Corral no quiere ser candidato, pero…

* Los charales brincarían de la sartén

* Miguel Latorre, exceso de confianza

* Tisca y Toño, finalistas de Morena

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Dejó correr el tiempo, valorando sus posibilidades reales de competencia, hasta que al fin Javier Corral se descartó para candidato presidencial del Frente. Lo hizo alegando razones de lealtad al pueblo de Chihuahua, sin embargo dijo estar preocupado por golpes regresivos –la destitución del Fiscal electoral- que “obligan  a asumir definiciones individuales y colectivas para la construcción de un proyecto potente que permita enfrentar con éxito los grandes rezagos y desequilibrios que tiene nuestro querido México”.

Es decir sigue concentrado en asuntos de política nacional, al igual que su coordinador de gabinete, Gustavo Madero, quién alega que pasa mucho tiempo en la Ciudad de México realizando gestiones para el estado. Igual que Duarte, decía que viajaba mucho a México por que allá estaba el dinero, pero nunca se supo que haya conseguido ninguna aportación extraordinaria. Se engañan a sí mismos y piensan que también engañan a la gente.

Muy loable que el señor quiera cumplir a Chihuahua, para eso lo eligieron hace año y medio y si de pasada le alcanza el tiempo para involucrarse en la política nacional de manera activa, por “los recientes golpes regresivos que obligan a asumir definiciones”, que mejor, eso habla de su alto sentido de compromiso nacional.

El asunto es que los problemas en la entidad lo rebasan y la percepción ciudadana, fuera del entorno próximo de sus habituales aduladores, es que ha sido incapaz para sacar de la “bancarrota y del envilecimiento que de sus instituciones hizo la administración de Duarte”.

Ahí están los hechos: Pasó un año y la insolvencia financiera persiste, hace más de un mes el Congreso autorizó renegociar la deuda de los 24 mil millones y todavía es hora que Fuentes Vélez no consigue los números; de la inseguridad ni hablar, Juárez y Chihuahua regresaron al top cinco de las ciudades más violentas y la sierra es un infierno, literal porque ahora arden casas y calcinan cuerpos.

En cuanto a los expedientes de la corrupción también queda muy corto. Con Garfio fuera y Ricardo Yáñez en antesala de la libertad, sólo quedarían pequeños charalitos, mismos que podrían brincar de la sartén uno a uno. Se dice que Pedro Mauli avanza en esa dirección.

El mismo gobernador tiene la esperanza de que antes de terminar el presente año, La Secretaría de Relaciones Exteriores solicite la extradición de César Duarte, lo declaró ayer. Pero él mejor que cualquiera en Chihuahua sabe que esa decisión es política, no legal  y mientras en Los Pinos lo vean de precandidato, así se descarte, Peña Nieto le negará ese gusto. No aportarán elementos para su precampaña o las campañas domésticas del PAN.

Otro asunto a tomar en cuenta es que así como dice una cosa dice otra, cuando se trata de cálculos político electorales. Hace dos años se descartó para ser candidato del PAN a gobernador, pero después reculó con la mayor facilidad: “A muchos les consta que ya no estaba en mis planes participar, también por que no iba a ir a un herradero interno en el partido, y por que me parece que lo que había que hacer era pensar más en lo que quería la gente fuera y no tanto en lo que el partido quisiera”, declaró el 26 de enero del 2016.

Así, al ver que el CEN del PAN votaría su postulación por la vía económica, es decir el dedazo, abandonó la promesa de no participar. Es historia muy reciente ¿Cómo tomar en serio sus actuales declaraciones de no participar? Tendrían que ser un acto de fe, pues los hechos hablan de un oportunismo singular, en lo que se parece a todos los políticos dentro y fuera del partido.

Muy sobrado Miguel Latorre, en su tiempo de coordinador parlamentario uno de los cuatro pilares del entonces M4 -reducido a tres desde que les quitaron el control del Congreso- con relación a las elecciones locales en la ciudad de Chihuahua. Considera el proceso mero tramite, pues a su ver nadie podría competir contra Maru Campos.

Tienen motivos para el optimismo, las encuestas que reciben sobre aceptación de la alcaldesa son estimulantes para ellos, pero de ahí a convertir la elección en un día de campo, con independencia de los otros candidatos, hay distancia. Toda elección en Chihuahua es sumamente competida.

Maru ha sabido vender acertadamente su imagen en las colonias populares, las trabajó conforme al librito invirtiendo cantidades ingentes de dinero en becas y apoyos sociales. Está en el juego, quiere reelegirse y sabe que necesita estar en buenos términos con la gente.

Sólo tiene un posible escenario adverso; la inseguridad. Si la violencia en la ciudad continúa creciendo, Chihuahua ya está entre las cinco ciudades del país donde hay más asesinatos, y se generalizan los robos a locales comerciales y casas habitacion, aumentan las ejecuciones callejeras y los robos con violencia de autos, la factura iría con cargo a su popularidad.

Desgraciadamente para ella y sus asesores, nada o muy poco puede hacer para contenerla, el mismo estado ha sido rebasado y los chihuahuenses observan con horror que la violencia en la sierra está contaminando las grandes ciudades como Juárez y Chihuahua. Esa variable no la pueden controlar y cuando pega lo hace directo y sin misericordia, la gente siempre busca a quién culpar.

Si por el PRI se manejan Alejandro Domínguez, Patricio Martínez y Minerva Castillo, por Morena llegaron a la recta final Fernando Tiscareño, secretario de Marco Adán durante la administración municipal, y Toño López, de amplio recorrido en el PAN, partido en el que fue diputado local y candidato a la presidencia municipal.

Quizás sus posibilidades sean marginales, López Obrador no acaba de conseguir la aceptación de los chihuahuenses, a pesar de que hace avances significativos, especialmente en la zona serrana y en la frontera.

Pero sin duda los morenistas pueden ser un factor que modifique el equilibrio histórico de las fuerzas y como están hoy las cosas entre los partidos tradicionales, nadie puede pronosticar a quién perjudicaría una eventual campaña exitosa de Morena en la alcaldía local.

Maru es la candidata a vencer, pero los excesos de confianza nunca han sido buenos consejeros ¿O si?.