*Madero, de bostezo en Coparmex

* Corral y Cruz, rencores eternos

*El R-15 y el caballo vengativo

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De bostezo, recargado en lugares comunes y más plano que los llanos de Mápula, así transitó ayer Gustavo Madero durante en su presentación como precandidato al gobierno del estado, en el Foro que Coparmex organizó para su lucimiento personal. Los conductores, Chava Carbajal y Nacho -“con z”- Medina hicieron un esforzado ejercicio de concentración para mantenerse despiertos. 

Gustavo es Gustavo y Madero es Madero, acicalándose el bigote con la punta de su pluma, sin mostrar emociones, con el mismo tono de voz y rostro inexpresivo, me hizo recordar a un amigo queretano cuando decía, de sujetos así, que si fuesen mujeres tendrían la misma cara cuando hace el quehacer que cuando da a luz.

En los escasos momentos que dejó el guión contra López Obrador, mostró su intolerancia a la democracia: “La gente votó con el hígado y les salió el tiro por la culata”, dijo refiriéndose a los 30 millones de votos para Morena, sin hacer critica sincera a la corrupción, los abusos, los moches y los pésimos gobiernos en la era del PRIAN, en los cuales el senador es uno de los beneficiados, según denuncias que han hechos sus propios compañeros de partido en distintos momentos.

Esa visión retorcida de la democracia, en decir que si votas por mi eres inteligente y cuando votas por el otro un pendejo, establece un patrón en el pensamiento político de Madero. También está convencido de que las “malas calificaciones de Javier –en encuestas nacionales- son por que falla la ciudadanía”. Y no lo dijo por descuido, en otro momento de la entrevista ratificó su convicción: “se vota con el hígado y luego la gente se arrepiente”. ¿Y el hartazgo ciudadano por los corruptos, ese no cuenta?. Una rayita de humildad le vendría bien.

Por lo demás sólo destaca su apoyo incondicional y sin cuestionamientos a la Iniciativa de Reforma Electoral promovida por el gobernador Javier Corral y coordinada por su jefe de precampaña, Carlos Olson. Para esa Iniciativa sólo tuvo elogios, siendo que construyó su trayectoria política en los acuerdos cupulares de ventajas económicas y concesiones plurinominales.

De las tres elecciones constitucionales en las que ha participado de forma directa, perdió dos y empató una. Perdió contra Jorge Barousse a la alcaldía y contra una desconocida Victoria Caraveo al Senado de la República. Hoy es senador por las retorcidas leyes electorales que critica. Y Pedro Domínguez se la hizo tablas en la elección del sexto distrito federal, ganando por apenas 300 votos.

Así que no, Gustavo ha tenido excelentes oportunidades para demostrar su compromiso social y jamás lo hemos visto en esas luchas más que de pasadita y buscando intereses específicos, como al lado de Jaime García Chávez en “Unión Ciudadana”, organización de la que se desvincularon él y Corral en cuanto ganaron la gubernatura.

De lo que más se recuerda en su paso por las senadurías y las diputaciones, son los acuerdos oscuros durante las reformas de Peña y los famosos moches. Hablar de honestidad y democracia es sencillo, ejercerlo complicado. No le va envolverse en banderas ciudadanas que jamás ha levantado.

Rompeolas

Javier Corral es un político de rencores eternos, a la primera oportunidad volvió contra su compadre y hoy senador por Morena, Cruz Pérez Cuéllar, recordándole su pasado duartista, a propósito de la Iniciativa de Reforma Electora: “Ya ven lo que pasó en el 2012 en donde el PRI se metió en el proceso del PAN, ya desde entonces Duarte apoyaba a Pérez Cuéllar, ya desde entonces estaba metido en el PAN el ex gobernador, hoy prófugo de la justicia y le llevó seccionales del PRI a Pérez Cuéllar”. Hay que joderse, quizás son los mejores elogios que puede recibir el senador por Morena, pues vienen de un gobernador enemigo del nuevo oficialismo que encabeza López Obrador, pero Javier como el alacrán, picar a medio río está en su naturaleza. Cada que pueda le recordará el senador sus andanzas pecaminosas con el “vulgar ladrón”.

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En Parral ya se habla de la nueva película de Chuy Velázquez. Quieren llamarla “La traición del R-15 y el caballo vengativo”. Pues nada, que cayó muy mal el acuerdo –el mismo Velázquez cometió la indiscreción, afirman- de que hizo con el PAN para entregar su voto a la Reforma Electoral de Javier Corral, a cambio del apoyo del PAN a la candidatura por el noveno distrito federal. Trágame tierra, se suponía que ambos, Caballo y el R-15 estaban apalabrados políticamente y que Chuy no se interpondría en ese camino, sin embargo los ecos de traición resuenen en el momento menos oportuno. Ese pleito está para película y si la produce Del Toro podría ganar hasta un Oscar, tiene más historia que “Plomo en la Sierra”, el éxito más sonado del buen Chuy Velázquez. ¿Dónde le gusta que se diriman las diferencias? Quien sabe, pero no creo que sea en los tribunales electorales.