Cuando la derrota priista del 92, o el triunfo del PAN poniéndolo en positivo, Artemio Iglesia recogió los despojos del PRI ilusionado en una máxima muy a su estilo: tiene más el rico cuando empobrece, que el pobre cuando enriquece. Con eso quería decir que el PRI seguía siendo un partido muy importante, a pesar de la derrota.
Tenía razón, más de un cuarto de siglo después su agudeza política queda comprobada. En la posada de seccionales los priistas mandaron un mensaje de que siguen vivos, pues a pesar de la derrota celebraron la ocasión como en sus mejores tiempos. Desde luego, los anteriores a Duarte, del “ex” en fuga nadie quiere hablar. Verdad Cristopher.
Montaron un buen evento con motivo de las fiestas navideñas y les fue de perlas, considerando que últimamente han tenido problemas hasta para el pase de lista. Es digno de reconocer el trabajo de Teokali Hidalgo, la presidenta del Comité Municipal está en buenos términos con la base de su partido y sabe cómo involucrar a la clase política en las actividades de partido.
Como siempre en fechas electorales, el morbo del aplausometro marcó pauta. Por lo que se supo lo hicieron tablas Reyes Baeza y Marco Adán Quezada, ambos notoriamente mejor recibidos que sus compañeros. Si trabajasen en armonía como antaño su fortaleza sería dominante, pero no han logrado poner sus diferencias en un lado. Es la condición humana.
Le hizo segunda el hijo de Angelina Téllez, Pepe De Lamadrid, que despacha en la delegación de Sedesol. Es interesante el recibimiento que le dieron, pues nunca ha ocupado cargos de elección popular. Lo tiene bien merecido, ha sacado la cara por los priistas de base ofreciendo lo poco que tiene la secretaría. Lo que se hereda no se hurta, dirá Angelina.
Fernando Baeza hizo presencia y, créalo, no era botarga. Teokali consiguió sacarlo del rancho y el tantas veces “ex” se apersonó en la posada sonriente y fresco como si hubiese sido ayer cuando dejó el gobierno. Bien dicen que la mordida de alacrán es para siempre, Baeza no aspira a nada pero sigue disfrutando de los reflectores. Lo tiene merecido, fue buen gobernador.
Patricio Martínez el gran ausente, su presencia era esperada sin embargo no llegó ¿Será que en realidad le hace ascos a la Presidencia Municipal? Desde luego que no, le vendrían de maravilla otros tres o seis años de presidente.
En su caso la ausencia se explica por otros motivos, es un lagartón a tiempo completo, sabe que está apuntado de primero en la lista de aspirantes, así que paciente espera a que le hablen de México, lo valoren como el gran argumento para rescatar Chihuahua y le entreguen las candidaturas a diputados locales, todas las regidurías y el síndico.
Lo primero es probable, lo segundo difícil, el PRI necesita abrir los espacios a todos los grupos e incluso a la sociedad civil, ahí está en primer lugar el ejemplo de Meade, al que por cierto le hacen pésima campaña en los spot de televisión, presentándolo al más depurado estilo del tradicional priismo, del que debería desprenderse si pretende ganar. No aprenden.
Las otras ausentes fueron la senadoras Graciela Ortiz y Lilia Merodio, ambas justificadas, pero por motivos diferentes. Graciela tuvo en Omar Bazán a su representante, no necesitaba más, sin contar que sus prioridades del año que viene están en Parral y la región. Que mande a Víctor de avanzada con pancartas y tambora, allá no la recuerdan ni en la casa donde nació, pero es el único distrito considerado “pluri” para el PRI, ni loca lo dejaría ir.
En cambio Lilia no se presenta en ningún evento formal del PRI, sabe que le llovería sobre mojado. La senadora ha hecho hasta lo imposible para ser considerada traidora, recuerden que hasta pidió la renuncia de Enrique Ochoa, al que acusó de no saber nada de política.
Trágame tierra, ahora no sabe dónde meterse. Su futuro, asumiendo que tiene alguno, está en el eterno protector, Joel Ayala, quién también está devaluado, pues se la jugó con Osorio Chong y en consecuencia está en malos términos con los tecnócratas del ITAM y esos son como los judíos tradicionales, no perdonan ni pasada la séptima generación.
Jorge Esteban Sandoval, un político que ha sido cuatro veces diputado, presidente del PRI en tres estados, delegado en medio país, secretario de gobierno, delegado federal en diversas administraciones y ahora nogalero novato, vuelve de nuevo al ruedo.
Compró boleto en preventa a favor de Maede, lo que en la tradición priista es equivalente a sacarse la lotería. Además José Ramón Mattel, uno de sus mas leales amigos, ahora es asesor principal del candidato priista. Desde luego que sus bonos se fueron a las nubes.
Es un actor nuevo al cual considerar en las ecuaciones políticas del PRI, tanto así que sus amigos de México lo alientan para una senaduría ¿Le alcanzará para tanto? Pues otra vez la respuesta está en la sabiduría artemista ¿Quién te dijo que no, o quién te dijo que sí? Cambiando la baraja todo puede suceder.
La realidad de las cosas es que Jorge Esteban se ha convertido en actor importante dentro del PRI, considerando que después del “humilde vendedor de salchichas”, Meade no tiene más amigos en Chihuahua, así que Jorge indirectamente es uno de ellos. Se pondrá las botas el chaparrito, es un sobreviviente nato. Bien dicen que más vale suerte que dinero.
Para cerrar más de los priistas, un dato que le podría interesar a Patricio Martínez; El sábado desayunaron en público los huachicoleros, pero ahora remasterizados. En el Tierra Blanca se reunieron Alejandro Domínguez, Marco Adán Quezada, Cristopher Barousse, Fermín Ordóñez, Pepe De Lamadrid, Miguén Ángel González, Eloy García y otros operadores de menor calado.
Y son como Mario Tarango, no van a comidas ni desayunos por hambre, se reunieron para enviar un mensaje –es de lo más obvio- de que están acuerpados en torno al diputado Alejandro Domínguez, quien aspira a la presidencia municipal.
Interesante la forma en que se hacen valer, pero además tienen razón, son los mejores operadores en tierra que tiene el PRI en Chihuahua, si los desechan sería como darse un balazo en el pié. Saben que no los quieren, pero entienden que los necesitan. Han aprendido a ser lagartones.
