*Oportunidad para Olmos

* PRI, pocos, locos y divididos

* La Coneja con un pié fuera

* Pinedo, urgen explicaciones

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Está documentado, sin lugar a dudas, que Antonio Pinedo utilizó su cargo para hacer negocio, lo que definen abogados como tráfico de influencias. Chihuahua está frente al clásico oportunista que se sirve del cargo público que desempeña para enriquecerse o enriquecer a su familia, amigos o compadres.

¿Qué respondió el Coordinador de Comunicación Social, entrevistado al respecto? Utilizó el mismo argumento que los cínicos y desvergonzados de los gobiernos corruptos: “es un ataque directo a la administración del gobernador Corral”.

Lo que hizo Pinedo es traición al gobernador Corral que prometió transitar sobre una administración honesta y ademas luce confundido, sus declaraciones permiten suponer que se asume como parte de “las buenas familias”.

Erra, en ese exclusivo apartado de impunidad azul entran los Mesta, los Maderos, los Riggs y otros de apellidos ilustres a los que todo perdonan los gobiernos panistas, precisamente por ser “de buenas familias”.

Javier Corral declaró, al protestar el cargo, que no solaparía a nadie en su gabinete, si cometía actos deshonestos, así fuera su compañero de toda la vida en el partido o el funcionario más encumbrado.

Con Pinedo tiene la cuarta llamada de reivindicar sus palabras: Dejó pasar la venta, 20 millones de pesos del software a Finanzas, de una empresa de “los Madero que no es de los Madero”; la asignación de contratos directos a la familia Riggs, del sindico hoy ascendido a diputado federal; y el bono ilegal en la Secretaría de Salud, del depuesto Ernesto Ávila.

¿Dejará pasar también las presumibles acciones de corrupción de su jefe de prensa? La sociedad espera respuestas. A “la coneja” le negaron la libertad bajo fianza por 1.7 millones y al secretario privado de Duarte lo llevaron a prisión por medio millón, Pinedo mínimo merece un castigo ejemplar.

¿Estaría de acuerdo la señora Olmos o piensa abrir una investigación como las que inició en los casos antes citados, sólo para cerrar y decir que no hubo nada? ¿O es que su filosofía de honestidad es compatible con la máxima española “hágase la justicia en los bueyes de mi compadre” Son preguntas.

En el PRI son pocos, mal armados, sin monturas y divididos. Así no llegarán a ninguna parte, imposible si los últimos sobrevivientes del tsunami en lugar de avenirse se despedazan entre ellos.

Son cuatro diputados, la fracción con menor presencia en su larga historia, y prefieren partirla en dos en lugar de llegar a un acuerdo serio que les permita elegir coordinador por la vía de los votos.

Su solución fue partir en dos la famélica fracción: Omar Bazán en calidad de coordinador de la coordinadora, Rosa Isela Gaytán; Jesús Velázquez y Ana Elizabeth Chávez rondando entre la independencia y Morena, pero en declarada insurgencia contra su partido.

No es posible construir acuerdos serios y duraderos con diputados incapaces de poner a un lado sus fobias personales. Tuvieron enormes dificultades para firmar un pacto con Morena, PES y Verde a fin de hacer una precaria mayoría que les permitiese disputar el gobierno del Congreso a la coalición encabezada por el PAN y a los tres días el PRI queda partido a la mitad.

¿Hacia dónde van los votos de Velázquez y Chávez? Lo que dicte su conciencia, al mejor postor y aunque de momento siguen declarándose priistas, en cuanto los tienten las ofertas de gobierno su convicción revolucionaria flaqueará. Ninguno de los dos se distingue por ser de convicciones y lealtad partidista a toda prueba.

Ese tipo de mezquindades y torpezas de liderazgo es lo que aprovecha la fracción de PAN para seguir gobernando el Congreso, con el irrestricto apoyo de Jorge Issa, y además tomar las mejores comisiones.

En un Congreso de pandillas fracturadas y diputados carentes de oficio, la bancada del PAN seguirá dominando. Por eso dicen que en tierra de ciegos el tuerto es rey, Fernando Álvarez no necesita mucho para ser el diputado local más influyente.

Pues ahora si Alejandro Gutiérrez, la coneja productiva, brinca en un pié, aunque sin cantar de alegría. Ayer suspendieron la prisión como medida cautelar por el delito de 1,7 millones de pesos, acercándolo a la libertad deseada.

Sin embargo para salir de prisión necesitará brincar en los dos, siguen vigentes las chicanas para retenerlo en San Guillermo otro año más, por los 250 millones, si en el intento no lo acusan de otro delito, hasta de acosar a las internas o custodias del penal, vaya usted a saber.

Pero en el gremio de la Litis y la chicana apuestan doble contra sencillo que el juzgado unitario que conocerá del amparo contra la exoneración de la PGR, lo desechará por francamente improcedente. En ese caso su libertad causaría ejecutoria, como dicen los abogados, inmediatamente.

Javier Corral y su asesor jurídico han hecho hasta lo imposible por mantenerlo en prisión, pero llega un tiempo en que los recursos legales –así sean las más creativas chicanas- también se agotan. A ese punto está llegando el juicio de la Coneja.

Tampoco liberado sería la gran cosa, no descarte que un juez de consigna decreta como medida cautelar prisión domiciliaria con brazalete electrónico, grilletes al cuello y extremidades, más camisa de fuerza para evitar que se fugue.

Como están las cosas, quién le asegura que estaría mejor fuera que tras los barrotes, tengan presente que la Justicia del Nuevo Amanecer es tan inclemente con los corruptos del pasado como indulgente con los corruptos del presente.