En vez de viajar a Puebla para respaldar a Ricardo Anaya, quién mendiga el apoyo de los gobernadores panistas, Javier Corral se trasladó el domingo pasado a Tepic, donde hizo campaña junto a Guadalupe Acosta Naranjo, candidato a senador y miembro fundador del llamado “Grupo Chihuahua”, su plataforma en la prematura campaña hacia la Presidencia de la República.
El martes explicó, indirectamente, los motivos del desaire al candidato presidencial: “Soy y seré opositor al Pacto de Impunidad que atraviesa a partidos, poderes y niveles de gobierno; deploro las alianzas de Morena con corruptos con tal de ganar. Si AMLO llegara y continuara la complicidad en torno de la corrupción política, por supuesto que me tendrán de frente”.
El desafiante mensaje es una confesión pública de que ha dado por perdido a Ricardo Anaya y se alista para combatir el “Pacto de Impunidad” que, a su ver, apisona el camino de López Obrador a los Pinos.
Así confirma lo que tanto se ha dicho: se monta en su agenda de opositor al nuevo régimen, pretendiendo ocupar el espacio que dejará libre López Obrador, gane o pierda la elección. Falta un mes para la votación y ya lo puso entre los integrantes de la mafia remasterizada.
El trazo de su ruta es obvio, incluso puestos en la improbable versión ganadora de Ricardo Anaya, su compañero de partido, igual lo tomaría como blanco de su acción opositora, es su forma de transitar los peldaños del poder.
¿Y Chihuahua? Debe aprender a ser paciente, esperar a que sea presidente de México, por ahora la prioridad es enjuiciar a Peña, el nuevo “vulgar ladrón”, exigiendo que López Obrador lo lleva a prisión y de no hacerlo “me tendrá de frente”.
Una Fiscalía en la zona noroeste, sumada a las cuatro ya existentes, es la respuesta de gobierno contra la inseguridad en la sierra, así lo resolvieron tras el escándalo de la mina Dolores, atenuada su producción al máximo por ausencia de seguridad para sus empleados.
Ojalá solucionar la emergencia fuese cuestión de más personal, es decir aumentar la burocracia o en el mejor de los casos redistribuir la existente, por desgracia la experiencia dice otra cosa. Nada menos ahora el jefe de Policía, Oscar Aparicio, está sujeto a proceso en Asuntos Internos de la Fiscalía General, por graves omisiones en su responsabilidad.
Lo acusan de “resguardar” a los agentes estatales durante la balacera del seis de mayo en Ignacio Zaragoza. Aparicio se defiende con la fácil de que las acusaciones en su contra son “asunto político”.
Puede y le esta dado decir lo que mejor le parezca, ni modo que acepte la responsabilidad, pero en las comunidades asentadas en las fronteras territoriales de los grupos criminales, donde prevalece la confrontación, cualquier habitante sabe que al llegar los sicarios del mal los policías corren a sus cuarteles o abandonan la zona.
¿Cómo suponer que los efectivos de la nueva fiscalía, una vez aprobada por el Congreso, asumirán el compromiso de repeler a los malos en protección de los ciudadanos, si ninguno de sus compañeros en las fiscalías presentes lo ha hecho? Es una respuesta demagoga muy costosa para el contribuyente.
Aunque quién sabe, quizás el problema sea menor a como lo plantea el corporativo canadiense, y resulta que inviertan insensatamente o por gusto en taxis aéreos para sacar a su personal de la zona, pues ya lo dijo Alejandra de la Vega, secretaria -a distancia- de Desarrollo Económico, los sicarios no molestan a los empleados de la mina, sino a los proveedores. Siendo así qué problema, es una exageración la de los mineros, cambien de proveedor y asunto resuelto.
Los lectores críticos no pasaron por alto la entrega de 300 vehículos nuevos a la Fiscalía, celebrada ayer por el gobernador del estado.
Los tiene sin cuidado que los vehículos hayan permanecido cinco días en la plaza, esperando que el Ejecutivo distrajese un minuto de su valioso tiempo para entregarlos, su preocupación está en la falta de medicinas.
Consideran que nada hay más importante que la salud y denuncian que seguido mueren pacientes en el Central y otros hospitales del Ichisal por falta de medicinas y material de curaciones. Ese dinero, concluyen, pudo emplearse para paliar el déficit medicinal.
No se les da gusto, ninguna les embona, cuando Corral hace por que hace y cuando no por que no ¿Qué tal su hubiese sido Duarte? Ya estarían aplaudiendo, hasta parecen chairos.
Concedan una al señor gobernador, por lo menos se tomó la molestia de venir a entregarlas, lo cual es mucho decir estando tan ocupado, como está, en plena campaña contra AMLO. Bueno es el encaje pero no tan ancho.
Muy atentos necesitan estar los delegados estatales de Sedatu y Sedesol con el presidente municipal de Jiménez, el “chato” Abes, antes de que los inmiscuya en un problema legal.
Sin ruborizarse, el edil “resolvió” un litigio de tierras ejidales, alentando la construcción de vivienda popular con recursos federales. Y no es chisme, en el Tribunal Unitario Agrario Distrito 05, en esta capital, está el expediente abierto con el número 58/2015.
El clásico hacer caravana con sombrero ajeno a fin de conseguir votos. Si, pero esta vez construyen sobre tierras en litigio, lo que evidentemente es un fraude alentado desde la alcaldía y que de continuar embarrará a las delegaciones federales que proporcionaron el dinero.
Total que ese “chato” es un chivo en cristalería, está pendiente la auditoria promovida por Kristal Tovar y sigue metiéndose en problemas como si Jiménez fuese su feudo personal.
Cuánta tontería con tal de ganar votos, seguro siente pasos en la azotea pues dicen que un candidato entre panista, independiente y del Panal le come aceleradamente el mandado ¿Será? Ojalá, en año y medio el “chato” ha hecho puros estropicios contra el pueblo.
Pablito Cuarón evitó meterse en problemas, frente a la ola de calor que sofoca a Chihuahua dejó a criterio de directores mantener o suspender clases, en sus respectivos planteles.
Háganle cada quién como puedan o quieran, decida según su sentido común o tolerancia a las altas temperaturas. Para que vean, en Chihuahua hay secretario de educación, faltaba más. Sufre más para tomar una decisión que por el agobiante calor.
