Warrios contra Cavaliers capítulo cuatro

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A LeBron James no le tomó mucho responder una pregunta que se ha vuelto una constante en los más recientes días: ¿le hace daño a la liga otra final entre Cavaliers y Warriors?, a lo que el mejor jugador de la NBA responde con tranquilidad: si quieren ver a alguien más, pues es que los deben vencer.

Por cuarto verano Cleveland y Warriors completaron el camino que lleva a la serie por el título, ahora fue más complicado, pero el derrotero el mismo. Estas franquicias mandan en la NBA.

Para James será la octava final consecutiva y novena en su trayectoria en la NBA. Acaso el más duro desafío para enriquecer su brillante carrera cuando entre los apostadores éste es el choque más disparejo por el cetro en los últimos 16 años. Para ganar este boleto los Cavs tuvieron que salvar dos series en séptimos duelos (primera ronda ante Indiana y la final del Este ante Boston) con épicas actuaciones de James.

Los Warriors vuelven con la base de titulares —Curry-Thompson-Green— con la que han asolado la Conferencia Oeste desde la campaña 2014-2015. Desde el año pasado a este estelar elenco se le sumó Kevin Durant para convertirse en un equipo de época con el segundo título en tres años.

Lo más duro para el monarca defensor fue una larga campaña en la que las lesiones los mermaron. Por primera ocasión en estas cuatro campañas no sumaron más de 60 triunfos en la fase regular (58-24). En la postemporada contaron con la suerte de su lado cuando los Rockets perdieron a Chris Paul para los últimos dos juegos de la final de conferencia, en los que ellos dieron muestra de su letal poder ofensivo.