Velázquez debería renunciar al cargo y de no hacerlo Canaco exigir su salida, una cosa es proteger a los consumidores y otra alentar la ilegalidad. Hizo bien Carlos Fierro en condenar el hecho, pero no deben dejarlo ahí.

Con la aprobación de la llamada “Ley Issa”, el gobierno de Javier Corral confirma su clara opción por el autoritarismo, como instrumento para resolver la designación de cargos importantes fuera de la administración estatal, donde tiene todas las facultades legales y políticas para poner y quitar gente.

De manera autoritaria, así sea relevante para efectos de hacer justicia, relevó a Gabriel Sepúlveda de la presidencia del Tribunal, impuso a Luz Estela Castro en el Consejo de la Judicatura, sustituyó al coordinador parlamentario del PAN en el Congreso, colocó al “oso” Valenzuela en la Auditoria Superior y cambió de presidente en el Instituto de Transparencia.

Es el sello de la presente administración, ni los más autoritarios priistas se atrevieron a tanto y eso que tampoco son delicados cuando se trata de imponer compadres o amigos, así tengan que modificar las leyes, como el caso –por ejemplo- de Fito Acosta, al que le hicieron su propia ley para que pudiese ocupar la presidencia del Supremo Tribunal de Justicia.

En el caso de Corral es más lamentable, pues él transita con aureola de gran demócrata, hombre que respeta las instituciones, cuando en realidad las pisotea de la misma forma en que antes lo hizo César Duarte y mucho más que los anteriores. Los hechos ahí están, hablan por sí mismos.

Y no se trata de Jorge Issa, el doctor puede estar calificado –lo más seguro es que lo esté- igual que los mejores para desempeñar el cargo, que por lo demás no implica de gran especialidad.

El punto es la forma en que llegará al Congreso, apoyado en una reforma legal que va contra todo el discurso panista de las últimas décadas, basado en consolidar el servicio profesional de carrera y la profesionalización de los cargos públicos.

Para su nombramiento, presumiblemente en la sesión del martes, necesita las dos terceras partes de los diputados. Durante la votación también quedará exhibido el nombre de los partidos y diputados que acompañen al PAN en tal despropósito.

El PAN tiene 16 diputados, por lo tanto le faltan seis para hacer mayoría calificada. Agregue uno más de Encuentro Social, partido que ha trabajado con ellos desde el principio y dos de sus nuevos aliados en el Frente Mínimo, PRD y Movimiento Ciudadano. Seguirían faltando tres.

Morena tiene dos y sus diputados han dado muestras de solidaridad con gobierno, el PT tiene otros dos, mismos que suelen arreglarse con relativa facilidad, sólo necesitan saber que y cuanto ofrecer. Ahí quedaría resuelta la imposición.

Atentos a la sesión de martes, en una de esas el nombramiento sale por unanimidad, habida cuenta de que se trata del cargo responsable de administrar los dineros en el Congreso y ahí todos tienen intereses. A nadie le gusta estar peleado con la cocinera.

Cristina Jiménez, diputada federal por Juárez, calentó la elección de candidatos a senador por el PAN. Le hicieron un video reguetero para ridiculizarla, con tan mal tino que le vino bien a la legisladora que aspira a conseguir notoriedad para pelear por el espacio.

El video se lo adjudican a Carlos Chavira, un personaje de antigua data en el PAN que Rocío Reza, otra aspirante, y Fernando Álvarez Monge conocen muy bien ¿Fuego Amigo? Desde luego que no, en el PAN respetan y alientan las legítimas aspiraciones de todos sus compañeros. Ajá.

Siendo diputada federa, Cristina tiene posición natural de tiradora al senado, pero el Comité Directivo Estatal desestimó sus pretensiones, concentrándose en la propia Rocío Reza y en Blanca Gámez como sus primeras propuestas.

En este punto están chocando Javier Corral y Ricardo Anaya. Se supone que el compromiso del CEN es con Gustavo Madero para ser propuesto por lista, pero no estarían definidas las candidaturas por tierra y Cristina es alentada por Anaya. Su activismo choca en Palacio, Corral quiere, como es obvio, carro completo.

Es más, se habla que incluso podría llegar Hortensia Aragón, matriarca del PRD local, si consigue amarrar su candidatura en los acuerdos generales del Frente. Es difícil, pues el mismo Frente tambalea, Barrales no consiguió el si de las tribus para firmarlo, lo que no detiene a Hortensia, ella juega la suya.

Sólo falta que se les cuele Hortensia y de conseguirlo habría que levantarle un monumento a su habilidad trepadora: hizo hasta lo imposible para frustrar la alianza PAN-PRD para evitar que Javier Corral fuese gobernador, pues estaba amarrada con César Duarte y ahora podría ser senadora con la complacencia de Corral. No cualquiera.