*Liderazgos del choque

* Sin temor al desacato

* Desprecio por la ley

* ¿Entrará el Ejército?

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Javier Corral sabe a lo que juega, no está loco ni come lumbre como dicen sus malquerientes, aprovecha la debilidad del régimen que advierte decadente y lo desafía. Abrir en estos momentos un juicio de procedencia contra un gobernador es improbable, el tiempo y la polarización política de las elecciones lo impiden. Entrar en desacato lo tiene sin cuidado.

Hacer uso de la fuerza pública para obstruir un mandato de la justicia federal, es uno de los mayores desafíos que un mandatario estatal pueda hacer al gobierno federal, en tiempos de paz. Justamente es lo que hizo Corral el viernes pasado, evitando que trasladaran a Alejandro Gutiérrez a la ciudad de México, donde lo reclama la justicia federal.

Las motivaciones políticas para tamaña osadía son fácilmente advertibles, tras el proceso electoral –cualquiera que sea el resultado- pretende emerger como el gran opositor, trasladando su campaña de justicia contra Duarte hacia Enrique Peña Nieto. Lo ha dicho en público y ratificó durante el mensaje a propósito de los hechos sucedidos el viernes en la noche.

“Este objetivo –trasladar a Gutiérrez a la ciudad de México- se ha instrumentado desde el más alto nivel del Gobierno Federal, el presidente de la República, y quieren lograrlo a como de lugar antes de las elecciones, por que Gutiérrez es una pieza clave en diversos hechos de la corrupción política de la administración de Peña Nieto, que de llegar la justicia hasta sus últimas consecuencias podría incriminar al mismísimo presidente y a algunos de sus secretarios de estado”.

Cree tener, o ciertamente tiene, la pepita en la mano que le permita levantar a escala nacional la campaña de justicia iniciada en Chihuahua. Y sus objetivos políticos son también obvios; si prometer que llevaría a Cesar Duarte a prisión le valió la gubernatura de Chihuahua ¿Por que no intentar la misma campaña contra Peña Nieto para llegar a la Presidencia?

Una conducta desafiante contra un régimen que ve de salida y eventualmente contra un populista, si López obrador consigue llegar a Los Pinos, es una idea cuestionable para alguien que tiene la mayor responsabilidad ejecutiva en Chihuahua. Aún considerando que sea buena para Corral ¿Será buena también para la entidad?. Ahí radica el punto cuestionable, en que las consecuencias de la confrontación estéril las sufre Chihuahua, la sociedad en general, no el gobernador en particular.

El mismo describe las consecuencias, las acepta y comunica sin matices reconociendo presiones, chantajes, recortes de presupuesto, retenciones indebidas de recursos y dilación en la extradición de César Duarte ¡Por Dios! Que otra respuesta esperaba llamando corrupto a Peña Nieto e insinuando que lo llevará a prisión ¿Esperaba recibir flores o trato de privilegio?.

Su política de choque, irónicamente, contribuye a la libertad de César Duarte, primer objetivo en la operación justicia. Al trasladar todos los esfuerzos del gobierno estatal para mantener en Chihuahua a la famosa coneja y elevar sus miras justicieras hasta Peña Nieto, Javier Corral se convirtió, consciente o no, en el principal protector de César Duarte. Mientras más exija su detención a mentadas o intentando tirar las puertas, mayores negativas recibirá.

Otra estrategia válida de trascendencia política, sería hacer un buen gobierno, concentrarse en servir a la sociedad que dio su voto. Ha dicho, por ejemplo, que la ciudad Judicial es un gran monumento a la corrupción, una respuesta pertinente de otro enfoque de liderazgo sería hacer un monumento a la honestidad y la eficiencia ¿Dónde ésta?

Otro tema recurrente de gobierno es la falta de dinero, por la enorme deuda heredada. Bien, ante esa realidad producto del saqueo, por que no diseñar una estrategia financiera que les permita reducirla –la reestructuración fue un fracaso y todos en gobierno lo saben, reconózcanlo o no en público- por lo contrario, sigue contratando lo que llaman “cortos”, que no es otra cosa más que deuda a corto plazo y en la que van más de cinco mil millones de pesos, de los cuales también pagan intereses.

Si Duarte hizo negocio con las medicinas y tenía destrozados a los hospitales públicos propiedad del estado, por que no resolver el problema de manera eficiente, abasteciéndolos de medicamentos y mejorando el servicio.

Ese tipo de liderazgo, el que sirve, construye, resuelve es más apreciado por los ciudadanos. Dicen que los pleitos ni ganados son buenos, pero el gobernador de Chihuahua los toma como eje de su política gubernamental, justificándose en el estribillo chocante de que “no nos pondrán de rodillas ni volverán a robarnos”.

Se ha dicho que el objetivo de la operación justicia es recuperar el dinero robado, hasta la fecha no han recuperado ni un centavo, pues los ranchos y propiedades decomisadas siguen en litigio y el gobierno no puede disponer de ellos.

Los abogados de Gutiérrez ofrecieron pagar una fianza de 300 millones de pesos, ha trascendido, para llevar su caso en libertad ¿Por qué no tomarlos si eventualmente pasarían a las arcas estatales? A Corral le importa más retenerlo que la recuperación del dinero.

En la campaña justiciera del gobernador prevalecen las sombras sobre los claros, dejando en medio a una entidad sin inversión pública, ensangrentada por la violencia y con un deplorable servicio de salud, una sociedad en recurrentes conflictos domésticos que hace seis años quedó atropellada por un “vulgar ladrón” y ahora sufre a causa de la obstinación de un gobernador contumaz, empeñado en hacer crecer su carrera política a fuerza de golpes contra el adversario.

Antonio Collado, abogado de Alejandro Gutiérrez, declaró que el juez Gerardo Moreno García, quién lleva el caso en la ciudad de México, pidió la intervención del Ejército para el traslado del detenido.

Tras los dos medios de apremio que recibió el director del penal, las multas económicas, GPS dijo que de permanecer el desacato podría llegarse al extremo de una confrontación entre fuerzas estatales y federales. El viernes estuvo a punto de suceder ¿Involucrarán al Ejército, como afirma Collado? Dada la evolución de la confrontación, es una posibilidad, es el Chihuahua del Nuevo Amanecer.