*Meade, el mejor evaluado

* AMLO ido; Anaya bravucón

* Es “La calor” de mayo

* Las nuevas de Luz Estela

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En las democracias consolidadas, la confrontación de ideas entre quienes aspiran al gobierno puede ser de utilidad para que sus electores tomen decisiones. Los debates son importantes por que permiten a los ciudadanos valorar capacidades y aptitudes de los competidores.

En México son más bien un morbo, ejercicios de simulación democrática sin arraigo social obligados por ley. EL INE hizo esfuerzos por “desacartonarlos” y en cierta forma lo ha conseguido, pero los mexicanos no están para ideas o propuestas de gobierno, al ser testigos justifican la decisión tomada en razón de afinidades partidistas, ideológicas o contra el hartazgo.

En el debate del domingo José Antonio Meade, candidato del PRI, Verde y Panal, demostró, por segunda vez, ser el mejor preparado de los cuatro competidores para gobernar al país: solvente, conocedor profundo de los temas, suelto, sin gatos en la pansa.

Así lo evaluaron la mayoría de los observadores y analistas profesionales, los medios de comunicación más serios del país. Coincidieron en que se distinguió entre sus adversarios y lo hizo sin esforzarse, a pesar del escaso tiempo para vertebrar sus ideas concretas. No dejó duda, es el más experimentado de los cuatro.

López Obrador, habitual en la presente campaña, se mostró ido, como ausente, incapaz de combatir con ingenio y oportunidad las aproximaciones provocadoras de Ricardo Anaya quién lo retó en varios momentos mirándolo a los ojos, eres un farsante, le dijo a un metro de su rostro, y no reaccionó.

Muy lejos está de aquel brillante polemista que derrotó a Diego Fernández de Ceballos, en los mejores tiempos del influyente abogado, cuando sabía llevar la iniciativa y no tenía miedo de abandonar el guion preestablecido por sus asesores.

“Eres el Ricky, Riquín, Canallín…” o la primera vez que lo tuvo cerca y salió con el “Voy a cuidar mi cartera…” ¿Que respuestas son esas en un debate presidencial visto por millones de mexicanos y observado en otros países de la región? Por usadas en exceso ni gracia hicieron sus salidas de pretendida hilaridad. Además, esas respuestas primarias y elementales llegaban segundos tarde, una eternidad en televisión.

Algo sucede con López Obrador, sea su salud, los fármacos administrados por su médico de cabecera para mantenerlo en “modo amor y paz”, la seguridad de verse muy arriba en las encuestas o el enfado de cumplir con un requisito que lo incomoda. Lo que sea, el hombre no está bien, sus atenuados reflejos mentales lo denuncian.

Peor, también su discurso se ha deteriorado, es plano, sin emociones o ideas frescas,

para todos los problemas presenta la misma solución: combatir la corrupción por que los rateros de cuello blanco hacen más daño que los rateros ordinarios, o la mafia, la mafia, mil veces la mafia. Es un candidato monotemático en la complejidad de un país multicultural donde cada región exige soluciones creativas a problemas específicos.

Con todo, el hombre sigue siendo preferido en las encuestas, la gente lo ve como alternativa antisistémica contra un régimen neoliberal dominado por la corrupción, los excesos y la complicidad, donde prosperan las asimetrías entre los que todo tienen y los miserables que luchan por un bocado.

Eso explica que ejercicios telefónicos realizados tras el debate, sondeos para ver quién estuvo mejor, lo pusieron como ganador único. La gente no se percata de su autismo, pudo permanecer sentado en su atril y desaprovechar el tiempo asignado sin que hubiese consecuencias negativas. Aún así lo verían ganador.

¿Hacia donde llevaría, un personaje así, a nuestro país? Al populismo asistencialista durante seis años, en el mejor de los casos, o al establecimiento de una dictadura que socave las instituciones y deje a los mexicanos en la indigencia de los pueblos socializados en los cincuentas o sesentas, en el peor.

Por desgracia es un destino probable si recibe el voto mayoritario y en su gobierno predominen los duros de la izquierda, los que desde ahora hablan de expropiar empresas, cerrar fronteras, insertar a México la remisa y absurda revolución latinoamericana de nuestros días.

Los que tengan dudas de que luce ausente e indeciso, vean la repetición, el debate completo lo encuentran en la página del INE.

Agotadas las ideas, César Jáuregui, el exbueno, diligente secretario general de gobierno, encontró en las elevadas temperaturas uno de “los múltiples” factores que inciden en la seguidilla de asesinatos, hasta ayer 81 en lo que va del mes, sin contar desaparecidos ni levantados durante las refriegas de los grupos criminales.

Imposible contener un gesto de hilaridad, es muy natural, de pronto el segundo -¿O tercero, ahí está Ismael Rodríguez?- hombre más importante en el escalafón administrativo de gobierno, responsabiliza de las muertes violentas a “la calor de mayo”. Rebasados los cuerpos estatales de seguridad e incapaces para contener la ola criminal, ofrecen cualquier justificación.

Si el problema son las altas temperaturas, que por cierto han sido más inclementes otros años, una solución práctica para evitar las muertes, al menos reducir uno de los “múltiples factores” que las causan, sería comprar abanicos eléctricos y distribuirlos estratégicamente en las zonas de mayor conflicto. Refresquen a los asesinos y mitigan sus ansias de sangre.

En Mueblerías El Pasito encuentran ofertas excelentes, comprando por mayoreo. Por falta de dinero no se detengan, Ismael puede fiarles en lo que Fuentes Vélez resuelve la emergencia financiera.

El gobernador Corral entregó una respuesta más ortodoxa; es una disputa interna en la pandilla de los Aztecas, dijo. Perfecto, los diagnósticos se presumen certeros, sólo falta el remedio. La gente, harta de tanta violencia, no quiere explicaciones, exige soluciones.

Mañana un primer avance del nuevo episodio de Luz Estela Castro en el Supremo Tribunal de Justicia. No sólo el magistrado Luis Villegas denunció en público una pretendida imposición de jueces, varias voces en el gremio de la litis y la chicana están sorprendidos por la brutal y burda intervención de la consejera Castro. Pero éste es un tema de la mayor importancia, necesita ser desdoblado con amplitud y total responsabilidad. Paciencia.