A un año y medio de las elecciones Armando Cabada sepultó el proyecto hacia la gubernatura, en su descarada soberbia y la tendencia al agandalle que caracteriza a los políticos juaritos. Es admirable la forma como se autoboicoteó sin darse cuenta.
Teniendo las mejores condiciones para encabezar un esfuerzo alterno a los partidos dominantes, su instinto golpeador y la inexperiencia propia de un comunicador que todo ha recibido por influencia familiar, dilapidó la oportunidad que tenía de seguir creciendo.
Si junto al edil de Parral, Alfredo Lozoya, y al expresidente de Chihuahua, Marco Adán Quezada, la viabilidad de la propuesta independiente camina con dificultades, quedándose sólo y sin posibilidad de acuerdo macizo, cancela sus legítimas aspiraciones.
Al quedar solo y con un equipo confrontado ¿Cómo podría transitar? Imposible. En la precaria situación actual no le queda sino recargarse en Morena, pero tendrá dificultades para vender activos. Ya lo midieron todos y no da la talla de líder estatal.
Otro dato que demuestra su incapacidad operativa: dos veces pagó por la asamblea estatal para el registro de Redes Sociales Progresistas y las dos fracasó; la primera por que no consiguió el quórum y la segunda por que lo perdió en la mesa. Los hechos ahí están, para su vergüenza.
Esa incompetencia operativa motivó un comentario privado de Elba Esther, según hicieron trascender cercanos de la maestra: “A Cabada no le alcanzará ni para la diputación federal”. ¿Sentencia premonitoria? Quien sabe, la maestra no es bruja pero algunos están convencidos de que tiene pacto con el diablo.
El desatino de sus últimas decisiones se debe, en buena medida, al karma que sigue como maldición gitana a los juaritos, piensan que la política se hace a golpes y desplantes engreídos. No saben otra, por eso los conocidos fracasos casa seis años.
En la escisión de la opción independiente Cabada queda solo y en un municipio donde Morena tiene su mayor presencia, no lo necesitan. Alfredo Lozoya y Marco Adán mantienen la causa común con el plus de Movimiento Ciudadano, ¿Quién pierde? La pregunta se responde sola ¿O no?.
Rompeolas
Muy contento se le vio ayer al gobernador Javier Corral, primero en el Congreso del Estado y después en el Centro de Convenciones, ambos con el tema del informe que hoy hará público, el tercer y más importante de su administración. Habla de una cantidad record de obras en todos los municipios mismas que nadie observa pero su gente asegura que ahí están. Puede, han presumido mucho esos trabajos, sin embargo nada importa, el Tercer Informe se llama Jorge y se apellida Ramírez, Corral lo plancho la semana pasada y eso le permita mostrarse ufano, traiunfador. Dejemos que goce su momento, tendrá pocos y muy contados antes de que entregue el cargo y no se diga el año más difícil de todos, en su caso el sexto, la teja de poder empezó se agota.
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Muy bien le fue a la paisana Bertha Luján en Chihuahua, llegó como la ganadora indiscutida en el primer round del pleito eterno entre morenos. Está en su momento, con un presidente del partido a modo -Alfonso Ramírez Cuéllar es su cuaderno de doble raya- y preparando la elección definitiva que será en cuatro meses. Entonces viene otra gran batalla y ésta no será contra Yeidckol sino contra las poderosas fuerzas de la izquierda fifí encabezada por Marcelo Ebrard y Julio Sherer. Hasta hoy bien por ella, que tan segura de si misma estará en estos momentos que hasta se prestó para servir de atril en la improvisada reunión exterior del Mirador, donde Ramírez Cuéllar tranquilizó a la militancia que no encontró cupo. Es la confianza que da la victoria. En cuanto al mensaje, pues fue muy claro, la unidad como principio de Partido, lo que podría anticipar el método de las futuras decisiones sobre candidatos y la historia de lucha, es decir el tiempo dedicado a la causa, otro de los factores importantes a considerar entre los elegibles. Ahí queda el dato, para los interesados en tomar nota.
