Desde que la PGR reclasificó el delito de Delincuencia Organizada por el de Asociación Delictuosa, en el caso de Javier Duarte –javidú en sus tiempos de gloria- todos en el gremio dela Litis y la chicana vieron sentenciado el litigio a favor del exgobernador veracruzano acusado de desfalcar las arcas.
En juicio abreviado aceptó la culpabilidad y lo sentenciaron a una multa de 58 mil pesos –leyó bien, 58 mil pesos, no es broma- y nueve años de prisión. Hasta los tinterillos menos aventajados entendieron la realidad jurídica: quedará libre en tres años, pues sumados el uno y medio que lleva detenido, hacen la mitad de los nueve.
Peña Nieto está resuelto a rescatar de la prisión a sus amigos, el siguiente paso es la Coneja. Si permanece preso es sólo por que Jorge Espino se ha valido de las más ingeniosas chicanas, sin embargo la voluntad presidencial de sacarlo es obvia. Habrá noticias en cuestión de días, a Peña le quedan sólo dos meses y en consecuencia lleva prisa.
De César Duarte, disfrutando de los millones que se llevó mientras juega a esconderse entre Miami y El Paso, ni que hablar. Es improbable que lo detengan antes de que termine el año y tampoco hay garantías de que López Obrador se comprometa en serio a su extradición, vivimos en la amorosa república del Perdón. Viva la impunidad; vivan las leyes. Aplauso a la justicia mexicana.
Como dije varias veces, era sólo cuestión de días para que los grupos preponderantes del PAN, Neofelices de Palacio y M3 de Alcaldía, resolviesen sus diferencias.
Ayer trascendió un encuentro entre César Jáuregui, el malo, operador principal de Maru Campos y César Jáuregui, el exbueno, cabildero de Javier Corral, donde habrían firmado el acuerdo general.
A partir de ayer todo es miel sobre hojuelas, los neofelices se quedan con la presidencia del CDE, Rocío Reza, y también con la tajada del león en los cargos del Consejo y el CDE. Estamos frente a una paso estratégico de costado que dio el M3, resuelto a evitar una confrontación prematura con Palacio.
En pocos días, no pasa de la semana próxima, empezarán a trascender los nombres que darán vida al acuerdo. En ese momento quedará evidenciado el repliegue de Maru y sus muchachos, en política no hay secretos, sólo acuerdos transitorios bajo la mesa.
Tampoco es que tuviesen opciones, pensar en una declaratoria formal de guerra –hoy la confrontación es fría- cuando empieza el segundo periodo de la administración Corral, sería suicidio para las aspiraciones de la inquieta alcaldesa.
Hicieron lo correcto, saben que por ahora calladitos se ven más bonitos, ya llegará el tiempo del crujir y rechinar de dientes. Eso de que Corral ponga en la presidencia del PAN a la principal enemiga de Maru, genera pronóstico de tormenta grado cuatro hacia los tiempos de la designación de candidatos, especialmente al gobierno.
De acuerdo a sus usos y costumbres, aprendidos del viejo PRI, la elección del PAN está resuelta, la asamblea de delegados servirá sólo para ratificar la voluntad cupular de sus rabiosamente democráticos dirigentes.
Quizás Miguel Latorre tiene una bola mágica que revela su destino, por eso sabe, sin temor a equivocarse que será presidente municipal. Aclaró ayer, no es anhelo, es una realidad. Aunque la bola de Miguel es omisa en cuanto a tiempos, lo cual no es bueno, podría ser en ésta vida o en la otra.
Por eso la recomendación de Maru, si quiere ser alcalde póngase a trabajar ¿Es simulador el futurista diputado y en lugar de hacer trabajo a favor de su proyecto hace grilla? ¿Fricciones entre la alcaldesa y el diputado estrella del M3? Son preguntas.
