*El tesorero del senador

* Madero pide calma. Hijito

* Descomposición policial

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La extensa mano de Gustavo Madero llegó al Supremo Tribunal de Justicia, la posó donde le gusta; en los centavos. Nada pudo hacer Francisco Molina para evitar que le pidieran la oficina administrativa, su baja estaba decidida desde que Carlos Olson San Vicente, tesorero personal del senador, cerró su ciclo en la Cámara de Diputados.

Para que Gustavo lo haya tomado por su tesorero de cabecera, Olson debe ser discreto, leal y eficiente en cualquier condición o crisis, cualidades muy apreciadas en políticos que suelen mirar hacia donde está el dinero. Siempre necesitan un hombre de confianza y en el caso de Madero nadie mejor que Olson.
Ni hablar, querido Paco, la complicidad une más que la amistad, rivalizar con el tesorero es imposible. Una recomendación, toma las cosas por el lado bueno; ya no tendrás que lidiar con Luz Estela Castro, la consejera de la Judicatura empoderada por voluntad del gobernador. A ella no la mueve ni el influyente senador.
En cuanto el chaparrito –por las mañanas mide 2,03 metros y por la tarde 2,04- todo movimiento administrativo y financiero en el Tribunal Superior de Justicia será puntualmente reportado al senador, como debe ser, y de pasada sería bueno que los consejeros de la Judicatura vayan pensando en renovar los programas digitales, sólo por lo que el tiempo encoja, el negocio por ahí empieza.
Más con Gustavo, sólo por mortificar. Ocupado en la desventurada campaña del “bisnieto” –causa escozor mancillar el nombre del mítico fundador con sus familiares alimentando politiquerías internas- no se había percatado que la carrera por el gobierno está en marcha desde julio.
De pronto voltea hacia Chihuahua y se da cuenta que la vida sigue sin él e intenta poner orden. Que todos le bajen, recomendó ayer, mientras él permanezca ocupado en la ciudad de México es injusto que los aspirantes a la silla de Corral rompan amarras y lo dejen atrás. Están fuera de tiempo.
Seguro Maru, Loera, Marco Adán, Cruz, Cabada y los que se animen en el camino, esperarán a que se desocupe de la campaña por la presidencia del CEN. Ajá y tu nieve ¿De chocolate o vainilla?, preguntarán los aludidos con razón.
Gustavo Madero trabaja en la construcción de su campaña al gobierno y lo hace de arriba hacia abajo, como se construye la política en los partidos tradicionales. Su problema es que mientras más activo está cabildeando en las cúpulas, más descuida la aldea. Le vendría bien tener presenta una de Artemio Iglesias: para llegar es necesario estar bien arriba, bien en medio y bien abajo. Queda el apunte, por si no la conocía o había olvidado.
Los patrones de la inseguridad y la violencia se reproducen con aterradora semejanza. Tras los ajusticiamientos entre sicarios del mal, matándose unos a otros, llega la descomposición policial al punto que resulta imposible distinguir la línea –suponiendo haya una- que divide a buenos de malos.
En los últimos días van demasiados incidentes entre agentes policiacos como para suponer que sea casualidad. En Juárez torturan a un agente y suben el video a redes, atentan unos contra otro en escaramuzas de vendettas, como si fuesen bandas enemigas; en la comandancia de Chihuahua muere de la manera más sospechosa un detenido y el edil de Cuauhtémoc, Carlos Tena, sugiere que agentes estatales atentaron contra la vida de un efectivo municipal, Jesús Anchondo. Además denuncia amenazas de muerte y sugiere que provienen de agentes estatales.
Carlos Aparicio desmintió los hechos –ni modo de aceptarlos- como puede ser que sus angelitos lastimen a un municipal si todos conocen su conducta honorable y digna.
La historia reciente nos dice que de ahí a las extorsiones, secuestros, cuotas y asesinatos de inocentes dista un paso. De hecho muchos piensan que la descomposición ya llegó a esos niveles y como ejemplo citan las últimas muertes de personajes conocidos, todas muy publicitadas.

La violencia crece y la policía batida pero ningún ciudadano se preocupe, Javier Corral ya prometió proteger a los migrantes hondureños y perfeccionó la estrategia jurídica contra Duarte y Peña Nieto ¿Qué más podría pedirse? Nada, señor gobernador, su trabajo es ejemplar y el que tenga dudas escuche “Puntualizando”, ahí el mundo está en su sitio, como debe ser.