Las campañas a gobernador empiezan oficialmente el domingo cuatro de abril, pero quedan abiertas desde que se registran los candidatos, concluyendo una larga y discrecional precampaña. Esa semana, la de los registros, será la primera vez que los partidos y sus candidatos midan fuerzas reales y definan el rumbo de su narrativa. Van del martes 16 al domingo 21 de marzo.
Los nanopartidos quedan fuera de comentario, sus dirigentes son sujetos formados en el multimillonario negocio de la política, no les importa más que mantener el registro para conservar las prerrogativas, en cuyo empeño hacen hasta lo indecible. Donde estará centrado el interés de los observadores, obviamente, es en los partidos dominantes, Morena y PAN, con la expectativa del PRI intentando mostrar capacidad competitiva, y la incógnita de Lozoya con Movimiento Ciudadano.
Diversos analistas consideran que la presente elección será de lo que llaman “estructuras”, es decir la base clientelar que los partidos han construido con la dádiva, en cualquiera de sus expresiones. No estoy de acuerdo, restan valor al ciudadano libre. La polarización de López Obrador, dividiendo al país entre buenos y malos, será una motivación importante del voto.
Por eso al momento del registro yo estaría más pendiente a la narrativa de los candidatos, que de su capacidad de movilizar gente, el famoso acarreo. En ésta parte llevan clara ventaja PAN y Morena, son los que disponen de recursos humanos, materiales y económicos –nómina y presupuestos- para desplegarlos a contento. Pero el candidato que fije agenda con su narrativa de registro pegará primero y por tanto dos veces.
Loera, sabemos, no hará más que adular a López Obrador, defender sus políticas públicas, el estilo autoritario y prometerá traernos la “cuarta transformación” a Chihuahua, como el maná prometido a los judíos. No sabe hacer más y supone que son eso le alcanza.
La oportunidad quedaría abierta para Maru Campos. Si consigue hacer clic con el interés del ciudadano de la clase media, conjugando su mensaje con lo que esperan escuchar los grandes capitales de una opositora al autoritarismo, conseguirá la simpatía de los ciudadanos sin partido, miles y miles, inconformes con el avance populista y la destrucción del país. La narrativa ya está, sólo necesita ajustarla y hacerla suya.
También Graciela Ortiz puede aprovechar el escenario y mostrar estatura política y compromiso con Chihuahua, no con la clase política que mañana podría desentenderse de ella. Siempre será tentador una posición conciliadora, intentando colocarse entre los dos punteros. Sería un error estratégico, en estos momentos la sociedad no está para medias tintas ni buenos componedores, se necesitan definiciones claras, objetivas e inequívocas, tomar partido. Ella tiene otra ventaja, puede condenar la corrupción duartista, la ineficacia de Javier y el PAN y el populismo autoritario. Asumiendo un discursos “políticamente correcto”, no la veo compitiendo.
Esa es la gran ventaja de Graciela sobre Lozoya, un candidato desprestigiado y sin credibilidad, carente de oficio y sospechoso de hacer comparsa a Morena. Si Graciela se coloca como clara tercera, tendrá oportunidad de competir en los dos meses de campaña, esperando que uno de los punteros pierda impulso y ella reciba la oportunidad de pelear por el campeonato, como retadora emergente.
Ya veremos, hasta hoy el proceso va en una protagonista dominante, donde el segundo competidor espera que la bajen a la mala y pueda aprovechar el voto de 600 mil ciudadanos inscritos en el padrón de beneficiados. ¿Cómo transitarán los dos meses de recta final? La próxima semana nos dejará indicios.
Rompeolas
Para los añorantes del pasado corrupto, el amparo concedido a Cesar Duarte es la mayor victoria, pues dicen que cumpliendo ciertos requisitos no entraría a prisión, cuando lo extraditen. El asesor jurídico de gobierno, en cambio, resta importancia al recurso y lo tiene por patito, asegurando que vencerá en tres días. ¿A quien hacemos caso? El sentido común sugiere que a ninguno. La estrategia general en la defensa de Duarte es ganar tiempo y están consiguiendo el objetivo; para el “es de oros” todo se reduce al seis de junio, cuando el poder cambie de manos, o al uno de septiembre, si quieren extenderlos hasta el día en que Corral entregue la administración. Mientras discuten esa chicanadas, en Palacio siguen olvidando que Duarte lleva mas de seis meses en una prisión federal de los Estados Unidos, con todo lo que ello implica ¿Por qué actúan como si fuesen perdiendo? Es irracional.
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López Obrador recomendó a los partidos políticos presentar sus listas de candidatos a la Fiscalía General de la República, para corroborar que no tengan antecedentes penales. Es increíble su grado de complicidad con Salgado Macedonio, presunto violador serial, primero confrontó a los colectivos feministas y ahora intenta embarrar a todos los partidos políticos, simulando que así limpia la imagen de su protegido. Es la recomendación del gandalla y ventajoso; como los míos están manchados públicamente, esculco en los tuyos para destapar a los sucios y todos quedamos emparejados. La cuatrote en todo su esplendor democrático.
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Aparte de cínica, Vázquez Mota es oportunista. Casi una década después, cuando los colectivos feministas están ardiendo de coraje, acusa a los expresidentes Fox y Calderón de violencia de género, ofreciendo a manera de prueba definiciones políticas durante la interna que la hizo candidata presidencial. Era, en ese momento, su adversario ¿Quería ser tratada con la delicadeza de una rosa? Además de mujer es política, en la lucha por el poder no hay distinción de trato entre hombres y mujeres, al que le guste el baile que aguante los pisotones.
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Al caballo Lozoya le salió un adversario digno en la tierra que presume de su propiedad. Durante los últimos dos años anduvo muy campante y sobrado haciendo campaña fuera de Parral, sin darse cuenta que descuidaba la plaza y la oposición crecía. Comentan que el empresario Miguel Jurado (el bueno) para distinguirlo del Miguel Jurado durtista (el malo), está creciendo como candidato del PRI a Presidente Municipal. Y lo peor para el Caballo, Jurado no sólo es adversario político, también compiten en los negocios. Trágame tierra, Lozoya presume la imagen de un pura sangre árabe de registro y cuando tiene frente a sí a un competidor serio, se reduce a penco sierrero mal pastureado. Compró la desfachatez de que puede ser gobernador y nada que hasta la Presidencia Municipal puede perder y con ella los jugosos negocios que tanto mencionan los parralenses.
