Los rumores esparcidos durante la semana sobre los “maxijuicios” resultaron ciertos. Ayer detuvieron en la ciudad de México a Toño Tarín, una de las piezas claves para llegar hasta César Duarte, sobre quién cierran el cerco.
Lo interesante es que lo detuvo la PGR, lo cual revela que progresivamente el Gobierno Federal retira la protección a Duarte. Recuerde también las declaraciones pasadas de Miguel Ángel Osorio Chong, diciendo que lo estaban buscando.
Para dar contexto al momento actual, tome también en cuenta la información que hizo circular la Fiscalía local, sobre una estructura de corrupción donde “todos los moches” paraban en las manos del exgobernador.
El conjunto de los amparados tienen motivos para estar nerviosos, saben que cualquier mañana pueden toparse con unos empistolados de mala catadura que les digan las palabras de horror “queda usted detenido, señor, acompáñenos a las oficinas del Ministerio Público”. Hay nanina, si algo hace bien Javier Corral es administrar los tiempos de la operación justicia. Es su hobby y estaría de lujo si además ocupara un mínimo de su tiempo en gobernar ¿Cómo le fue al señor gobernador en el hoyo 19?.
El chapo Flores no ataba, pero tampoco desataba, sin embargo el colimense Fernando Moreno está dejando un tiradero de altísimo costo político para este partido.
Ponga que Marco Adán Quezada, Alejandro Domínguez, Maurilio Ochoa, Miguel
Ángel González, Eloy García, Teporaca Romero, Heliodoro Araiza logran un acuerdo político para las próximas elecciones. Dejarían al PRI “oficial” sin operadores en la capital.
Son los únicos que trabajan electoralmente en serio y todos están hoy en el movimiento insurgente, intentando buscar acuerdos políticos. Operadores en tierra dentro de la oficialidad quedan sólo Pedro Ignacio Domínguez y Fermín Ordóñez, ambos muy disminuidos.
Ese fraccionamiento es consecuencia de una evidente desatención del CEN y la conducta de un delegado sin sentido común que en lugar de hacer política, quiere resolver la crisis con desplantes de dictador. Ni en los setentas.
Impuesta la planilla oficial, los insurrectos presentarán hoy un recurso de queja ante la Comisión de Justicia Partidaria, cuyo presidente es Mario de la Torre. No les servirá de nada legalmente, volverán a recibir palo, pero lo que en realidad buscan es profundizar los señalamientos de parcialidad, el batidero que hicieron Moreno y Dowell con la integración de la planilla oficial y las violaciones a la convocatoria que ellos mismos emitieron.
Si la pugna sigue, los candidatos tendrán dificultades para encontrar quién les haga su campaña. Entre priistas te veas, es el juego de todos pierden, pero pierden más los que más tienen.
Alberto Herrera, director de Pensiones Civiles del Estado, tiene puesta la lupa en los médicos familiares y generales, a quienes no deja de inquietar por su campaña de amedrentamiento. En ese empeño ha corrido a más de diez galenos, quienes en algunos casos ya han interpuesto demandas laborales en contra de la institución.
Sin restar importancia a las consecuencias económicas en caso de perder los juicios -como se asegura ocurrirá por que se trata de despidos injustificados-, los mayores afectados son los pacientes, quienes sufren por el deterioro del servicio.
La relación es tan mala -se dice-, que en cada reunión del Director con el grupo médico salen chispas, por la insensibilidad del contador público que sólo ve números, en lugar de observar que la atención de los derechohabientes la hace el personal médico, no las instalaciones.
La última reunión ocurrió hace quince días y en ella quedó en evidencia una vez más la falta de sintonía y mal ambiente laboral, obvio el tema fueron los salarios y prestaciones, circunstancias que se agravan por las formas autoritarias del Director, que contribuyen a profundizar el clima ríspido.
Un caso emblemático de los despedidos es el geriatra Ignacio Méndez, a quién se tuvo que reinstalar dado su destacado servicio, pero los ejemplos sobran y seguro habrá más, pues las asesoras Desiré Sagarnaga y Karina Aguado , desplegaron una campaña de terrorismo laboral.
Desiré Sagarnaga, asesora de Alberto Herrera fungió como coordinadora del programa Gobierno en Territorio durante la dirección de Marcelo González Tachiquin.
Marcelo, como se sabe, fue particular de Duarte en la ciudad de México durante su trajín como diputado federal, y luego su particular en gobierno, Secretario de Educación y Director de Pensiones.
Se trata de un programa que sólo a Pensiones costó más de medio millón de pesos y que lindaba en la ilegalidad, muy cerca de los RT famosos que realizaban actividad electoral para el PRI.
Lo más extraño es que Alberto Herrera lo sabe y no ha hecho nada. Al contrario, ha colocado a la doctora en el papel de ejecutora de sus designios, para operar, en una situación que nadie entiende.
¿Cómo es que en una administración que busca eliminar vestigio de César Duarte se permite una operación política en manos de una persona que se metió hasta el tuétano con el exgobernador en fuga? Que lo explique Tito.
Muy atareado Miguel González por la visita de Poncho Romo, el mayor financiero y promotor oficial de Andrés Manuel López Obrador ante la Iniciativa Privada. Tomó el reto de juntar una cantidad respetable de empresarios locales, para recibir al “regio” el 17 del presente mes y en eso distrae su tiempo.
Miguel es activo y cuando se compromete con un proyecte empeña su resto, es interesante ver su capacidad de convocatoria con el complicado sector, pues muchos se hacen los omisos pensando en que les pasarán la charola. No entren en pánico, esta vez se trata de mero socialité, el sablazo llegaría después, desde luego acompañado de la zanahoria.
Y el tabasqueño vendrá la tercer semana de junio, con los resultados de la elección en el Estado de México en mano, pues según sus cálculos ganará Delfina. Entonces será el “encueradero”, pues la idea es que para esa visita se sume el que deba sumarse o quedará marginado del proyecto. Ahí los nuevos confesos jurarán en público su adhesión al Nuevo Proyecto de País, es lo que dice Pablo Leos, primer morenista de Chihuahua. Ya se vieron, Ajá.
