Maru Campos entró en la fase B, en su línea estratégica hacia la gubernatura; mostrar músculo al interior de la militancia panista, espacio donde definirán la candidatura al gobierno estatal, según estatutos. A la antigüita, hizo circular ayer un desplegado de apoyo con la firma de más de cinco mil miembros activos de Acción Nacional adheridos a su precandidatura. Manifestación de fuerza interna a tomar en cuenta.
Cinco mil militantes activos, más del cincuenta por ciento del padrón estatal, que prestaron su nombre y dieron la firma para respaldar públicamente a Maru Campos, habla de un tendencia muy respetable al interior del PAN. La gente de Maru ha dicho que trae el 70 por ciento de apoyo, pues con esas firmas uno empieza a creer que sus cuentas no son alegres, ya que no todos suelen manifestarse públicamente, aunque su convicción esté dada.
Los tiempos para la elección se agotan, faltan ocho meses más un tercio, y cada día que pasa es un día ganado para la alcaldesa. Mantener su condición de favorita en las encuestas tiene su mérito, sobre si Gustavo Madero, su influyente adversario, lleva al menos tres meses haciendo espavientos públicos, esperando que se reflejen en sus niveles de popularidad.
Madero y Maru saben que la popularidad de un aspirante nunca ha sido el primer factor a tomar en cuenta para definir una postulación, importa pero no es condición necesaria. Sin embargo en la coyuntura presente, con un país polarizado y caminando hacia el autoritarismo inspirado en ideologías genocidas, sería un sinsentido descarrilar en la mesa un proyecto potencialmente triunfador.
Lo mejor para el PAN, en previsión de que Javier Corral asuma medidas radicales movido por sus fobias, sería abrir la competencia interna con piso parejo para los competidores. Madero está convencido de ganar la elección, lo ha dicho insistentemente en corto ante los suyos ¿Cuál sería la razón para cancelar la opción democrática y estatutaria? No existe, al contrario, sobran razones para privilegiarla.
El dos de junio se juega el rumbo del país, sin exagerar. Si la oposición se fracciona antes de la contienda, lo único que hace es facilitar el arribo de Morena. En cambio una elección interna en acatamiento a los estatutos facilitaría acuerdos políticos posteriores, donde tanto a los liderazgos victoriosos como los derrotados tengan cabida.
Es de tal simpleza el razonamiento que no admite otras interpretaciones. Además existe la mayor de las justificaciones políticas, frenar la comunicación del país, y está en línea con el interés político del gobernador, ganar Chihuahua para tener una base que le permita hacer política nacional. Ir contra un proyecto estatutario e incluyente suena a disparate.
Según ha trascendido, en días próximos habrá nuevos desplegados, uno de ellos firmado por empresarios prominentes, históricos mecenas del PAN. Maru está en lo suyo, no parece que rumores y desaires detengan sus propósitos de ir en las boletas por el PAN.
Rompeolas
Omar Bazán llegó por la puerta de atrás a Bucareli y se coló hasta la cocina. Con una foto y un desplegado “conjunto”, diputados del PRI y alcaldes “resolvieron” el problema del agua; supervisarán el cumplimiento del contrato conjuntamente con funcionarios federales. Así es como el gobierno del Líder Amadísimo y gran Tlatoani resuelve los problemas. Viva Morena, Viva el PRI, loas al primor. Y Omar feliz, fortaleciendo su relación con Alito, los agricultores no le darán la candidatura.
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A Juan Carlos Loera sólo le falta que lo corran de casa o, como dicen en el Barrio de las chivas, que lo mee un perro. Primero su amiga y protectora, Arianda Montiel, pierde toda influencia en la Secretaría del Bienestar, con el cambio de secretario, luego queda en una tablita su condición de superdelegado, es cuestión de tiempo para que le pidan el cargo, y ahora lo eliminan, por elemento gacho, del consejo estatal de seguridad. Son las consecuencias de relaciones inestables basadas en la simulación: Javier Corral se puso de tapete con el Tlatoani y le pagaron con desprecio; Loera se puso de tapete con Corral y le pegan con la misma moneda. El problema de Loera es que no tiene a quien patear, aunque sea para desquitar el coraje.
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Aparte de cínico, Ricardo Anaya es un vulgar oportunista. Es el principal responsable de que López Obrador ocupe la Presidencia y tenga amenazado al país con perpetuarse. Recordemos que dos años antes de aquella elección Margarita Zavala era más popular que el hoy presidente, pero Anaya se dedicó a socavar sus aspiraciones hasta obligarla a renunciar al partido, abriendo espacio para el arribo del radical. Y ahora, muy orondo, regresa de su retiro político diciendo que tiene la forma para contener el avance arrollador de la cuatrote. Es burla o nos toma de sus pendejos. Su ambición no tiene límite, aparece justo cuando se aproximan las próximas elecciones. ¿Qué deseas, Ricardo, senaduría o diputación?. Por mi que haga con su libro un rollito y lo aloje donde mejor le acomode.
