*Firman pacto de impunidad

* Buenos por obra de fe

* Fuentes Vélez, incompetencia

 

René Juárez y la nomenclatura priista en su entorno, honraron el pacto de impunidad con López Obrador en los días previos a la elección de julio, entregando los votos de sus 47 diputados para construir una mayoría calificada que diese vigencia legal a la Guardia Nacional, proyecto insignia del presidente contra el crimen organizado.

Con los diputados de Morena, PES, PT y sus nuevos aliados del Verde, AMLO quedaba corto, 325 votos de los 334 requeridos, para la mayoría calificada que le permitiese modificar la Constitución. Ahí entró el acuerdo preelectoral y, solícitos, los priistas entregaron el voto sin dar ni pedir explicaciones. En la derrota conservan intocado su sentido de institucionalidad.

En la disidencia presencial quedaron PAN y PRD, sin más alternativa que mirar de lejos como los viejos adversarios unían fuerza y los desplazaban hacia el extremo de una oposición disminuida, sin ánimo ni para el debate.

Es la primera votación que deja expuesto el acuerdo sintetizado en el odioso “Primor”, ícono con el que la gente identifica el oscuro compromiso entre Morena y el PRI. Es decir la sospecha popular de una alianza pervertida entre el viejo y caduco sistema dominado por la corrupción y el nuevo régimen de la regeneración, austeridad y decencia ¿Dudas sobre el pacto de impunidad que los ata? Que hable Peña.

De que votarían el si no hay duda, la Guardia Nacional es tan importante para López Obrador como los programas asistenciales, el aeropuerto, el tren maya y la refinería impensable que un servil Congreso frenase sus planes.

Hoy la votación importa poco, se trata de saber si la Guardia Nacional ofrecerá los resultados que promete Palacio Nacional y eso podremos confirmarlo únicamente andando la carreta, en los hechos.

Encuentro inútil la discusión sobre mandos civiles o militares, para efectos prácticos da lo mismo. Desde que Calderón sacó a la milicia de los cuarteles para encabezar el combate al narcotráfico, los abusos contra la población indefensa y la denuncias de corrupción quedaron distribuidas a partes iguales entre la Policía Federal, fuerza civil, recuerde a los impresentables Genaro García Luna y Renato Sales (En Juárez los tienen muy presentes), y los jefes militares.

El problema de los cuerpos de seguridad en México no radica en el mando, está en la facilidad con que se dejan sobornar por el enorme poder corruptor del crimen organizado. Lo mismo civiles que militares sucumben a los cañonazos de billetes verdes enviados por los carteles.

Pero debemos ser optimistas, puestos al servicio de la Cuarta Transformación hoy tanto civiles como militares serán buenos, incorruptibles y respetuosos de los derechos humanos. Ajá. En serio, estamos en la nueva era, una donde los atropellos del Ejercito serán justificados y acalladas las voces derechohumanistas que osen denunciarlos.

Es el nuevo régimen, donde los servidores públicos, desde el más humilde policía o cabo segundo hasta el presidente son buenos por obra de fe y definición ideológica. Que más da quién dicta las ordenes.

¿De qué tamaño será el caos administrativo y financiero en la Secretaría de Hacienda, para que los empleados del Congreso se queden sin la quincena por que no enviaron a tiempo la nómina? Una retraso así no sucedía desde que terminó la Revolución, el “chivo” es el más sagrado de los derechos laborales y les fue negado sin mediar explicación.

Si no recibieron el dinero en el curso de ayer hoy sin duda les será depositado y Fuentes Vélez dará por solventado el problema. Desde luego que no pasa nada, si medio país está sin gasolina y la gente sigue aplaudiendo a López Obrador, que los burócratas del Congreso alarguen el fiado dos o tres días más es irrelevante, concluirán los tecnócratas.

Puede, sólo tenga presente una observación a manera de pregunta superficial: cómo podrían resolver la crisis financiera en Pensiones, el magisterio, las Juntas de Aguas y Salud siendo que les resulta gravoso hacer una trasferencia de nómina ordinaria. Imposible, no saldrán del pantano financiero ni con mil nuevas reestructuraciones de la deuda.

Esos casos de ineficacia anuncian un futuro desastroso para Chihuahua. Ahora, si el problema es dinero, que ciertamente tengan dificultades hasta para cubrir la nómina, entonces empecemos a rezar, el último año de Corral será de pesadilla.

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