*Guardia civil ¿Espejismo?

* El “No” es inadmisible

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Miguel Ángel Osorio Chong y los senadores de oposición desbordaron optimismo con el acuerdo de Guardia Nacional provisto con mando civil, aprobado ayer por unanimidad, 127 de 128 senadores. Votación histórica tratándose de un tema que despertó enorme polémica en éstos primeros dos meses y medio del nuevo régimen.

La oposición en el senado está convencida que los acuerdos votados no sufrirán cambios cuando, siguiendo el proceso legislativo, lleguen a la Cámara de Diputados. Tengo mis dudas, si los diputados la publican como va estaríamos ante el primer rechazo a una instrucción específica de López Obrador, un presidente “perseverante” que jamás acepta un No por respuesta.

Así lo hizo saber ayer mismo, en su conferencia matutina, cuando envió el mensaje fuerte y claro de que “no queremos ser simuladores, no vamos a aceptar leyes que no resuelvan el problema. No queremos una reedición de la Policía Federal que no funcionó”.

Y desde luego vino la recriminación habitual a quienes disienten: “Qué quiere la oposición, los conservadores, qué fracasemos ¿Para eso es la oposición? Se me hace muy mezquino. Porque además no me voy a dejar, soy perseverante. No voy a echarme para atrás”.

El senado respondió horas más tarde mediante la votación de todos sus integrantes, literalmente todos, y desatendieron las instrucciones giradas vía medios por el presidente, votando el proyecto de Guardia Nacional como ya es conocido.

¿Se tragará López Obrador el sapo? En lo personal me gustaría que no. Quisiera verlo mantener su determinación a que la Guardia Nacional “resuelva los problemas para evitar simulaciones o la reedición de la Policía Federal que no funcionó”. Y me gustaría que hiciese eso por que deseo ver a los diputados de la oposición firmes contra la instrucción presidencial, como los senadores ayer.

En lo personal me importa un carajo si la Guardia Nacional es de mando civil o militar, de pronto pensamos que siendo civil respetará los derechos humanos, pero la experiencia que tenemos en Chihuahua es que los policías suelen ser más abusones, asesinos y extorsionadores que los soldados.

No creo, en consecuencia, que la solución al problema de la violencia tenga que ver con mandos civiles o militares, para mi los rebasa. Sin embargo no entraré al tema, lo que realmente me interesa es que el frenesí de López Obrador, llevando el país hacia la consolidación de una dictadura, reciba un freno.

Añoro despertar y darme cuenta que la separación de poderes existe y que no todos los legisladores son fieles servidores  presidenciales, que de vez en cuando piensan y de tanto en tanto muestran carácter para frenar sus arrebatos. Los mexicanos excluidos del “pueblo bueno y sabio” necesitamos tener esperanzas, sentir que funcionan los contrapesos del régimen.

La reforma del senado regresará pronto a la Cámara de diputados y estando ahí podrían ajustarla a las necesidades, explicadas vehementemente por López Obrador. No es de los que hablan para que sus palabras se las lleve el viento ni se pierdan en la politiquería. Las dicta para ser atendidas, sin chistar.

Ayer mismo Mario Delgado, coordinador de los senadores de Morena, dijo que respaldaba la propuesta del presidente, militarización, “pues aprobar una institución que no vaya a darle al país la posibilidad de enfrentar el fenómeno de la violencia, no tiene mucho caso”. O va con mando militar o no va, es lo que dice Delgado en palabras llanas.

Así que los jaloneos, desde mi punto de vista, terminaron entre los senadores. Una vez de regreso a la Cámara de Diputados, donde Morena hace días compró mayoría calificada, los deseos presidenciales serán cumplidos. Tiene los votos necesarios para darle a los senadores con la puerta en las narices.

Por eso pienso que Osorio Chong y los senadores de oposición no deberían estar brincando de alegría. El tema no está cerrado, igual los senadores de Morena decidieron aprobar el proyecto civil seguros de que los diputados enmendarían la plana a satisfacción del gran Tlatoani y todos felices.