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Chihuahua
martes, junio 25, 2024
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Los crédulos remisos, esos que aguardaban simulando en ambos lados el resultado electoral, son ahora los más entusiastas propagandistas del régimen sobre la elección local del 2027, cuando Chihuahua renueve el gobierno estatal. Deslumbrados por la marcada diferencia de votos, con desenfado del ignorante hiperactivo proclaman otra victoria arrolladora. Todavía tengo presente a Miguel Étzel cuando decía que cada elección tiene su propia dinámica y pensando en ello recuerdo la elección federal del 91 en la que, siendo Fernando Baeza gobernador, el PRI ganó los diez (entonces eran diez) distritos federales y un año después perdió la gubernatura. Recuerdo también la celebración prematura de César Duarte, Leonel de la Rosa y otros del grupo cuando ganaron ocho de nueve distritos federales y después entregaron el gobierno al odiado enemigo.
La única forma de que sus pronósticos se cumplan, es que alcance a secuestrar el sistema electoral completo, anulando la competencia entre partidos. En ese caso regresaríamos al sistema de partido hegemónico instaurado por el viejo y autoritario PRI. Entonces las elecciones eran organizadas por la Secretaría de Gobernación, el mismo gobierno contaba los votos y la elección era calificada por los diputados ganadores, obviamente con amplísima mayoría oficial. Puestos ahí no hay nada que hacer, pero si los estados opositores resisten el embate feroz que los radicales del régimen enderezarán contra ellos y mantiene medianamente funcionales los órganos electorales, las expectativas cambian.
Así es pertinente valorar lo sucedido el domingo dos. Lo primero que necesitan precisar, es que los cuantiosos votos de Sheinbaum, senadores y diputados no son producto de un gran movimiento social como intentan presentarlos. Son votos del corporativismo, si; son votos de clasemedieros ingenuos, también. Pero muchos de esos votos son también producto del cochupo institucionalizado en Morena y la compra descarada pagada en efectivo fuera de casillas. No es un movimiento social, ¿cuándo vieron a la gente colmando plazas?. Jamás, las llenaban o medio llenaban con acarreados a quienes pagaban hasta quinientos pesos, según versiones acreditadas, llenando muchas veces las calles aladeñas de más camiones que las plazas de gente.
Entonces no se la crean tanto, hicieron muy bien lo que aprendieron en la historia del PRI, donde casi todos los de Morena se nutrieron políticamente, muchos de los cuales en los peores vicios de la escuela electorales. Ahora, que en la elección estatal pueden hacer lo mismo, desde luego lo intentarán, Cruz Pérez Cuéllar ofreció una probada de su capacidad y ausencia de escrúpulos para usar dinero público en campañas. Tapizó de dinero Ciudad Juárez y especialmente el cuarto distrito, elevando el porcentaje de votación como nunca se había visto en la frontera. Bueno, con todo el activismo y dinero tirado, sus 350 mil votos quedaron muy por debajo de la candidata presidencial, los candidatos a senadores y la suma de los candidatos a diputados federales.
Lo mismo sucedió en la mayoría de las entidades, dejando en claro que la operación del Gobierno Federal, la elección de estado era para los candidatos federales. A excepción única de la Ciudad de México, no les interesaron las elecciones locales, por eso aquí el PAN ganó la mayoría de los distritos locales, Jalisco conservó la gubernatura, el PRI ganó la alcaldía de Monterrey. ¿Cómo explican que los candidatos a diputados locales e incluso la desconocida candidata por el sexto distrito federal quedaron muy cortos, mientras que Sheinbaum se acercó mucho a Manque?. Es la operación quirúrgica que hicieron, consiguieron lo que interesaba; la presidencia y el Congreso.
También hubo contra reacción opositora. En Delicias, Valenciano detuvo a varios compradores de votos y sacó la elección muy bien, mermando la avalancha federal. En Balleza “encerraron” a los operadores enviados por Morena y la Alianza ganó todo en ese municipio. En Guadalupe y Calvo, donde los dejaron actuar, perdieron por primera vez la presidencia municipal y el PT alcanzó 700 votos, cuando jamás había tenido uno sólo. Si hay competencia y supongo que habrá, el PAN tomará con mayor seriedad su presencia en tierra, colocando activistas espejo frente a cada uno de Morena, empezando por Ciudad Juárez a la que dejaron suelta en la pasada elección. Por eso Cruz se movió a sus anchas, no tenía rivales ni de candidatos ni de “movilizadores”. Hizo lo que quiso y ahí está el resultado.
Si la gobernadora Campos decide jugársela por la oposición, actuará en consecuencia. También ellos tomaron nota de lo sucedido, saben donde fallaron, donde acertaron y cómo les metieron una cantidad tan cuantiosa de votos ilegales. Hacia el 2027 será diferente, supongo que la gobernadora empezará por cambiar de representante en Juárez, quizás de presidente de la Junta Municipal de Agua y de recaudador. Con la pura Junta Municipal, manejada como poderoso instrumento electoral igual que hizo el PRI durante tantos años, tiene para ofrecer resistencia al activismo desaforado de Cruz. Contener en el resto de la entidad a las legiones de mapaches que enviarán, será más sencillo, Valenciano y Balleza les enseñaron cómo.
Supongo también que habrá cambios en la dirigencia del PAN, Gabriel Díaz demostró ser absolutamente incapaz para una elección peleada en las trincheras. Probablemente también cambien la del PRI, retirando a Graciela Ortiz de la ecuación, deciden ir en alianza, e incorporen a cientos de priistas desplazados. En la elección nacional la alianza tronó, pero localmente fue exitosa; ganaron la mayoría de diputados, recuperaron Parral y Aldama, conservaron muy solventemente la capital, Delicias y Cuauhtémoc. Sustráiganse por un segundo del estridente efecto propagandístico del régimen y comprenderán que las cuentas son buenas en la parte local.
Así que todos los volados con la cantaleta de que ya ganamos, especialmente los nuevos e ingenuos acólitos, les vendría bien atemperarse. Bájenle un par de rayitas en lo que van viendo cómo se mueve la política, especialmente si tenemos a un presidente obstinado en seguir gobernando más allá de su mandato, investido de tlatoani mayor, y una presidente electa, a todas luces incómoda, que no se atreve a desmarcarse ni un milímetro. ¿Qué tal si mañana Sheinbaum decide romper y López Obrador usa su liderazgo intentando someterla?. El desencuentro sería catastrófico para el país, pero letal para los pequeños ambiciosos que ya se vieron recibiendo las migajas del poder. Serenos, recuerden lo que dice el impresentable de Dante: la política no es, va siendo y para el 2027 faltan tres años.