*Contacto Miami-Parral-Palacio

* Karina ¿Coordinadora de chuy?

* José Enríquez tras Pinedo

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Mentes retorcidas y de afición complotista atisban aventurada teoría, según la cual existe una triangulada comunicación entre César Duarte, y Javier Corral, su perseguidor feroz, cuyo contacto sería Karina Velázquez, exdiputada y hoy flamante bibliotecaria del Congreso local.
Las razones que dan los promotores de la triangulación Miami-Parral-Palacio, mueven a pensar, por lo menos, que algo inusual sucede. Durante sus peripecias de político pueblerino, Duarte tenía dos amigos y confidentes íntimos; el hoy difunto Carlos Hermosillo y Karina Velázquez.
En Parral saben que nadie estaba más en el corazón de Duarte que ellos y quienes los conocen aseguran que compartían habitación –no se insinúa nada, aclarado- en los deplorables cuartos de la CNC -cabaña 11-, cuando les faltaba dinero para hospedarse en hotel. De ese tamaño era la confianza.
Con Duarte en fuga y Hermosillo muerto, se suponía que Karina Velázquez huiría de Chihuahua al concluir su periodo de diputada, en previsión de que fuese incorporada al circuito de los maxijuicios. Ésta versión era universalmente aceptada entre la renata y politólogos de café, hasta hace poco.
Nada, en vez de salir corriendo Karina recibió trató de “amiga” en el nuevo amanecer, lo que ninguno de los testigos protegidos ha merecido y muy pocos panistas recibido; trabajo cómodo y protección gubernamental.
Hoy despacha, junto a su hijo Iván, en el departamento de biblioteca del Congreso, con salario –han dicho fuentes legislativas- de 48 mil pesos cada uno, sin tener asignadas tareas específicas.
Éste trato privilegiado a quién es probablemente la persona más cercana a Duarte, después de su familia, detonó las sospechas del complot. Conociendo la fobia de Corral a todo lo que tenga que ver con el exgobernador, les suena descabellado para alguien que se daba por bien servida si la dejaban fuera de las investigaciones.
¿De que hablan, vía Karina, Duarte y Corral, dando por buena la improvisada teoría? Las mentes más retorcidas entre los complotistas han esbozado prematuras explicaciones. Saldrán de a poco.
Por ahora se conforman con decir que les parece muy extraño –así son los complotistas, todo les parece muy extraño- que Chuy Velázquez, actual diputado y confeso duartista desde sus tiempos de alcalde en Guadalupe y Clavo, hayan visitado Palacio en compañía de Karina y se nieguen a reconocer las directrices de la fracción priista, facilitando un precario control del PAN en el Congreso ¿Es Karina la coordinadora de Chuy?. En política no hay misterios perpetuos, cuestión de esperar el desenlace.
En el escándalo de Toño Pinedo, donde recrearon otra triangulación pero con propósitos diferentes, habría decidido intervenir José Enríquez, nombrado hace poco director del Comité de Participación Ciudadana en el Sistema Estatal Anticorrupción.
Son varias las fuentes que aseguran tener información, en el sentido de que abrió un expediente sobre el tema de las ilegales asignaciones directas en Comunicación Social. Y quienes conocen a Enríquez están convencidos que jamás actuaría por cuenta propia en un tema así, deslizando la idea de que recibió línea.
Probablemente haya veracidad en el dato del expediente, pero de eso a que Javier Corral decida castigar a su jefe de prensa, siendo que lo ha defendido sin cansancio en público y privado, dista buen tramo.
Al contrario, el gobernador sigue responsabilizando al Diario por los “ataques” a su gobierno, negado al hecho de que se trata de documentos duros, datos oficiales de su propia administración, por lo cual renunció a gobierno uno de los santones históricos del PAN, Guillermo Luján, según han dicho.

Sin voluntad política, Pinedo y el resto de los sospechosos de incurrir en actos de corrupción durante la presente administración, permanecerán intocados. Pero es saludable que alguien se ocupe del caso, aunque sea para dejar constancia en expedientes anticorrupción.