Puede caminar sobre un tendido de muertos insepultos y declarar, ufano, que México va bien, describiendo a un pueblo feliz y agradecido con sus suicidas políticas del asistencialismo sintetizado en el lema electorero “primero los pobres”, convencido de ser moralmente superior por que “nunca miente, nunca roba y nunca traiciona”. Jamás cederá, en su mente es redentor por vocación y derecho divino, nada lo aparta de su plan destructor. Los gobernantes de gen autoritario y megalómano como él, suelen construir mundos alternos donde todos giran en torno suyo; ven lo que quieren ver, escuchan lo que quieren escuchar, palpan lo que quieren palpar.
Convencido de su infalibilidad, reconocer error no es lo suyo, errar es de humanos y mentes débiles, él es un “ente superior” en quien la equivocación no cabe. Cuando la realidad “real” lo golpea de frente, ajusta su narrativa a la nueva circunstancia y sin detenerse a pensar responsabiliza de los fracasos a enemigos imaginarios y, recobrado el aplomo, vuelve a su mundo paralelo, desde donde dicta pontificando con recetas del pasado reprobadas por la historia y machaca contra los que cubrieron de oprobios a los pobres del país, en cuyo nombre dice gobernar y de quienes se asume único vocero y protector.
Pero en algo muy importante tiene razón, el neoliberalismo llenó el país de miserables desamparados sin más alimento que tortillas y chile, más arroz y frijoles en domingo. Los corruptos gobernantes del Prianato y una Iniciativa Privada cortoplacista exprimieron a los marginados hasta desangrarlos y depredaron los recursos naturales. Esa política inhumana sentó las bases para el advenimiento del falso y mentecato mesías que hoy gobierna, nunca vieron por los trabajadores que contribuyeron a su enriquecimiento ni explotaron los recursos naturales con provecho para el país. Fueron, como bien les dijo; una minoría rapaz.
¿Es tarde para recomponer? Sostengo que no, mientras permanezcan las instituciones que den certeza a los proceses electivos y existan millones de mexicanos dispuestos a enfrentarlo, la esperanza es nuestra. Pero es necesario que opositores y empresarios entiendan a cabalidad la importancia de una sociedad robusta, con oportunidades de movilidad social y aspiraciones más allá de la sobrevivencia diaria que sufre la mitad del país. Le gente quiere salir adelante, tener oportunidades de crecimiento, que sus hijos sean mejor que los padres, así reconocerían en los programas asistencialistas a la dádiva que los ata al yugo del dictador. Sin opciones de superación y en la miseria, la reciben felices y agradecidos. Es su héroe.
No hablo de una sociedad utópica, me refiero a que los opositores al régimen autoritario y populista, donde quiera que estén, deben aprender de los errores pasados y, en lo que a su alcance esté, remediarlos cuanto antes. Es una estupidez pensar que recuperarán el poder haciendo lo mismo que los llevó al barranco y encumbró al Tlatoani. Siempre he dicho, el análisis sobre la miseria que hace López Obrador es correcto, donde falla es en su proyecto, todos sabemos –incluidos ellos- que desangrará al país y entonces los pobres seremos todos, menos la minúscula casta gobernante y las élites militares.
Insistiré mil veces, si consigue su objetivo de conservar la mayoría en la Cámara de Diputados, toda una generación de mexicanos verá cancelado su futuro. Hacía allá va y ese es propósito su plan B es dejar una juanita a la que tome de su pelele, el A es reelegirse. Para detenerlo necesitan un frente común donde incluyan a los sin voz, las banderas redentoras no son exclusivas del Tlatoani, son de quien las levante y haga suyas, argumentos sobran: La pésima gestión de la pandemia, el colapso económico, la corrupción en su gabinete y su familia, los impresentables de Morena, la obstinación ideológica de los energéticos.
¿Si los resultados lo desacreditan, por qué mantiene altos niveles de aceptación? La respuesta es obvia: está sólo frente a una oposición dividida, timorata y frecuentemente mezquina que no ha sabido presentar un frente común que lo detenga. Veo con interés los acuerdos políticos de partidos opositores, la alianza PAN, PRI, PRD es alentadora; conozco el esfuerzo de importantes empresarios para consolidar liderazgos opositores respetables. Son los primeros esfuerzos medianamente organizados para frenar el impulso autoritario inspirado en el pasado populista.
Bien, por algo se empieza, sólo tengan en cuenta la prisa que lleva consolidando el régimen autoritario, va mucho más rápido que Hugo Chávez y Fidel Castro, mientras, la oposición apenas hace por organizarse. Siguen dudando, con mezquindades y cuando menos piensen ya modificó la Constitución para reelegirse, en cuyo punto sólo saldría de Palacio con los pies por delante, dejándonos por herencia un México hecho añicos.
Rompeolas
Está muy molesta, se tira de los pelos y patalea maldiciendo repetitivamente con el estribillo de “todos son unos pendejos, todos son unos pendejos. Pendejos, pendejos, mil veces pendejos y además traidores”. Quiere, desesperadamente, desbarrancar el mejor proyecto político de Chihuahua para cerrar el paso al autoritarismo populista de la cuatroté y, desde su dorado exilio, carga contra sus peleles por que no son capaces de montar una manifestación de tres o cuatro mil acarreados para presionar a la Justicia, por que un desprestigiado aspirante a gobernador “se ve lento” y por que sus ruegos no llegan hasta Palacio Nacional. Que mujer más siniestra y ruin, es una de las que más daño ha causado a Chihuahua y sigue empeñada en su afán destructivo, pretendiendo resucitar a un muerto que deambula entre los pueblos de la sierra pensando que el seis de junio el fantasma de su Líder Amadísimo tomará la mano de cada chihuahuense para cruzar su nombre en las boletas. Sólo imaginar que Maru sea gobernadora la tiene fuera de sus cabales y, como leona enjaulada, amenaza, ordena, suplica; Víctor haz esto, caballo te veo lento, ustedes hablen con el Tlatoani, necesita quemarla en una mañanera. Su rencor la carcome por dentro, no la deja disfrutar a sus anchas en las villas europeas que habita, como debe ser en el ocaso de una luchadora social que hizo de su fama pública el mejor negocio. Dijeron que se estaba muriendo de cáncer, pero no es así, continúa tan delirante y estridente como en sus mejores tiempos. Que bueno y exhibieron su grotesco rostro en esas llamadas. Hay que ponerle un alto, ya jodió mucho a Chihuahua.
