A menos que se produzca una rebelión silenciosa durante la sesión electiva, improbable en política mexicana, Javier Corral habrá sometido sin despeinarse al Congreso local, incluidos buena parte de los diputados del PAN. Todo pinta para que Armando Valenzuela sea electo en breve Auditor Superior del Estado, cargo que ocupa interinamente.
A la terna llegaron Manuel Siqueiros, un extraño personaje moteado de Morena, PRD y afinidad al gobernador, por la vía de Víctor Quintana y la señora Olmos; Nachito Rodríguez, propuesta tesonera del M4 –Maru, Miguel, Mario y Malo- pero vetado consistentemente desde Palacio; y el “Oso” Valenzuela, candidato de Memo Luján, Arturo Fuentes Vélez y en consecuencia de Javier Corral.
Observe las coincidencias: Jesús Esparza dejó la tesorería de la Junta Central de Aguas para sustituir extemporáneamente en la Auditoria Superior a Sérbulo Lerma. Valenzuela dejó la Tesorería de la Junta Municipal de Agua para ocupar el cargo del depuesto Esparza.
En apariencia ningún efecto tuvieron sus declaraciones de que llegó de interino a propuesta de Arturo Fuentes Vélez, Secretario de Hacienda y por lo tanto el funcionario estatal más expuesto a la observación fiscalizadora del Congreso, pisoteando de pasada la autonomía del Pleno legislativo responsable de la elección.
Por lo visto en la integración de la terna y las versiones en la Torre Legislativa nada importó, Javier Corral tendrá en el Oso Valenzuela a su protector de cabecera, cerrando la pinza con Estéfany Olmos, titular de la Contraloría, pues ha trascendido que Nachito Rodríguez habría retirado su candidatura, exactamente lo que hizo César Duarte con Esparza y Raúl Chávez.
Hay cosas que nunca cambian en la administración pública, el sentido de protección y complicidad entre los titulares de organismos fiscalizadores y el poderoso en turno, es una de ellas. Una vez votada la terna, se confirmará la noticia, por ahora Corral tiene oportunidad de mostrar la convicción democrática que pregona. Ajá
En el mayor de los sigilos, el rector Luis Fierro preparaba el viejo proyecto de transformar la organización administrativa y académica de la UACH, llevándola del obsoleto sistema de facultades y direcciones a la departamentalización a través de institutos académicos.
La idea es socializar sin prisa el proyecto, de modo que el rejego Consejo de Directores lo aceptase como propio, pues históricamente se ha opuesto por considerar que les resta poder. Y ciertamente, con la departamentalización se acaban las ínsulas que atomizan a la universidad y le restan competitividad.
José Luis Franco fue el primero en intentarlo, en atención a sugerencia de ANUIES que lo viene recomendando hace por lo menos dos décadas. No pudo con los viejos cotos de poder, así que dejó todo en meros ejercicios teóricos sin aplicación práctica.
Esta vez Luis Fierro está determinado a meter los gatos al costal. Será un proceso largo y tortuoso, romper los moldeos tradicionales implica mucha energía y hábil manejo de la política universitaria.
Por ahora calma, la consulta ante la comunidad universitaria y la sociedad en general iniciará el próximo semestre, será entonces cuando los directores y quienes con ellos se asuman dueños de las facultades, sufrirán los apretones necesarios que los haga aflojar el cuerpo. Suerte a sus promotores, la van a necesitar.
Si los querubines de Peniche desean encontrar el ganado de César Duarte, que le pregunten por su paradero a Eloy Soto, inscrito en la lista de los justiciables y responsable de su manejo durante todo el sexenio pasado. Conoce cada caballo por su nombre y cuando llega a los establos las vacas braman de gusto y los perros menean la cola.
Aunque los vaqueros ballezanos aseguran que para regresarlo hace falta un “corral” más grande ¿Será? Eso ya calienta, una cosa es que lo sustraigan a fin de preservarlo para su patrón en desgracia y otra que lance bravatas retadoras, como dicen en la región que sucede. Sigan las huellas, no pudieron ir muy lejos, es ganado europeo y los caballos no aguantan la silla vaquera.
¿Está o no despedida Austria Galindo? Priva la confusión, el lunes por la tarde se supo que sería relevada de la subdirección de cultura, pero ayer su señor padre y representante del gobernador en Juárez presentó, Ramón Galindo, hizo acotaciones al margen: “es un error, Austria sigue en el cargo y ahí estará hasta que tenga otra responsabilidad”.
El acuartelamiento de la infanta Galindo huele más que todo al enfrentamiento entre su padre y la secretaria de Cultura, Águeda Lozona, quién se habría hartado de sus desplantes y sin medir consecuencias ni atender galones partidistas decidió despedirla.
Un problema menor, casi de chismes entre primas donas, algo común en el gremio. La preocupación por el despido atañe sólo a los Galindo, pero abre una rendija de ruptura que podría crecer con futuros desencuentros. La sangre jala.
Algo no cuadra en el operativo serrano contra la violencia implementado por la Fiscalía General. Desde las matanzas de “El Cabo” hasta la fecha se han ausentado las noticias de alarma en la región, pero en el fondo los alcaldes involucrados saben que las condiciones de inseguridad prevalecen.
El presidente municipal de Cuauhtémoc, Humberto Pérez Holguín, había mostrado conformidad con el operativo gubernamental de sustituir a los policías municipales por agentes estatales, sin embargo ayer mandó un mensaje desaprobatorio, diciendo que atentaba contra la autonomía municipal.
Es el tercer municipio de la entidad y el más importante de la región, su alcalde es de origen panista, que muestre resistencias al operativo llama la atención, pues ni modo que apueste al fracaso del gobernador.
Lo anterior sólo se explica en una franca descoordinación o incluso inatención de la Fiscalía con los presidentes municipales, circunstancia que desde un principio levantó quejas de diversos ediles.
En ese operativo descansan las mayores esperanzas del gobierno estatal de resolver o mitigar los problemas de inseguridad que sufre la entidad, desde que Corral protestó el cargo. Empezar la recuperación de los municipios con roces entre niveles de autoridad hace suponer modestas expectativas de éxito, por no decir desalentadoras.
Abran, módulos, implementen un sistema en línea o contraten personal extra, los amparos de los justiciables saturan los juzgados federales y las filas de solicitantes son cada vez más grandes. ¿Cómo durmieron anoche?
