*Excitados con su jarrito nuevo

* Evo, “Miguel”, vs los golpistas

* Función especial a tres caídas

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Bienvenido Evo, ha llegado al país de una rica tradición de asilo que a todos recibe con las manos abiertas, siempre que Trump no juzgue amenazas a la seguridad del Imperio. Acá estará bien; casa comida y sustento, sobre bimensual de adulto mayor y despensas con frijoles sin gorgojo.

Hay veces que la política da “weba”, este es uno de esos días. Encuentro tan surrealista lo que vive nuestro país que no me da gana buscar explicación a la dinámica de los acontecimientos. Ningún sentido tiene tomarla en serio si hoy la noticia es el asilo de un líder caído en desgracia por sus afanes de perpetuarse en el poder, al que recibimos como héroe.

Que Marcelo Ebrard siga jugando a ser el gran diplomático mexicano, pacifista y respetuoso de la Constitución bolivariana, mientras los senadores de Morena pisotean la nuestra con tal de imponer una “ombusperson” a modo del Tlatoani. Disfruten, la sobreexposición a la que están sujetos terminará reventándolos.

¿Qué hubiese pasado si Evo respeta la Constitución de Bolivia, escucha la inconformidad ciudadana y se retira a tiempo, en lugar batir la Constitución y hacer fraude para conservar el poder? Hoy su destino sería muy diferente, merecería ocupar un sitio destacado de la historia en su país, el hombre hizo crecer la economía y sacó a muchos paisanos de la pobreza.

Aplausos, vivas y si además lo hizo sin aumentar la deuda ni enriquecerse más allá de lo “políticamente correcto” –hasta la fecha no hay serios antecedentes de corrupción- pues mil veces mejor; pasó y loas al triunfador. Líderes latinoamericanos de izquierda que sean eficientes al momento de gobernar son muy contados, sobran los dedos de una mano.

Hoy, en cambio, es el villano que dejó ardiendo a su país, el político fraudulento que “tumbó” al sistema para robarse las elecciones y sólo cedió cuando el Ejercito le dijo “no más” entregas y te marchas del país. La importancia de poner los pies sobre la tierra y retirarse a tiempo, tan sencillo y tan difícil, cuantos dictadores de izquierda o derecha han sucumbido a la misma tentación. El poder los pierde.

Si López Obrador lo recibe que bien, contra la voluntad de Stalin asilaron antes a Trosky ¿Por qué no abrir las puertas del país a un indio boliviano que supo ver por lo suyos? Y si de pasada el “líder amadísimo” y sus voceros construyen una narrativa poniéndose el guarache antes de espinarse, por aquello del golpe, también se vale, llegaron al gobierno por la vía democrática, correcto es que por esa vía se vayan. Los gorilazos son traumáticos hasta en el reino animal.

Además el interés en su jarrito nuevo pasará pronto, mañana sucede otra desgracia –no la pronostico ni deseo, es lo que hemos visto en las últimas semanas- y deja temblando al nuevo oficialismo, temerosos de que el odioso rufián de Norte, éste si sumamente pernicioso, decida “borrar de la tierra a los carteles de la droga” y nos envíe a sus marines. Hagan changuitos, los duros de aquel lado presionan en serio y si Trump considera necesario, tendrán que tragarse el sapo.

Por lo pronto Evo les servirá de distractor social y argumento contra el fantasma del “golpe”, es la versión de circo –sin pan- puesta en marcha por el nuevo régimen y surge desde Palacio Nacional, residencia del “Tlatoani”. Cada día ganado cuenta, sobre todo estando tan cerca la tragedia de los LeBaron y el fallido golpe en Culiacán. En ese sentido Evo les vino de perlas, lo aprovecharán mientras puedan.En Chihuahua hay otro que brinca en un pide desde que el depuesto presidente pisó tierras mexicanas. Aprovechando la exposición mediática, Miguel Ángel González prepara una función especial de Lucha Libre bajo el nombre clave: “Evo contra los golpistas”, con el propio Miguel Ángel –fingiendo que lleva máscara- en papel de Evo y Juan Carlos Loera como líder de “los golpistas”, a dos de tres caídas sin límite de tiempo ni reglas restrictivas. Son tiempos de austeridad y Cruz todavía no produce, las oportunidades se pescan al vuelo, imposible dejar pasar la de Evo. Algún provecho dejará su parecido con el profesor y amante de la lucha.