*El desenfoque de Corral

* Emboscada en el Ángel

* Loera quiere llorar

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Imagino que Javier Corral exhaló un uffff de alivio cuando López Obrador dejó Chihuahua. Fue una visita ordinaria, sin propósito, que hubiese pasado inadvertida en cualquier momento. ¿A qué vino? A nada más que a seguir la campaña cuyo fin es consolidar la 4T y afianzar su liderazgo en el país.

Pero el momento no pudo ser más inoportuno para el gobernador; llegó a tres días de que lo llamase despectivamente “ternurita” y uno después de su segundo informe, desplazándolo como centro de la escena pública. Ese informe pasó inadvertido, por lo mismo encuentro innecesario reseñarlo.

Sin embargo haré tres observaciones que dan cuenta de su vacuidad, señal de la confusión en que ha caído Corral a mitad de su mandato. Uno: Entre las cifras que citó menciona la cantidad de 9 millones 998 mil pesos para rehabilitación de 25 escuelas. Aclaro, da también cifras mayores de apoyo a la infraestructura educativa, pero destacar como logro una inversión de diez millones sólo demuestra la necesidad apremiante de mostrar resultados, presentar un trabajo inexistente. Cantidades de inversión pública así están bien apenas en pequeñas presidencias municipales, no en gobiernos como el de Chihuahua.

Dos: Menciona que la Fiscalía es la mejor evaluada del país, omitiendo el hecho de que Chihuahua sufra una escalada violenta como no se veía desde los días más negros en la guerra de Calderón contra el crimen y que sólo tres días antes asesinaron al jefe policiaco de la tercer ciudad más importante del estado. ¿!!!Que importa la mejor evaluación cuando la gente observa el baño de sangre y el temor ciudadano empieza a cundir!!!!? Por favor.

Tres: Habla, como lo hizo al protestar el cargo, de un gobierno democrático, transparente, sujeto a rendición de cuentas, donde la participación ciudadana es preponderante. Pongamos que lo es, aunque ahí están para cuestionarlo los pinedos, gustavos, migueles, luchas y consuegros. Pero dándolo por bueno, pregunto: no sería mejor un gobernador opaco y antidemocrático que resuelva la crisis de inseguridad, genere inversión pública, contribuya al desarrollo económico, resuelva los problemas de salud y educación.

Son tres botones, como dije no se trata de una reseña o análisis profundo, que me sirven para proponer una hipótesis que cuestiona la pertinencia de sus prioridades como gobernante: Hay un desenfoque evidente de Javier Corral en su concepto de gobierno y lo que de él espera la ciudadana. No entiende que la gente quiere respuestas concretas a sus asuntos domésticos, que conceptos tales como transparencia, democracia, rendición de cuentas son etéreos, nada les dicen.

Y si a las variantes de su fallida ecuación incorpora otra, la prematura campaña por la presidencia de la república, genera un cuadro de confusión total. No se percata que camina en dirección opuesta a los intereses de Chihuahua. Esa confusión y su apetito presidencialista le valió la rechifla generalizada en la plaza del Ángel, al otro día de su informe.

Fue víctima de una emboscada para mermar su autoridad y mostrar a López Obrador como un líder tolerante, democrático y plural, atributos que Javier busca para si. Tras la rechifla del “pueblo sabio” vino la magnanimidad del gran Tlatoani para decir que lo respecta, que Chihuahua no sufrirá por su rebeldía y que merece más consideración que los abyectos. La omilia del perdón al enemigo vencido.

Viniendo esas palabras de un personaje que no admite la menor critica de su equipo más cercano, que desmiente y ridiculiza a sus secretarios en público, que no reconoce más voluntad que la propia, por que “es muy terco” y que carga con dos décadas de frustraciones políticas por culpa de la “mafia”, esos comentarios son para encender luces rojas en todo Palacio.

Ha pasado la mitad del camino y mientras más se concentra en su aventura presidencial, más distancia pone de los asuntos en Chihuahua que reclaman su presencia. Hay tiempo de recomponer, pero si persiste la cuenta social no será con cargo a su persona, la pagarán los candidatos del PAN en la siguiente elección.

¿Y de la Operación Justicia Chihuahua, para detener a Duarte? ¿Cuál Duarte? ¿Cuál justicia? ¿Cuál Operación?.

¿Y al que llamaban superdelegado? Nada, lo dejaron abajo del templete, con lagrimas en los ojos por que no pudo subir.

Que personajes más bizarros nos ha traído Morena. Mírelos, van por ahí, orondos, ajenos al desprestigio social que acumulan.