De los apagones recientes –quizás deba decir presentes, pues la amenaza permanece- todos tienen culpa, menos el Tlatoani ni su octogenario Director de la CFE. Son expertos en responsabilizar a otros, si con esa eficiencia gobernaran, México sería hoy un país autosuficiente en energía y alimentos.
Es cierto, en Texas estuvo peor y la energía sigue sin normalizarse, sólo que allá se presentó la tormenta invernal, a nosotros nos llegó una expresión mínima, si acaso en Coahuila se sintió un poco más fuerte, pero en Juárez fue otro frío de los tantos que suceden durante las temporadas invernales y en Chihuahua apenas la sentimos.
También estamos de acuerdo, Calderón y Peña Nieto dejaron caer hasta los suelos a Pemex y a CFE, propuestos a que hubiese mayor inversión de la Iniciativa Privada, probablemente –o de seguro, sus antecedentes los traicionan- con desventaja para el país y un alto grado de corrupción.
Ni de la naturaleza, ni de los desaciertos y corruptelas del pasado es responsable López Obrador, pero si de cancelar proyectos ya licitados para la extracción de gas, de inhibir la inversión privada en energías limpias –sigue insistiendo en una reforma energética que los especialistas consideran suicida para el país- de no trabajar en almacenamientos, de invertir cantidades multimillonarias en una refinería cuestionada, y de inundar al país de combustóleo basura que nadie necesita, pero él ésta empeñado en que sea sustituto del gas natural. No hallan que hacer con el combustóleo, necesitan quemarlo a como de lugar.
Mientras el Presidente siga pensando que rescatar a Pemex con tecnología y combustibles obsoletos es el camino para la independencia y autosuficiencia energética, lo único que logrará será que los apagones sean cada vez más frecuentes y prolongados. Dada la obviedad de la insensatez, es pertinente una pregunta ¿Lo hace deliberadamente por que en la destrucción consolida su cuatrote o es tan obtuso y no se percata que nos lleva al abismo? Como dije, es pregunta.
Rompeolas
En Ciudad de México definió Morena las presidencias municipales; siete alcaldías para Sheinbaum, cuatro para René Bejarano, Martí Batres rescató una, a Marcelo Ebrard le respetaron otra y Ricardo Monreal terminó sin nada. El saldo es apabullantemente a favor de la izquierda radical. Se comenta que una vez resuelta la ciudad de México, vendrán a los estados y el domingo pudiese haber noticias en Chihuahua. Con Morena no se sabe, suele nominar cada juanita… o Juanito ya ve a Loera. Pero en sus círculos internos se comenta que la decisión será en función de una estricta lógica electoral. En ese caso iría Cruz Pérez Cuéllar en Juárez, Marco Adán Quezada en Chihuahua, Lupita Pérez en Cuauhtémoc, las únicas tres que importan, pues Delicias y Parral, las otras dos relevantes, las han dado por perdidas. Sin embargo tome la información con reserva, igual el dedito de YSQ dice otra cosa y las encuestas cambian a su entera voluntad. Pero, de resolverse como se supone que van los acuerdos, esos nombres serían los palomeados.
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La razón de que hayan tomado fuerza perfiles competitivos, es la ventaja que ha tomado Maru Campos con respecto a Juan Carlos Loera. Mientras ella crece impulsada por los agravios de Corral y el fervor antiamlo, él se desdibuja hasta casi desaparecer -¿Cuánto hace que no da nota?-. Es más, gente de Morena habla de que con Loera, López Obrador decidió entregar el estado al “conservadurismo terracista”, como le llama. Lo que sea, la verdad es que si hoy fueran las elecciones Maru ganaría con relativa solvencia y sin cuestionamientos, pero dadas las circunstancias inciertas y teniendo en cuenta que de partido a partido, Morena sigue ligeramente arriba del PAN, hay que dejar el apunto en esta parte; “si hoy fueran las elecciones”, pues ya sabe usted, aquí la candidata es quien hace marcada diferencia, sin ella en la ecuación los momios se emparejan con ligera ventaja para Morena.
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En Juárez todo lo contrario, Armando Cabada empezó muy bien en su alianza con Loera, pero en los escarceos de las últimas semanas ha perdido impulso. La grilla interna lo trae de la cola. Se supone que sigue firme como candidato plurinominal en una posición aceptable, pero eso podría cambiar de último momento. Así sucedió con Gabriel Flores, “el mangas”, quien ya se había visto de candidato a edil juarito, hasta su buen dinero invirtió, y de la noche a la mañana salió Cruz Pérez Cuéllar con que iba él, en acuerdo directo con Mario Delgado. Así es Morena, por eso Cabada tiene motivos para estar preocupado, hay poderosas voces que no olvidan que les robó la pasada elección a la mala. A propósito ¿Cuánto le gusta para que “el mangas” haya puesto sobre el escritorio de Mario Delgado? Hablan de un kilo en verdes ¿Será?.
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Víctor Quintana, definido por Loera de mero compromiso –dicen que no le gustó para nada su designación- renegó porque lo mandaron a tierra en el distrito doce, Chihuahua. Lo que en realidad busca es la pluri local, una posición que le alcance para llegar sin problemas al Congreso y eventualmente, sobre la base de que Loera perderá, convertirse nuevamente en el representante de AMLO en Chihuahua, ahora con dieta y fuero local. Puesta en esa idea teje fino con el clan de Bertha Luján. No está mal tirada la pichada, el problema es que esas pluris están muy competidas y el que lleva mano, hasta hoy, es Martín Chapa, presidente estatal, a quien alguna posición le entregarán, sea para él o su gente y de las pocas buenas que restan, la pluri local en el número uno es de las mejores.
