Se engañan a sí mismos en la oficina de comunicación del gobierno panista, reaccionar iracundos contra los diarios de Chihuahua y Juárez por un cabezal que les desagrada, describe su hipocresía.
“Es falso y tendencioso por parte del Diario de Chihuahua y Diario de Juárez, difundir a sus lectores la idea de que se pactó entre el gobierno del Estado y la Federación…” destacan en un comunicado oficial los nuevos sensores de la información. Ellos dicen lo que es verdad o mentira; lo bueno lo malo. Son la media de la verdad y la bondad.
Una rayita menos a su sensibilidad de “políticos señoritas”, es tan obvia la negociación del caso Duarte entre el gobierno Estatal y Gobernación, que ayer Javier Corral ofreció una rueda de prensa conjunta con el secretario Navarrete Privada, en la que el mandatario, usualmente beligerante, se mostró mansito y hasta el tono de voz moderó.
Mesurado y sin sus habituales estridencias, declaró “yo celebro el profesionalismo y la apertura y la seriedad con que hemos dialogado el secretario de gobernación y un servidor. Esta mañana hemos venido confiados en una interlocución seria y hemos encontrado la disposición de diálogo y una seriedad en el tratamiento de los asuntos”.
Cualquiera con dos dedos de frente, sin dedicarse a la política o el análisis de la misma, sabe que en éste país dos gobernantes confrontados jamás se paran juntos frente a las cámaras sin un acuerdo previo, acuerdo que significa pactar, es decir avenirse en las diferencias para encontrar solución a los problemas que motivaron la confrontación ¿Dónde está el pecado? Sólo en mentes de “exquisita sensibilidad”.
Son más sensibles que una quinceañera de familia puritana. Ay no, yo jamás salgo de noche sin un adulto que me acompañe y cuando veo a mi novio sólo permito un beso en la frente y que me toque la mano con su pañuelo, mientras me cuenta el de Caperucita Roja.
A quién pretenden engañar, los electores saben que los políticos del PAN no sólo pactan con el enemigo, también se revuelcan con él, pero siempre de noche para que nadie los vea, como si ocultar su impudicia los eximiese de confesar el pecado. Ahora tenemos que en el Nuevo Amanecer los políticos son ángeles y no demonios. Benditos del Señor.
La Operación Justicia para Chihuahua entró en su etapa final, de a poco el gobierno de Peña pone a Javier Corral donde lo necesita; en la dinámica de la negociación y el pacto político, principio y fin de todos los movimientos que involucran a los hombres del poder.
Falta que los retiren de las calles, es decir que cancelen la caravana, sin embargo para que eso suceda necesitan más tiempo, es donde Corral y sus asociados están cómodos, viven la segunda Revolución, la gobernanza anda vete, lo que buscan es la adrenalina del movimiento subversivo con las banderas de la dignidad, soberanía, libertad, muerte al tirano.
Deben pensar con detenimiento sus próximas acciones, el gobernador y quienes lo acompañan en la organización de la caravana saben que su movimiento carece de base social y que está soportado en la estructura de gobierno, sin la cual no hubiesen congregado a más de cincuenta personas.
Podrán llegar hasta el Zócalo y hacer plantón, pero lo harán arrastrando las banderas. Y no es un deseo sino consecuencia lógica de los movimientos que hace la Federación, quitándole las banderas; la extradición a Duarte, exigencia primaria, ya está solicitada y el depósito de los 780 millones de pesos lo pueden hacer en el momento que Hacienda decida.
Ayer mismo Corral se congratuló ante Navarrete Prida de estar en ese camino. Una vez satisfechas las demandas qué más van a pedir ¿La caída de Peña o que Meade renuncie a la candidatura en favor de Anaya o López Obrador?
Ese movimiento no da para mucho por más inflado que lo mantengan y menos si, como algunos analistas suponen, César Duarte es detenido con fines de extradición en los próximos días o semanas. Atempérense, les faltan cuatro años de gobierno, no se quieran comer el mundo a puños mientras la entidad navega sin piloto y a la deriva.
Nuevamente corrió el rumor, sería el tercero en lo que va del año, de que el próximo fin de semana se registrarán los candidatos a diputados federales y senadores por el PRI. En consecuencia los jaloneos empiezan desde cero pero con mayor intensidad pues sienten que la tercera es la vencida.
El mayor dilema del PRI está en el senado y sólo tiene dos opciones; entregar la posición a la CTM o presentar de candidato a José Reyes Baeza. En una lógica estrictamente electoral no debería tener dificultades, Georgina Zapata no consigue ni tres votos y Reyes está ranqueado en todas las encuestas como gran favorito dentro y fuera del partido.
Sin embargo en el CEN de Enrique Ochoa siguen actuando como si la disputa fuese al interior del partido, es decir que el candidato que postulen en automático ganará la elección. Nada más alejado de la realidad, el PRI ahora parte en franca desventaja con relación a los otros partidos importantes, cada elección le significa un reto mayúsculo.
El único que garantiza una campaña competitiva, ni siquiera la seguridad del triunfo, simplemente una campaña competitiva, es Reyes Baeza. Está arriba en todas las encuestas y cuando lo comparan con Gustavo Madero, Carlos Borruel o Juan Blanco, sigue siendo favorito.
Con todo no tiene la candidatura en la bolsa pues en el CEN podrían ceder al chantaje cetemista, así que la moneda sigue en el aíre ¿Por qué optará Enrique Ochoa, por un candidato competitivo que sume votos a la campaña de Meade o uno que reste, como es lo que ha sucedido históricamente con los candidatos cetemistas? Cualquiera diría que va Reyes, pero como se dijo arriba, electoralmente el PRI sigue pensando que la luna es de queso.
Insensibilidad de Carlos Reyes, director de Vialidad, al despedir a los ancianos que recibían una menguada beca por ayudar a dirigir el tráfico en cruces peatonales conflictivos.
Ningún mal les hacían esos pobres ancianos para dejarlos sin la ayuda. ¿Cómo estuvo la bolsa del fin de semana, cumplieron los extorsionadores con la cuota? Que desafortunados movimientos y ni a quién reclamar, de Corral y Madero hacia abajo todos andan en la caravana.
